Entrevista

Carlos Sobera vive San Valentín en 'First Dates': “El retorno de Jorge Javier es una buena noticia para la tele y Telecinco”

Carlos Sobera, en el restaurante de 'First Dates'

Lorenzo Ayuso

Con su octavo aniversario a escasos dos meses de celebrarse, Mediaset sabe cómo mantener la llama encendida de First Dates. El dating show cambia de ubicación por San Valentín, y se desarrollará en Telecinco por primera vez en su andadura. Se trata de una ocasión excepcional para el formato producido por Warner Bros ITVP.

Es bonito estar ahí aunque sea solo por una noche”, reconoce Carlos Sobera a verTele, aunque lo cierto es que él precisamente salta con facilidad de Cuatro a Telecinco. No hay más que observar su currículo desde que se enroló de nuevo en la disciplina del grupo, y hasta la actualidad. Con First Dates sirviéndose a diario para el público del access prime time, el vasco también se prepara para ponerse el uniforme de Supervivientes, para conducir un año más la segunda gala en relevancia Tierra de nadie, y para asumir un nuevo encargo en el canal principal, el del concurso Mental Masters.

Aporto fe ciega en lo que hago porque la tengo. Si no la tuviera, no sé fingir”, afirma el presentador y actor, que demuestra esa actitud cuando le preguntan por esta etapa actual del operador, tratando de dejar atrás una larga crisis de resultados. “Telecinco está probablemente en el momento más brillante en cuanto a creación, apuesta y oferta”, declara con seguridad. Él, desde luego, ha sido parte clave de este proceso de transición, que le ha llevado no solo a aglutinar formatos sobre sus hombros, sino a ganar galones en Supervivientes cuando, por ejemplo, Jorge Javier Vázquez se retiró temporalmente por baja médica.

“El retorno de Jorge Javier es una buena noticia para el mundo de la tele y para Telecinco en particular”, recalca Sobera, que mantiene ese optimismo durante toda la entrevista, también para hablar de lo que podemos esperar de Supervivientes: aunque advierte de la cada vez mayor fragmentación de las audiencias, siente que el reality es “querido y buscado” por el público. Hasta que ese buque insignia de Telecinco zarpe con él, el presentador continuará como maître del amor y emblema de Cuatro, un canal al que también mira con positividad.

Se puede decir que 'First Dates' tiene su primera cita con Telecinco en los casi ocho años que lleva en antena...

Sí, esta es una primera cita en toda regla con Telecinco. Tendremos que mirarla profundamente a los ojos, ser los más sinceros posible para que no nos rechace en una segunda cita [risas].

¿Qué supone esta muestra de confianza por parte de Mediaset, de convertiros en plato principal del prime time?

Es una buena noticia porque en la medida en que es lo que es, significar una fecha tan importante como San Valentín, con un valor en términos emocionales y sociales en España porque cada día lo sigue más gente. Significa a la vez un programa como es el programa del amor por excelencia a través de una emisión en la noche del prime time de Telecinco, que es el más importante de Mediaset. Es un gesto bonito de cariño hacia el público, hacia el programa que recibimos con mucho agradecimiento. Es bonito estar ahí aunque sea solo por una noche.

Lo cierto es que el programa vive un romance con el público que se sostiene en el tiempo. Es actualmente segunda opción del access prime time, y acostumbra a superar a su hermana mayor. ¿A qué achacas esa durabilidad del formato?

Creo que tiene dos cualidades esenciales. Una son los invitados que recibimos, que es gente muy auténtica, muy fresca y espontánea, y el público lo agradece. Es como asomarse a un trozo de vida real, de autenticidad de transparencia y honestidad brutal. La gente que viene aquí es fantástica. Son los grandes protagonistas del formato. La otra gran cualidad es que el programa es honesto con todo el mundo. Trata con mucho respecto, naturaliza mucho cualquier tipo de género, orientación sexual y tendencia, habla con libertad y deja hablar con libertad a todo el mundo. Tiene la libertad de mostrarse tal cual es ante al público y creo que eso a la gente le gusta. Creo que por esas cosas el programa desde el principio fue bien recibido, y luego se fue afianzando. Se ha creado un vínculo muy bonito entre público y First Dates.

Hay una escalada importante y se está creando un tipo de público que está muy a gusto en lo que Cuatro le ofrece

Carlos Sobera

Es un formato, por otro lado, al que se ha aplaudido por su visibilidad a la hora de mostrar diversidad sexual y afectiva. ¿Puede ser esa la raíz del éxito en el momento actual?

