Chiquilicuatre puntúa en Eurovisión

El cantante Dima Bilan, que ya había quedado segundo hace dos años en Atenas, dio este sábado a Rusia su primera victoria en el Festival de Eurovisión con la canción Believe, que interpretó en Belgrado, en una ceremonia en la que el representante español Rodolfo Chikilicuatre quedó en la posición número 16.

Bilan, de 24 años, presentó su canción en una pequeña pista de hielo sobre la que bailaba el campeón olímpico de patinaje artístico Eugueniy Plushenko y quedó en primera posición con 272 puntos, seguido de Ucrania, con Shady lady, y Grecia, con Secret combination.

Rodolfo Chikilicuatre, representando a España con su canción Baila el Chiki Chiki, quedó en la posición número dieciséis con cincuenta y cinco puntos.

Ataviado con su habitual tupé, su vestuario rockabilly y con sus bailarinas Disco y Gráfica, Rodolfo Chikilicuatre ha salido al escenario a defender sin complejos su Baila el Chiki Chiki en la final de Eurovisión en el estadio Arena de Belgrado, donde ha provocado en el público un sonoro abucheo.

Flanqueado por dos de los platos fuertes del festival, Grecia y la anfitriona Serbia, el representante español, elegido por vía popular y que ha causado indignación en los eurofans tradicionales, salió al escenario en la posición número 22 -en total son 25 participantes- y recogió aplausos moderados pero, sobre todo, abucheos.

En esta ocasión, Chikilicuatre introdujo el tema dejando un protagonismo especial a su guitarra Luciana, a la que ha regalado un solo con los acordes de la canción popular Old McDonald had a farm.

Los ritmos de reggaeton, los arreglos de organillo y las expresiones latinoamericanas -está dedicada a los “brodels” y las “mulatas”- han compuesto, como desde que nació el fenómeno Chiki Chiki esta actuación de vocación más humorística que musical.

Pese a las polémicas, llegado el estribillo en el que Rodolfo, nacido en Buenos Aires en 1972 según su biografía ficcionada, enumera los pasos que componen la coreografía de Baila el Chiki Chiki, se vio a más de uno seguir los pasos correspondientes: el brikindans, el crusaíto, el maiquelyason y el robocop.

Estos cuatro pasos, creados por su sobrino Chikilicuatrito, han sido junto con el perrea, perrea -aquí pronunciado sin doble erre- lo que más ha calado entre el público más abierto a la sección paródica del festival, que en esta gala también ha contado, en menor medida, con las actuaciones de Bosnia-Herzegovina y Pokusaj, y Croacia con Romanca.

A los excesos de las bailarinas Disco y Gráfica -“una es la que se cae y otra la que no se cae”, explica siempre Rodolfo-, se ha sumado la profesionalidad de las otras tres bailarinas elegidas por Radio Televisión Española (TVE) para la gala final de Eurovisión.

En el escenario, en el que dos ríos -el Sava y el Danubio- se juntan en una metáfora de la convergencia, las enormes pantallas han hecho las veces de lectores de karaoke para la audiencia, y, para terminar el tema, un recurso pirotécnico ha rematado la premeditada falta de espectacularidad del Chiki Chiki.

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