Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

FRANK MILLER. LOS ORÍGENES DE UN GENIO

Frank Miller había nacido el 27 de enero de 1.957 en Olmie (Maryland) aunque su estancia allí fue muy corta dado que, pocos meses después, su familia decidió trasladarse a Montpelier (Vertmont) lugar donde Miller pasaría su infancia y juventud.

Su contacto con el mundo de los cómics llegaría desde muy pronto, convirtiéndose en un devorador de todo lo que caía en sus manos, sintiendo especial predilección por La Legión de Superhéroes en los primeros tiempos. Después llegarían Los Cuatro Fantásticos, Spider-man y X-Men quienes, en opinión de Miller, reencarnaban el espíritu de la Legión original.

El caso es que, una vez llegada su etapa de adolescente, Miller dejó de leer cómics, centrándose en la literatura detectivesca y en las películas de intriga y misterio (siendo un fan confeso del director Alfred Hitchcock) y de las, recién llegadas, cintas de artes marciales (con Bruce Lee como máximo exponente) mientras comienza a recibir clases de arte que compagina con el resto de las asignaturas (sobre todo lengua inglesa) destacando en ambas y recibiendo sendas recomendaciones de sus profesores para que profundizara en su estudio.

Al final, el joven Miller decidió que la disciplina que mejor podía dar rienda suelta a su creatividad era el cómic, ése que había leído de pequeño y con esa idea empezó a desarrollar sus primeras historias.

La oportunidad le vino de un amigo que trabajaba en un grupo denominado Amateur Press Alliance (Alianza de prensa de nuevos autores) donde los futuros artistas gráficos podían experimentar antes de dar el salto al mercado profesional. Los trabajos de los componentes eran publicados en un fanzine que se repartía entre todos los miembros de la asociación (conocida como Apa-5) entre los que se encontraba Mark Werheiden, responsable de series como Time Cop, Aliens y de los guiones de la serie Smallville.

En dicho fanzine un Miller de quince años da rienda a sus influencias, mientras adquiere una disciplina de trabajo que tan buenos resultados le rendirá cuando pase a engrosar las filas de una gran editorial (no velocidad dibujando). De esta etapa destacaría un trabajo titulado Call it Karma, donde aparecía un personaje llamado Elektra.

Justo después, el futuro artista conocerá a Neal Adams, entablándose una relación de alumno/ maestro entre el dibujante consagrado y el aspirante (que llevará a Miller a visitarlo cada cierto tiempo) viajando hasta Nueva York. Pero los continuos desplazamientos cada vez le cansan más y es cuando decide mudarse de manera definitiva a la Gran Manzana, debiendo pasar por toda una serie de trabajos basura para lograrlo.

Al final, y con veinte años cumplidos, Frank Miller, desembarca en Nueva York, en medio del barrio de Queens. Son tiempos de soledad, pero que ayudan a forjar el carácter del artista para los retos que le depara el futuro de forma casi simultánea.

El artista pasa los días estudiando el trabajo de autores consagrados, tales como Will Eisner mientras pasea por la gran ciudad atesorando toda una galería de imágenes para luego poder plasmarla en sus historias. Esto también se debe a la influencia de sus estudios de arte y sobre todo al movimiento expresionista alemán con obras de la talla de Metrópolis del director Fritz Lang.

Su dedicación obtendrá recompensa al recibir un encargo de la editorial Gold Key Comics para realizar historias cortas para la colección Twilight Zone (conocida en España como La dimesión desconocida)

La experiencia no fue todo lo satisfactoria que hubiera deseado, puesto que sólo algunas de esas historias llegaron a ver la luz y ni siquiera se acreditó su nombre. Además, dicho trabajo forma parte de la leyenda al no conservarse ejemplares para su estudio, dado el desencanto del autor y de la propia editorial.

