Este estándar se está convirtiendo cada vez más popular pero también existe mucha confusión sobre sus cualidades. Lo primero que hay que dejar claro es que no se trata de un programa. Es un patrón de compresión de audio y vídeo que amplía y mejora todas las cuestiones que MPEG-1 y MPEG-2, otros formatos de similares cualidades, no pudieron resolver. La principal era cómo adaptar la recepción a la velocidad del módem de cada usuario. Esta cuestión ya ha sido solucionada por MPEG-4 al estar diseñado para ofrecer vídeo a velocidades muy bajas y dejar el tamaño de un archivo de vídeo reducido a cuotas insignificantes. Por ejemplo, una película de algo más de dos horas puede reducirse a algo más de 620 megabytes y entrar perfectamente en un CD a una gran calidad de imagen. Otra de sus principales mejoras es separar la imagen en movimiento en diferentes capas. Por ejemplo un presentador de televisión. MPEG-4 es capaz de aislar el fondo en una sola capa mientras que el único movimiento que se ve es el de la persona. El resto es una capa estática, con lo que se logra una mayor compresión del vídeo. Otra de las características principales es la interactuación con el propio vídeo, de manera que cualquier región de la imagen sea un enlace o que ejecute cualquier otro tipo de acción. Detrás de todas estos artificios tecnológicos se encuentra un grupo de expertos que se reúne tras el nombre de Motion Picture Experts Group (MPEG) y que desde 1988 viene desarrollando estándares para vídeo digital. En 1992 crearon MPEG-1, dos años después MPEG-2 y finalmente MPEG-4, que no fue aprobado como un patrón hasta 1998, pese a que se llevaba experimentando con él desde 1993. Aplicaciones Además de los ordenadores personales, habrá otros soportes para poder disfrutar de toda esta revolución multimedia, como teléfonos móviles, PDAs o hasta la televisión de alta definición. De hecho MPEG-4 está llamado a sustituir al estándar MPEG-2 con el cual trabajan hasta el momento la mayoría de las televisiones por cable. Además, la capacidad de compresión permitirá duplicar el número de canales que puedan recibirse. La implantación de este formato será importante porque proporcionará estabilidad y compatibilidad entre productos de diferentes compañías. Por ejemplo, un vídeo en un teléfono móvil UMTS de una compañía cualquiera podría ser visto sin problemas a pesar de que haya sido encodado mediante un programa de otra empresa. La interactividad con la que se pueden dotar los vídeos bajo este formato puede tener sus aplicaciones en el campo de la televisión interactiva. Algunas compañías ya han comenzado a adaptar sus productos al MPEG-4. Es el caso de la holandesa Philips, que ya dispone de un reproductor propio, su propia herramienta de encodado o compresión MPEG-4 y un servidor para este formato. Envivio, I-Vast o PacketVideo son otras de las compañías que también han comenzado a adentrarse en este terreno. Problemas La principal dificultad con la que se podría encontrar el MPEG-4 es el tema de las licencias y honorarios. Muchas compañías tienen una patente sobre productos cuya base es el MPEG-4, un formato en principio de libre acceso. Pero muchas de esas empresas también querrán que todo el esfuerzo e inversión que se ha hecho sobre este formato también les sean devueltos de alguna manera, y este tema todavía no se ha discutido abiertamente. Pero a buen seguro el futuro del MPEG-4 parece despejado, habida cuenta de las grandes expectativas de consumo de audio y vídeo en la Red.