Un viaje a las orillas del Lago Malawi

Varios niños juegas al atardecer en las orillas del Lago Malawi. Diego Tiria

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El ambiente de Cap Maclear no tiene nada que envidiar a los grandes destinos caribeños. Agua limpia y de temperatura más que agradable; playas kilométricas de arena blanca adornada por una intensa vegetación verde; buen tiempo durante la práctica totalidad del año. Cape Maclear es una pequeña aldea de pescadores que, poco a poco, va abriéndose a un turismo que poco a poco va descubriendo el lugar. Las cabañas de los habitantes del lugar se confunden con los lodges (la mayoría modestos) que se abren casi a pie de playa y los pequeños restaurantes familiares que ofrecen lo mejor de la tierra y las aguas cercanas. Junto a la orilla, las barcas afiladas esperan a volver a cortar las aguas mientras los turistas se tuestan al sol. A poca distancia de la costa, las islas de Thumbi, Mumbo y Domwe rebosan una exuberante vegetación e invitan a alquilar un kayak para jugar a los robinsones por un par de horas (en Domwe y Mumbo hay varios alojamientos de aventura). En los últimos años, incluso, el lugar se ha ganado justa fama entre los amantes del submarinismo. Pero el sabor de las aguas rompe la ilusión. Agua dulce. El mar queda a varios centenares de kilómetros y bastantes metros más abajo.

Estamos en el extremo sur del Lago Malawi. Un lugar poco conocido de África. Este mar interior tiene algo más de 580 kilómetros de longitud y una anchura media de 85. Un espejo de agua que forma parte del sistema de cuencas del Gran Rift, esta muesca brutal que anda partiendo al África por la mitad desde mucho antes de que los seres humanos dieran sus primeros pasos. El lago es un tesoro y la Reserva Natural Cap Maclear una de sus joyas. En torno a las costas del cabo y las islas se desarrolla un impresionante ecosistema que guarda la mayor variedad piscícola de agua dulce de toda África (los famosos cíclidos de Malawi). Las aguas del sur del Lago Malawi están consideradas como el mejor destino de buceo en agua dulce del mundo.

LA TRAVESÍA DEL ILALA.- Abordar el Ilala es hacer un viaje atrás en el tiempo. Este viejo ferry lacustre une los dos extremos del lago entre Monkey Bay y Chilumba en un viaje de tres días que incluye trece escalas (incluida la Isla de Likoma). El precio del pasaje hasta el final de trayecto en cabina suite de primera clase ronda los 40 euros; los pasajes más baratos rondan los 15. La travesía es toda una experiencia ya que no sólo permite conocer la costa del lago desde otra perspectiva sino que es una magnífica oportunidad para mezclarse con la población local.

UN PASEO HASTA LIKOMA.- Para llegar a Likoma hay que salir durante unos minutos de Malawui. El Ilala conecta la isla con Nkhata bay y Nkhota Kota tras una travesía que, en el peor de los casos, puede prolongarse por siete u ocho horas (el barco pasa cada tres o cuatro días en ambos sentidos). El pasaje más económico ronda los seis euros desde estas dos localidades (ver mapa). El salto hasta las islas también puede hacerse en avión desde Lilongüe, lo que supone un breve salto de poco más de una hora en vuelo a baja altura en pequeñas avionetas (la compañía Ulendo ofrece pasajes por unos 500 euros isa y vuelta). Pero llegar en los barcos que abastecen las islas es ya toda una experiencia. El archipiélago Likoma pertenece a Malawi aunque se encuentra rodeada por aguas mozambiqueñas y está compuesto por dos islas principales (Likoma y Chizumulu) y varios islotes.

Likoma es la más grande de todas. Los misioneros anglicanos que llegaron aquí a finales del XIX dejaron huellas importantes: la primera y más importante fue una escuela que convirtió a la isla en uno de los territorios con menores índices de analfabetismo de África. La segunda es la desproporcionada iglesia neogótica de San Pedro, una joya arquitectónica gigantesca en una isla de pequeñas aldeas de pescadores, bosques de baobabs, huertas diminutas y playas tranquilas. Un paraíso vamos. Tanto en Likoma como en la vecina Chizumulu hay alojamientos para todos los bolsillos; desde campings a bungalows a pocos metros de la orilla del lago. Pero merece la pena andarse hasta acá y pasar un par de días disfrutando del lago en mayúsculas.