Sin embargo, Miller no era de los que se desanimaban fácilmente y tras el tropiezo tuvo una nueva oportunidad, ahora desde DC Comics la cual le llevó a dibujar la serie Weir War, queriendo aprovechar aquellas tempranas oportunidades mientras preparaba el salto para la Casa de las ideas, la editorial a la que había que llegar.

Las piezas terminaron de encajar, llegado el final de 1.977, cuando Jim Shooter fue ascendido al puesto de redactor en jefe de Marvel Comics, comenzando una política de expansión (la cual trajo desiguales resultados) y abriendo a la editorial a nuevos talentos que aportaran savia nueva y de paso ayudaran a los veteranos a repartir su apretada agenda de trabajo.

Su primera historia dibujada para Marvel será sobre un personaje llamado Doc Samson, que Millar desconocía totalmente. El guión de estas cinco páginas corrió a cargo de Mary Jo Duffy.

De las muchas dudas que le surgen durante el encargo, está la plasmación de una historia de superhéroes, más allá de dibujar hombres musculosos en arriesgadas posturas. Para ello estudia el trabajo de artistas de la talla del veterano Gil Kane, su planificación de página y el movimiento que aporta a los personajes dentro de ella.

Sus progresos serán inmediatos aunque su velocidad dibujando todavía sea demasiado lenta para poder hacerle frente a las necesidades de las grandes editoriales (tardará más de un mes en terminar las cinco páginas).

De todas maneras, el encargo sirve a la editorial para apreciar la habilidad del debutante a la hora de narrar historias en formato gráfico, siendo capaz de situar varios acontecimientos en unas pocas vieñtas. Después vendría un número completo de la serie John Carter, Warlord of Mars (basado en las historias del escritor Rice Burroughs) y el trabajo que le abriría las puertas de la colección de Daredevil.

Éste se trataba de dos números consecutivos de la colección Peter parker Spider-man# 27 y 28) en los cuales el héroe ciego deberá ejercer de lazarillo ante la ceguera de un Spider-man tras su encuentro con el Merodeador enmascarado (un viejo conocido de la colección de Daredevil desde su número 16).

El dibujante, siguiendo los dictados de Bill Mantlo dibujará una historia donde predomina su talento en componer las páginas y su manera de dibujar a los personajes (en especial a Spider-man, que recuerda al original de Steve Ditko) frente a los errores de gráficos que todavía arrastraba el recién llegado. Además, su versión dinámica y ajustada al entorno urbano en donde se desarrolla la trama, heredera directa de la etapa Colan, desprende un aire nuevo, del que tan necesitado estaba, por aquellas fechas, la colección de Daredevil.

Esta sintonía con el personaje hizo que Miller hablara con Mary Jo Duffy, editora asistente de la colección (quien había sido la guionista del primer trabajo del dibujante en Marvel) y le planteara sus inquietudes acerca del personaje, contando que Daredevil era un título en horas bajas, lo que ofrecía la oportunidad de aprender el oficio sin las presiones de una colección puntera (como podía ser Peter Parker, Spider-man).

A todo esto, se sumaba que el decano Colan quería cambiar definitivamente de aires (tras su larguísima etapa ligado al personaje) y el interés que desde su llegada había despertado la carrera de Miller en Jim Shooter. Por ello, cuando Jo Duffy le planeó la posibilidad de que Miller se encargara de la serie, Shooter coincidió, visto los resultados de su trabajo en Peter Parker Spider-man con el héroe ciego, que el dibujante era lo que la serie necesitaba, pudiendo disponer de los lápices de Gene Colan para otros menesteres.

SU LLEGADA A LA SERIE

Cuando le confirmaron su traslado a la colección, sus esfuerzos se concentraron en las siguientes cosas: ser la persona idónea para el trabajo y en poder responder a los plazos de entrega (bimensuales), pero debiendo superar, aún, sus problemas con la rapidez en el dibujo.

