Así como hay traga-fuegos se podría decir que yo soy una devora-libros. Pequeños, grandes, para adultos, para niños, para reír, para llorar... Me da lo mismo, los engullo sin miramientos. Para mí, no hay nada mejor que un libro, una caja de galletas y horas libres, para rellenar con lectura.
Leonard Nimoy fue muchas cosas. Actor, director, escritor, fotógrafo, compositor, marido, padre, y un buen amigo de sus amigos. Sin embargo, para el común de los mortales, sobre todo aquéllos que crecieron viendo la televisión en los años sesenta y setenta del pasado siglo, Leonard Nimoy fue, es y será el Señor Spock, el vulcano con sangre humana, lógico, intuitivo, resolutivo y capaz de hacerle frente al más abigarrado de los dilemas.
Pocos podían pensar, cuando se rodó el primer capítulo de la serie
Star Trek
, que la impronta de un personaje sobrepasaría el medio en el que fue creado, y las propias barreras culturales que obligaban a un personaje creado en un medio a quedarse en él.
Hoy en día, es difícil encontrar a una persona que, cuanto menos, no haya oído hablar del personaje, de sus orejas, y de esa lógica tan esquiva para la raza humana y tan común para la vulcana.
I am Spock, escrito en 1995, el cual casi se diría que es una consecuencia de un libro escrito veinte años antes titulado I am not Spock, responde a la necesidad del actor de contar en primera persona su vida antes, durante y después del fenómeno Star Trek.
Leonard Nimoy nunca renegó del personaje, pero sí quiso dejar claro con ambos libros que él era algo más que el primer oficial de la nave Enterprise.
En el caso del primer libro, hay que entender que surgió en un momento en el que nadie podía pensar en lo que se iba a convertir Star Trek, pues estamos hablando de una serie televisiva que fue abruptamente cancelada tras tres años de emisión. Lo que sí se nota en el segundo libro es la asimilación que el actor tuvo para con el personaje, llegando a adoptar algunos de los modos y maneras de su alter-ego vulcano.
Leer I am Spock (Soy Spock, en su versión española) no solo es un placer para quienes disfrutamos con la creación de Gene Rodenberry, sino para quienes apreciamos una radiografía del mundo del espectáculo sin el esperpento y la vacuidad que rodea al “show-business”. Leonard Nimoy no solo era un gran actor, sino una persona tremendamente lúcida e inteligente, y esas cualidades están perfectamente plasmadas en este libro. Además, ¿se imaginan a alguien mejor que el Señor Spock, con permiso del Doctor Bones, para decir “fascinante”?
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Así como hay traga-fuegos se podría decir que yo soy una devora-libros. Pequeños, grandes, para adultos, para niños, para reír, para llorar... Me da lo mismo, los engullo sin miramientos. Para mí, no hay nada mejor que un libro, una caja de galletas y horas libres, para rellenar con lectura.