ASCENDER AL MULANJE.- Mulanje es una verdadera anomalía; un macizo pétreo imponente que surge de la nada en medio de la sabana creando un paisaje majestuoso que domina el extremo sur del país. Los cultivos de té ocupan las cotas más bajas y dan paso al un bosque tropical tupido que desaparece cuando las alturas superan los 2.500 metros; entonces la piedra desnuda y el pasto toma el protagonismo completando una estampa digna de verse. Este pequeño sistema montañoso (que se eleva hasta los 3.002 metros sobre el nivel del mar) es un verdadero paraíso para el senderismo. Hay ocho refugios conectados por una densa red de caminos para todos los gustos y capacidades; hay zonas en las que se puede escalar en roca. Todos los servicios (guías, contratación de albergues, etc) se realizan en los pequeños pueblos que rodean a la montaña (Likhubula y Mulanje). Los mejores campos de té se encuentran al sur del macizo, junto a las localidades de Mimosa y Lujeri, ya casi en la frontera con Mozambique.

VISITAR LOS PARQUES NACIONALES.- Liwonde es la estrella de los parques nacionales de Malawi. El Río Shire es el desaguadero sur del Lago Malombe (que a su vez recibe el caudal que desagua desde el Malawi). Este es uno de los tributarios más importantes del Zambeze aunque aquí recién empieza su recorrido de poco más de 400 kilómetros que se culmina ya en territorio mozambiqueño. El Shire riega una extensa llanura concentrando una gran cantidad de fauna. El parque incluye riveras fluviales, llanuras de inundación y sabanas. Los animales más imponentes que pueden verse aquí son elefantes, hipopótamos, rinocerontes, leones, cocodrilos, antílopes y hasta 200 especies de mamíferos y aves más. Otra de las visitas cumbre del país es la Reserva Natural de Majete que se ha convertido en un ejemplo de recuperación de hábitat gracias a los esfuerzos de la población local. En 2012 volvieron los leones y completaron la mítica lista de los Big Fives (cinco grandes) junto a rinocerontes, elefantes, búfalos y leopardos. El otro gran espacio natural que hay que ver sí o sí es el Parque Nacional de Nyika. Es el espacio natural más grande del país y ocupa una extensa meseta (región de altiplano) que Malawi comparte con la vecina Zambia. En Nyika se encuentra la mayor concentración de leopardos de África y, también, una de las poblaciones de orquídeas salvajes más importantes del mundo. Son comunes los elefantes, pero la principal atracción del parque es su imponente población de herbívoros como cebras y diferentes especies de antílope. Los otros parques del país (más modestos) son el de Kasungu y el de Lengwe (ver mapa).

AL NORTE DE NKHATA BAY .- Nkhata Bay es una localidad de pescadores que ocupa la zona central del Malawi. Sus playas son impresionantes y anticipan las que se localizan en el norte del lago. Nkhata Bay ase ha convertido en los últimos años en un destino de mochileros. Hay una importante oferta de alojamiento, bares y hasta un animado ambiente nocturno. La cercana ciudad de Mzuzu es famosa por su marcha. A unas cuatro horas en barca desde Nkhata bay se encuentra la Bahía de Ruarwe, uno de los destinos estrella para los mochileros que visitan el país; es uno de los lugares más bonitos del lago. Los viajeros rara vez se internan en las costas septentrionales del lago. Y eso que las enormes playas que se encuentran en las inmediaciones de Chilumba (última escala del Ilala). Una visita cultural interesante en esta parte del país es el Museo Karonda (Ver mapa) con una interesante muestra de fósiles de diferentes épocas geológicas (impresionantes los dinosaurios) y algunos restos de los primeros homínidos que caminaron por el Gran Rift hace varios millones de años.

Fotos bajo Licencia CC: TravelingOtter; SarahDepper; David Davies; Diego Tirira

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