Después, comenzó una labor de documentación para terminar de comprender el entorno del personaje y dotarlo de unos rasgos definitorios.

Ya hemos comentado antes, que Miller se dedicó, en sus primeros tiempos, a recorrer la ciudad de Nueva York, tomando notas sobre los ambientes de la gran urbe (entre otras cosas porque no tenía una cámara de fotos) De aquellas notas Miller acabó desarrollando una ciudad alejada de la tradicional llena de héroes en mallas. La ciudad de Miller es una gigante prisión de cemento, cargada de olores y ruidos. 1

Y es que la ciudad de Miller acabará aportando un estado de comportamiento a quienes viven y mueren en ella. (Nueva York es un estado de ánimo diría el dibujante)

Los edificios, algunos reales y otros inventados o trasplantados al paisaje de la Gran Manzana -el cuartel general de Kingpin es, en realidad un hotel, construido en las islas Filipinas- servirán, también, para darnos las señas de identidad de quienes los habitan, siendo la guarida de Kingpin, el mejor ejemplo de esta afirmación.

Señalar, por último, la sombra del maestro Will Eisner (cuyo trabajó le golpeó como un tren expreso la primera vez que lo vio, según palabras del propio Miller) y sus narraciones urbanas, llenas de bloques de cementos, cañerías goteantes, tendederos de ropa que salvarían, en más de una ocasión a su Spirit (y luego a Daredevil) y el juego de luces y negros que forman los callejones, que aportaban el ritmo necesario para desarrollar una acción contada, eso sí, de manera distinta al estilo de Eisner.

En cuanto a los personajes principales, Miller optó por dibujar a Matt Murdock con una apariencia física similar a la del actor Robert Redford (salvo en el color de pelo y en la diferencia de peso) y Heather Glenn con los rasgos y la apariencia de la actriz Mia Farrow (siendo ésta una elección del entintador Klaus Janson) Para Kingpin, sobre todo en el aspecto de su cabeza y el torso, se utilizó al actor Gert Fröbe que interpretó a Auring Goldfinger en la tercera película del agente 007 para la gran pantalla.

La letal Elektra reunía las características físicas de una culturista llamada Lisa Lyon, que combinaba de manera ejemplar una musculatura desarrollada, pero sin perder sus rasgos femeninos.

Para los restantes personajes, Miller continuará manteniendo su aspecto habitual (caso del entrañable Foggy Nelson, quien demostrará su valía como hombre de negocios, llevando los asuntos del bufete) aunque dotará de una mayor definición a secundarios como Vanessa, la esposa de Kingpin, al tiempo que introduce al teniente Manolis, a los atolondrados ladrones Turk y Grotto (contrapunto cómico de la serie) a Josie, la dueña del bar que siempre acaba destrozado cuando el héroe acude a buscar respuestas y a un Ben Urich que, tras su llegada de la mano de McKenzie, irá ganando en matices e importancia. El verdadero Bullseye está aún por llegar.

La última pieza del puzzle la aportó Klaus Janson, el que fuera entintador oficial de toda la etapa del dibujante (conocedor de la colección, al haber trabajado anteriormente en ella) y del que Miller siempre ha resaltado la importancia que para la serie tuvo su trabajo en conjunto. Klaus Janson, fan desde pequeño del personaje y al que dibujaba en clase, declara que admira a Matt Murdock y a Daredevil y que cuando trabajaba con Miller, ellos consideraban al personaje una persona real. Además, el entintador y dibujante siempre consideró a Daredevil como un personaje visualmente urbano. Y me gustaba utilizar la ciudad de Nueva York, no sólo un emplazamiento sino otro personaje que, además, era muy atractivo. 2

Cuando por fin debuta en el DD#158 son muchas las expectativas que recaen sobre él (no sólo por los créditos de presentación en dicho número) sino por la atención recibida por Shooter, quien acabó incluyendo, dentro de boletín de la editorial (Bullpen Bulletins), dicha entrega entre los tres cómics más destacados de ese mismo mes.