Sí, sí. Es lo que te decía, naturalizas muchas orientaciones sexuales y de género, pero no solamente en esos términos. También hablaría de formas de pensar, de formas de actuar ante la vida, hasta de cosas más liviana como tipos de alimentación, gustos... Es un escaparate donde se normaliza cómo somos todos los que habitamos este país que llamamos España. Y es de agradecer. Además, tiene una función pedagógica detrás: seamos como seamos, pensemos como pensemos, todos somos muy iguales, muy parecidos, y en términos de amor, da igual cuál sea nuestra orientación, género o forma de ver la vida, porque todos buscamos lo mismo, que es compañía, ternura, amor... Está bien que naturalicemos, visibilicemos y demos naturalidad a todas estas cosas porque es una forma de educar sobre todo a los más jóvenes en la tolerancia y respeto, que son valores importantes en la sociedad.

Saltáis a Telecinco, pero como digo sois el emblema de Cuatro, un canal al que le cuesta terminar de encontrar de nuevo una identidad o programas que se establezcan. ¿Cómo ves tú esa posición que tenéis?

Lo está encontrando. Sin entrar en términos de competencias de audiencias, que excede a mi competencia real, sí te digo que veo que cada día estamos más cerca de nuestra competencia más natural, que es laSexta. Veo que nos separan pocas décimas, veo que hay programas que se están consolidando. Los programas de Calleja son una excepción porque llevan años triunfando y es un sello muy particular. Veo que hay otras iniciativas, como Código 10, o como los programas de Iker Jiménez que también son un sello muy particular de Cuatro. Es una cadena que poco a poco está encontrando su espíritu. En la tarde, fíjate en cómo está funcionando con Todo es mentira, que alcanza seises cuando hace dos años o tres era difícil pasar del 3%. Hay una escalada importante y se está creando un tipo de público que está muy a gusto en lo que Cuatro le ofrece. Imagino que en los próximos meses se irá completando esa oferta y consiguiendo una mayor definición de cadena.

A nosotros lo que nos pasa es que somos un programa diario, vamos de lunes a viernes y los sábados y domingos tenemos repetidos, y hay ahí un nicho donde ya hemos encontrado un contacto muy estrecho con el público. Nos ha tocado ser la referencia en términos de audiencia, pero pronto llegarán programas, seguro, que superarán las expectativas de First Dates y alcanzarán cuotas mayores en Cuatro. La cadena, y eso se nota, está creciendo en oferta y en calidad. Después de unos cuantos años ya hay razones para que se esté contento con lo que Cuatro ofrece. Y creo que se nota en la reflexión por parte del público de lo que es Cuatro ahora mismo.

Pasas a Telecinco por un día con 'First Dates' pero en breve estarás de vuelta en plenas facultades con 'Supervivientes'. Esta edición se antoja especialmente interesante por el hecho de la vuelta de Jorge Javier a primera línea. El año pasado ya asumiste el liderazgo del reality en buena parte de su recorrido. ¿Cómo esperas que sea ese retorno?

Tengo la absoluta seguridad de que ambos retornos serán muy celebrados. Por un lado, la gente tiene muchas ganas de ver a Jorge Javier plenamente recuperado. Al final tuvo que ausentarse de Supervivientes el año pasado por razones estrictamente personales. Si no, no lo hubiéramos sustituido. Y hay muchas ganas por volver a ver cómo es él: un comunicador absolutamente excepcional, agudo, con capacidad de improvisación, inteligente, que lleva muy bien las riendas del programa. Supervivientes le encaja como un guante. Ahí no hay ninguna duda. La gente va a estar esperando el retorno de Jorge Javier y es una buena noticia para el mundo de la tele en general y para Telecinco en particular.

Y el programa también va a volver bien. Pero, ojo, los tiempos han cambiado un poco. Igual hacer las audiencias que hacíamos en otros años no está al alcance de nuestra mano por cómo se está fragmentando la audiencia. Pero Supervivientes tiene ese marchamo de programa querido y buscado por los espectadores, que ofrece algo distinto, con una aventura y reality diferente a otros como Gran Hermano, y ahí va a haber una parte importante de público con los brazos abiertos esperando la llegada del programa. Lo va a estar con ambos, para el programa y para Jorge.

En lo que respecta a la cadena, 'Supervivientes' ha sido el faro de Mediaset en tiempos complicados, manteniendo el liderazgo incontestable. ¿Por qué crees que conserva esa potencia, incluso en la cada vez más fragmentada televisión actual? No sé si genera también una presión extra por eso mismo.

