Nuestra fascinación por el llamado Oregon Trail es una de las escusas perfectas para adentrarse en las regiones más salvajes de los Estados Unidos. Utah jugó un papel fundamental en la construcción de ese far west extremo y violento que supone una de las páginas más sombrías y, a la vez, más fascinantes de la expansión de Estados Unidos. Uno de los tramos del famoso Camino de Oregón se internaba en el actual estado de Utah para llegar a las inmediaciones de Salt Lake (Lago salado). Este fue el lugar donde un grupo de cristianos rigoristas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días quiso crear su propia utopía teocrática. El ‘Mormon Corridor’ (Corredor Mormón) es una amplia porción de territorio del oeste por la que los seguidores de esta ‘secta’ se esparcieron a mediados del XIX. Fue una expansión violenta que, incluso, causó episodios cruentos como la llamada ‘Guerra Mormón’, en la que los colonos mormones crearon milicias para expulsar a otros colonos y a los nativos del lugar. Moab es una de las localidades que nos llevan a aquella época.
Moab es una ciudad típica de estas latitudes. Una ciudad más bien anodina y feucha que tiene muy poco para ver. Pero este lugar es una de las puertas de una región conocida como las Canyonlands (tierras del Cañón) que tienen como elemento común la presencia de un mito geográfico a nivel mundial: el Río Colorado. Aquí nos vas a encontrar las alturas del Gran Cañón (el gran parque de Arizona está a 525 kilómetros –unas cinco horas en coche-) pero sí la colección de arcos naturales más espectaculares del planeta. Y paisajes que parecen de otro mundo. Y restos de las culturas ancestrales de estas tierras. Y también, no hay que desdeñarlo, esa historia ligada a la conquista del Oeste. El pequeño Moab Museum (118 E Center Street) explora esa historia que no se inicia con la llegada de los Mormones en 1855; ni siquiera con los desconocidos Dragones de Cuera que custodiaban el Old Spanish Trail (viejo Camino Español) que unía la Nueva España (México) con California a través de estas tierras. La historia es mucho más antigua.
Kane Springs Creek es un pequeño arroyo que desemboca en el Colorado a pocos kilómetros de Moab. Un pequeño cañón que desemboca en otro cañón. El lugar es espectacular desde el punto de vista paisajístico. Pero venimos a buscar una de las estaciones de grabados rupestres más famosas de todos los Estados Unidos: el Petroglifo del Nacimiento (Kane Spgs Rd). Este grabado representa un parto y es una de las joyas del arte rupestre mundial (es la única representación de esta temática que se ha descubierto hasta el momento). Según los que saben de esto, estamos ante una de las muestras de arte humano más antiguas del continente (periodo arcaico) y pone de manifiesto la presencia humana en la zona desde hace muchos milenios. En un radio de pocos kilómetros hay otras estaciones de grabados, huellas de dinosaurios, arcos de roca… Un poco de todo.
Una visita a Arches National Park.- Es la razón fundamental para acercarse hasta este rincón del mundo. Este parque nacional es conocido en el país como ‘el paraíso de las rocas rojas’ y ha sido escenario de multitud de películas (entre las que destacan dos mitos como ‘Indiana Jones y La Última Cruzada’ o ‘Thelma y Louise’). El punto fuerte del parque son los 40 kilómetros de la Arches road, la carretera panorámica que se interna en el paraje natural y que apenas dista 10 kilómetros de la ciudad de Moab. Tres consejos importantes: salir temprano para evitar aglomeraciones en la entrada; llevar abundante agua y aprovechar que el pase por coche (30 euros) dura una semana para visitar el lugar por la mañana y por la tarde. Con la puesta de sol, los colores se intensifican de manera importante creando un paraje difícil de describir. La excursión se inicia en el Centro de Interpretación del parque donde puedes tomar el primer contacto con el lugar antes de hacer los 80 kilómetros (ida y vuelta) de la carretera panorámica. El culmen de esta ruta escénica es Devil’s Garden (el Jardín del Diablo), un lugar surrealista marcado por pasillos de muros verticales que te harán sentir muy pequeño. Otro lugar imponente es Wolfe Ranch, un lugar donde el paisaje de rocas verticales, arcos y dunas petrificadas se mezclan con el agua. Desde aquí se accede a Delicate Arch, el más famoso de los arcos del parque y a varias estaciones de grabados rupestres. Otra foto imprescindible es Double Arch.
Conocer a los gigantes de Utah.- Tierra de gigantes en todos los sentidos. Esta zona del país, debido a su carácter árido, es ideal para encontrar restos de dinosaurios. Moab Giants (112 UT-313 –Route 91-) es un museo paleontológico brutal donde puedes conocer y experimentar como era este lugar en los tiempos en los que los Dinosaurios dominaban La Tierra. Aquí puedes ver fósiles, huellas reales, lugares donde se está excavando en la actualidad y un par de atracciones de Realidad Virtual que son una auténtica pasada (sobre todo el Acuario). El catálogo de dinosaurios que se han encontrado en Utah es enorme e incluye a algunos de los lagartos terribles más famosos como el Tiranosaurio Rex, el Velocirraptor o el Diplodocus. Llegarse hasta acá también te deja a tiro de piedra de otros de los petroglifos prehistóricos más famosos de los Estados Unidos: el conocido como Intestine Man. Otro imprescindible de este lugar es Mill Canyon donde puedes ver huellas de dinosaurio y algunos fósiles que se han conservado incrustados en la piedra para poder ver como los encuentran los científicos. Ver estos ‘huesos’ in situ impresiona.
Dead Horse y el Marlboro point.- Desde la Ruta 91 también se puede visitar otro clásico del far west norteamericano. Dead Horte Point (Caballo Muerto) ofrece una de las vistas más famosas y cinematográficas del Río Colorado. Este paraje ha sido declarado Parque Estatal y ofrece una visión del valle del Colorado que no tiene nada que envidiar a los abismos del Grand Canyon. Estamos a 51 kilómetros de Moab y hay que pasar por Mill Canyon para llegar aquí, por lo que puede compaginarse sin problema en un solo día. Es más, el mejor momento para llegar aquí es al atardecer, cuando la luz intensifica los tonos rojos y ocres de un paisaje sencillamente espectacular. Y muy cinematográfico. Desde aquí, por ejemplo, se lanzaron al vacío Thelma y Louise y muy cerca se encuentra Marlboro Point, otro paisaje icónico del país por su relación con una campaña publicitaria legendaria.
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