Afortunadamente, los tropiezos para el dibujante llegaron a las primeras de cambio (tardó cuatro meses en terminar uno de los primeros números) lo que obligó a Shooter a recurrir a Steve Ditko para que dibujara el DD#162 y así darle tiempo al debutante de ponerse al día con la serie.

Fue su primer y único retraso, experiencia que le ayudó a planificar su trabajo en busca de una rapidez que tardó poco en encontrar.

Así, a finales de 1.979, Miller realizaba un especial del Capitán Marvel en Marvel Spotlight#8 y de allí a dos proyectos que lo volverían a relacionar con el vecino arácnido. La oportunidad vino de la mano de Dennis O´neil, editor de Daredevil y Spider-man por aquellas fechas.

Juntos realizarían los Annuales 14 y 15 de Spider-man (guión de O´Neil y dibujo de Miller) y el Marvel Team-up#100, éste con guión de Chris Claremont y la supervisión de O´Neil.

Miller también tuvo la oportunidad de demostrar su faceta de guionista, escribiendo en Marvel Team-up Annual#4 (con dibujo de Herb Trimpe) donde reunió a los héroes de alquiler (Power man y Puño de hierro) con Caballero Luna y el mismísimo Daredevil. Este Annual permanece inédito en España.

En el tintero quedaron una historia entre Loberzo y Daredevil y una nueva colección dedicada al Doctor Extraño (personaje al que Millar había dibujado en el Annual#14 y se ajustaba mucho al estilo del artista) la cual se anunció con una ilustración del propio Miller en todas las series de febrero de 1.981.

No obstante, al final, la historia no vio la luz dado que, tres meses después, la serie del cuernecitos volvía a ser mensual (merced al éxito cosechado desde su llegada) colmando la agenda del dibujante y dejándole sin tiempo para otros proyectos.

Y ENTONCES LLEGÓ LA NOTICIA

La cual anunciaba que Frank Miller se convertía en un autor total, encargado del guión y dibujo de la serie, a partir del DD#168. Lo más sorprendente era que sólo unos pocos escogidos -como Jack Kirby, James Steranko o el cósmico Jim Starlin había podido desarrollar ambas facetas en su carrera- por lo que, pocos pensaban que el joven dibujante pudiera salir con bien del trance.

Bien es cierto que la serie estaba, como ya hemos comentado, lejos de su mejor momento y Marvel no perdía demasiado si la decisión no salía como ellos esperaban y de paso ayudaba, de todas maneras, al desarrollo del prometedor artista.

En la editorial DC Comic se había vivido un caso similar a principios de los setenta que les había aportado buenos réditos. Entonces, dos jóvenes autores, Denis O´Neil y Neal Adams obtuvieron carta blanca para desarrollar las aventuras de dos viejos héroes de la casa, Linterna Verde y Flecha Verde, los cuales vivían sus momentos más bajos.

De aquella inusitada unión nació la saga Green Lantern & Green Arrow considerada como uno de los primeros (y mejores ejemplos) de cómics en los que se efectuaba un recorrido por los problemas sociales y raciales de los EEUU (incluyendo las drogas, tema que sólo se había atrevido tocar Stan Lee, saltándose la prohibición de Comic Code) y quedando como una pequeña gran joya del noveno arte.

De todas formas, Miller llevaba mucho esperando su oportunidad y su debut acabó siendo tan sonado como la llegada de un nuevo personaje, Elektra Natchios. La razón de su llegada estaba justificada en la creencia del autor, quien consideraba que el personaje de Daredevil tenía un pasado (más allá del origen de sus poderes) y que se debía hacer uso de él.

