Senegal trata de estabilizar el petrolero con 39.000 toneladas de crudo ruso para evitar el riesgo medioambiental
La Marina Nacional de Senegal y un equipo especializado en trabajos marítimos están llevando a cabo labores de estabilización del petrolero Mersin accidentando en la costa de Dakar entre el 27 y el 28 de noviembre. Según ha comunicado el Puerto Autónomo de Dakar, dependiente del Ministerio de Pesca y de la Economía Marítima de Senegal, a pesar de las condiciones de viento desfavorables en el mar, el buque permanece estable y bajo vigilancia constante. El petrolero, que se encuentra aproximadamente a 1.400 km de Canarias, carga en su interior 39.000 toneladas de crudo.
El organismo portuario señala que el objetivo de la intervención es la protección del medio ambiente, para lo cual han desplegado un dispositivo que busca prevenir cualquier riesgo que afecte al medio marino. En la zona se encuentra un equipo de buzos artificieros de la empresa Tous Travaux Sous-Marins que está realizando intervenciones específicas en el casco y cuenta con el apoyo de una embarcación de la Marina Nacional, que garantiza una supervisión cercana y la seguridad del perímetro de intervención. Con este despliegue conjunto se busca “aplicar lo antes posible la solución técnica más segura y adecuada para asegurar de forma definitiva el buque y su carga”, matiza la nota.
El despliegue está coordinado por la Alta Autoridad de la Seguridad Marítima (HASSMAR, por sus siglas en francés), que dirige todas las acciones en estrecha colaboración con el Puerto Autónomo de Dakar y la Agencia Nacional de Asuntos Marítimos (ANAM, por sus siglas en francés), tal y como se detalla en el comunicado. También, asegura el organismo, se mantienen intercambios técnicos con los representantes del armador del buque. Por otra parte, tal y como señala la Agencia EFE, la naviera responsable de la gestión técnica del petrolero, Besiktas Shipping, ha asegurado que la situación se controló de inmediato y que no hubo heridos, ni víctimas mortales ni contaminación.
El petrolero Mersin sufrió cuatro explosiones externas en la noche del 27 al 28 de noviembre cerca de la costa de Dakar, de las cuales se desconocen sus causas. Algunas fuentes relacionan este incidente con ataques de drones originarios de Ucrania, aunque no hay confirmación oficial. Por otra parte, la tripulación atribuyó la escora sufrida por el barco a una vía de agua en la sala de máquinas provocada por el nulo mantenimiento al que es sometido. Según recoge el periódico Le Monde la investigación no descarta ninguna pista, incluida el ataque ucraniano. El Mersin es un buque con bandera panameña, según recoge la web Vessel Finder pero de propiedad turca. Tal y como informa la Agencia EFE, según datos de la empresa de seguimiento marítimo Kpler, el Mersin tiene un historial de transporte de petróleo ruso.
El Mersin es considerado un buque de la llamada shadow fleet (flota sombra), barcos viejos, con nulo o escaso mantenimiento, que navegan al margen de las exigencias internacionales para el tipo de carga que transportan. Son los que habitualmente se ocupan de transportar crudo de procedencia rusa para, de ese modo, eludir las sanciones de los organismos internacionales. Habría salido el 21 de agosto del puerto de Taman, en Rusia, según informaciones de Le Monde y llegó a Dakar el 2 de noviembre, tal y como refleja la web Vessel Finder.
Hasta el momento no ha habido una reacción oficial por parte de España ni de Canarias, teniendo en cuenta que en el caso de que se decretara la existencia de una marea negra, esta podría afectar a Canarias, a tan solo 1.400 kilómetros de la costa senegalesa. Por su parte, la Asociación para el Desarrollo de Acciones Climáticas Integrales (ADACIS), liderada por el ambientalista Ezequiel Navío, ya se ha ofrecido al Gobierno de Canarias, este aún no ha contestado formalmente por carecer de información consistente. Tampoco consta reacción oficial alguna del Gobierno de España, al que también se ha hecho llegar un ofrecimiento similar.
Por su parte, Greenpeace África ha mostrado su preocupación ante un hecho que no valoran como un evento aislado, sino que refleja una “tendencia preocupante” y un “patrón que se repite peligrosamente”. Para la organización, las aguas senegalesas están expuestas a “riesgos industriales insuficientemente anticipados”. Y aunque valoran la reacción rápida de las autoridades, critican que todavía no hay respuestas a las preguntas esenciales para el público y la protección del medioambiente.
Por ello, desde Greenpeace África reclaman a las autoridades competentes repuestas rápidas sobre las causas reales del incidente, los potenciales riesgos para el medio marino, información sobre la eficacia real de la barrera anticontaminación y cuál será el destino del buque.
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