El ex policía 'Manolón': ''Trashorras dijo tras el 11-M que habían sido los moros''

El ex jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez, Manolón, aseguró este lunes que el procesado José Emilio Suárez Trashorras le dijo inmediatamente después de los atentados del 11-M que “habían sido los moros”.

En la decimonovena jornada del juicio, Manolón relató que Trashorras le dijo que habían sido los “moros” porque un hombre, del que no recuerda el nombre, que pertenecía al grupo de árabes que conocía en Madrid se había despedido de él diciendo: “si no nos vemos en la tierra, nos vemos en el cielo”.

Manolón, que fue interrogado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, señaló que Trashorras se ofreció a colaborar con la Policía si sacaban a su cuñado, el procesado Antonio Toro, de la cárcel “para pasar las navidades con su familia” y a cambio daría la información necesaria para que incautasen varios kilos de cocaína.

Así comenzó la relación entre el testigo y Trashorras, quien, según señaló Manolón, colaboró con la Policía en varias ocasiones más aunque “nunca” les dio ningún nombre de ningún “morito”, a pesar de que en varias ocasiones les hablaba de ellos.

Fue el día después de los atentados, cuando el testigo se encontró en un bar a Trashorras y le dijo que habían sido “los moros”, aunque “Manolón” le respondió que no, que “había sido ETA” y no le hizo “el menor caso” porque, según indicó, el procesado “exageraba las cosas”.

Sin embargo, el 15 de marzo Trashorras le volvió a insistir y le explicó que días atrás había estado “con los moros” a los que él conocía en Madrid y con los que traficaba con drogas, y que uno de ellos se despidió diciendo que si no le veía antes le vería en el cielo por lo que “Manolón” se lo comunicó a sus compañeros.

El 17 de marzo, el procesado, quien le llegó a entregar al testigo su agenda con todos sus contactos para que la fotocopiara, compareció ante varios agentes de la Policía llegados desde Madrid para comentar todo lo que sabía al respecto de los atentados y horas después, le leyeron los derechos y fue detenido.

Hoy también compareció el ex confidente de la Guardia Civil, Francisco Javier Lavandera, en calidad de testigo protegido, y aseguró que Trashorras y Toro le ofrecieron en 2001 participar en la venta de explosivos varias veces “porque podría ganar mucho dinero” y que el primero de ellos le dijo que disponía de “400 kilos de dinamita”.

Tras indicar que conoció a Toro en el club en el que él trabajaba como portero y como adiestrador de serpientes, subrayó que éste le dijo que tenía contactos con ETA y que en una ocasión le comentó que la banda terrorista “estaba dispuesta a pagar mucho dinero” por encontrar a alguien que montara bombas a través de teléfonos móviles, aunque añadió que no cree que la organización terrorista haya tenido relación en los atentados

Explicó que no se tomó en serio la venta de explosivos hasta que en el verano de 2001 Toro le mostró “cartuchos sueltos de dinamita” en los que vio que “ponía de Goma 2 Eco”, lo que comunicó a la Policía Nacional, aunque “no me tomaron en serio para nada”.

Tras esto, y a raíz de la detención de Toro en 2001 por la denominada operación Pipol, acudió a la Guardia Civil “para contar el suministro de explosivos”, y añadió que se entrevistó con el agente Campillo, quien grabó la conversación que tuvieron en una cinta, de la que Lavandera no tuvo conocimiento hasta que apareció en los medios de comunicación.

Sobre Trashorras dijo que acudió al club después de detener a Toro y le dijo que tenía “400 kilos de explosivos” para vender y unos días después le indicó que “200 kilos se los había encajado a ETA”, aunque Lavandera recordó que los comentarios sobre la banda terrorista no se los comunicó a las Fuerzas de Seguridad y que sólo les informó de la venta de explosivos.

A continuación declaró el agente Campillo, quien reconoció que grabó la mencionada cinta sin comunicárselo a Lavandera al considerar que era un “asunto serio”, tras lo que realizó un informe que entregó a sus superior y fue apartado del caso.

En esta jornada también declaró el narcotraficante Lofti Sbai, que aseguró que pocos días después del 11-M Rafá Zouhier le comentó que el suicida Jamal Ahmidan, El Chino, podía estar implicado en la masacre porque había comprado explosivos a Trashorras y se había radicalizado tras volver de Marruecos, donde estuvo preso.

La ex novia de Zouhier fue otra de las personas que compareció hoy como testigo protegido y señaló que su ex pareja le contó que trabajaba como confidente de la Guardia Civil pero añadió que pensaba que lo hacía para esconder que “era un delincuente”.

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