Elektra, muy influenciada por la Sand Saref de Will Eisner, y con quien comparte muchos puntos en común, aportaba una etapa desconocida hasta entonces y servía de contrapunto al héroe, representando todo aquello en lo que pudo convertirse Daredevil (con el que comparte hasta el color del traje, aunque él no pueda verlo)

Con ella llegarán los dos vértices del triángulo en el que se moverá la vida del personaje durante la etapa de Millar, Bullseye y Kingpin.

Al primero ya lo conocemos, pero su verdadera locura se despojará de toda máscara en la saga que empezará con la llegada de la asesina. Bullseye es el opuesto al héroe, un demente sin conciencia que basará su existencia en vengarse de las afrentas sufridas por el vigilante carmesí. En el extremo contrario, refugiado en su pátina de respetabilidad, encontramos al rey absoluto de los bajos fondos, que, como el propio adjetivo indica, maneja a su antojo los designios de quienes habitan en las cloacas de la sociedad.

No obstante, Kingpin es mucho más que un capo venido a más. Kingpin es la quintaesencia del superviviente, soberbio estratega y poseedor de una fortaleza que lo convierte en un ser intocable.

Es, en palabras de Lorenzo F. Díaz el Moriarty de Daredevil (como el propio profesor Moriarty lo fue del genial detective Sherlock Holmes) y como tal, se convertirá en esa presencia que se detesta, pero de la es imposible librarse (debiendo tratar con ella e incluso llegar a circunstanciales acuerdos, según las necesidades)

Los tres atraparán al héroe entre sus redes, convirtiendo a Matt Murdock, la parte más equilibrada de la ecuación, en el punching ball donde Daredevil desahoga todas sus frustraciones.

El resultado de todo supondrá que las personas que rodean a Murdock sufrirán sus excesos, mientras Daredevil mantiene una cordura aparente que tampoco es que le ayude demasiado a superar los retos a los que le somete el triunvirato.

Y de telón de fondo, una violencia que cada viñeta que pasa se hace más palpable y presente, más brutal y dolorosa y que irá definiendo la actitud de cuantos aparecen, por ser responsables o víctimas de ella. Es la manera que tiene el autor de mostrar el lado oscuro de los personajes de la historia.

Además, Miller sabe que no se puede mostrar la sangre como en las pantallas de los cines y por ello, no duda en exagerarla, recurso utilizado por los realizadores Sam Pekinpah, Walter Hill o el hongkonés John Woo para lograr que el lector sea partícipe de ella y sienta lo mismo que los personajes, aunque, de ninguna manera, quiera presentarla como un recurso maniqueo ante los problemas que se presentan insalvables o librando una batalla, por muy justa que ésta pueda ser.

El sistema judicial sigue siendo la mejor de las opciones, salvo cuando se tropieza con personas como Kingpin. Y es ahí donde quiere llegar Miller, a tratar de contar una historia que tenga conexión con la realidad cotidiana de millones de personas quienes, como Daredevil, se enfrentan a los mismos problemas que él (de ahí sus alianzas con Kingpin)

Su causa abandonará una pureza que nunca tuvo y deberá tratar de sobrevivir a la sombra de quienes ostentan el poder real de la sociedad.

Todos esto no significa que Miller no respete por encima de todo al personaje y que lo admire -como luego haría con Batman en El regreso del señor de la noche- su tenacidad y fuerza de voluntad, y no así su obsesión o demencia. Ambos son héroes, buenas personas y humanas, por encima de todo. 3

Su intención final era devolverle su color original al mito del héroe protector de una ciudad como la de Nueva York sin tener, por ello, que apartarlo de la realidad de dicha comunidad.

Y visto con la perspectiva de los años, su apuesta fue todo un éxito.

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2016

© 2016 Marvel Comics.

  1. Joan Joseph Mussarra. Tomo Marcado por la muerte, Grandes Obras Maestras #12. Cómics Forum 1.994
  2. DD#300 special; Let´s level about Daredevil. 1.992
  3. Eduardo de Salazar. Coleccionable semanal Daredevil. Cómics Forum.

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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