Creo que en Supervivientes a la hora de provocar, o de que nazca el sufrimiento y las penurias en los concursantes, no hay ningún artificio. Supervivientes se caracteriza por el hecho de que la gente se tiene que ir a vivir a una isla que pilla a 12.000 kilómetros de distancia, con unas condiciones climatológicas francamente duras, pasando hambre, pasando frío y calor, no pudiéndose bañar con regularidad y teniendo que renunciar a las comodidades, siendo picados por los mosquitos... Y lo más importante de todo: lejos de su zona de confort, de sus amigos y su familia. No te cuento cómo es si los concursantes tienen hijos. Eso hace que las condiciones del concurso sean duras y se nota pronto la dificultad en los concursantes. Lo que gusta de este tipo de formatos es ver cómo los concursantes superan esas hostilidades del medio. Y como son tan reales y no hay nada artificial, no hay que fingir ni hay que darle una vuelta de tuerca a las cosas para que parezca lo que realmente es, y la gente lo recibe con una autenticidad bestial. Eso es lo que creo que hace que sea un formato tan fresco: la autenticidad que respira por todos sus poros.

Telecinco está probablemente en el momento más brillante en cuanto a creación, apuesta y oferta

Carlos Sobera

Hace unos meses, al hilo de 'El musical de tu vida' hablabas de que había que dar tiempo a las nuevas estrategias que se estaban llevando a cabo, para ver si funcionaban, que había que aceptarlo. Tras este último año en proceso de transición, ¿cómo ves el momento que afronta Telecinco?

Igual soy muy optimista, porque es mi personalidad, pero yo lo veo cada vez mejor. Echo un vistazo a las audiencias de la cadena y a los contenidos que la cadena tiene, y creo que en el lado de las audiencias está progresando adecuadamente, como se dice en el colegio. Las mañanas van cada vez mejor, las tardes son cada vez más competitivas, Ana Rosa se ha consolidado plenamente y Reacción en cadena está por encima del 11% todos los días, hay prime times que le funcionan como una moto, como es el caso de La isla de las tentaciones, o es el caso de GH Dúo, que ya hace 13 y a veces rasca 14%... En términos de audiencia lo veo bien.

En términos de contenidos, la cadena está probablemente en el momento más brillante en cuanto a creación, apuesta y oferta. No hay mínima duda en invertir y sacar proyectos nuevos para que la gente pueda disfrutar en familia y encontrarse con Mediaset en el camino. Ahí están las apuestas que ha hecho en el último año y las que va a hacer en los próximos meses. Mental Masters va a ser una de ellas, y se van a producir más. Estamos atravesando un buen momento creativo, de apuesta y riesgo, de hacer cosas distintas y nuevas. Queremos volver a conquistar al público, y eso demuestra que hay pulso en la cadena, que hay intención y voluntad. ¡Coño, es que no se puede pedir más! Tiene que ser cuestión de tiempo que todo eso termine cuajando. Pero, claro, los programas son como el pan: hay que dejarlos en el horno el tiempo justo para que salgan tostaditos, ni más ni menos.

Lo que está claro es que eres actualmente un pilar para el grupo, que se sostiene en tiempo de marejadas. Se evidencia con el propio 'First Dates'. ¿Qué crees que le aportas tú a Mediaset?

Pues esa pregunta, joder, me obligaría a pensar y sentarme un rato [risas]. Yo sé lo que pongo en la balanza. Estoy muy a gusto en Mediaset y eso se nota. Creo que cualquiera ve que soy feliz, que me divierto mucho, que me siento súper a gusto, que profesionalmente no se puede estar mejor, porque hago lo que quiero y me ofrecen cosas distintas que me permiten crecer y mostrarme de maneras diferentes. Lo que creo que aporto es mi forma de ser de todo: optimismo, respeto, educación, sensibilidad, equilibrio. Es lo que trato de aportar cada vez que estoy en un programa, porque en el fondo soy así para lo bueno y también para lo malo. Esto también tendrás sus cosas negativas, no vayas a pensar. Yo trato de aportar sobre todo optimismo, trabajo y absoluta fe ciega en lo que hago, porque la tengo. Si no la tuviera, no sé fingir. No la podría mostrar.

Por de pronto, tienes por delante 'Mental Masters'. ¿Qué puedes contarnos de este programa?

En Mental Masters se verá mi sentido del humor, que en algunos formatos lo puedo desarrollar más y en otros menos. Lo puedo desarrollar en First Dates, en Supervivientes puedo desarrollarlo a ratos. En un programa como Volverte a ver poco podía desarrollarlo. También mi capacidad de interacción con los invitados, que son todos famosos, mi capacidad de jugar y de entretenerme y entretener, y de ser un poquito distinto en cuanto a improvisador, con alguna que otra locura, con mi lenguaje gestual, que también estaba un poquito perdido y he vuelto a recuperar... Y con grandes dosis de optimismo, de alegría, de pasárnoslo bien. Y a veces, solo a veces, tengo que reconocer que aporto un poco de puñeterismo: soy un poco puñetero con algún compañero cuando falla cosas obvias y le doy un poco de cañita. Pero siempre desde el humor, porque está bien reírse de esas cosas. Tampoco hay que tomarse la vida tan en serio, y un concurso menos aún.

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