El encantador embrujo de las tapadas

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La indumentaria tradicional de la mujer de Los Llanos de Aridane, el llamado traje de manto y saya, se ha convertido en uno de los más atractivos valores etnográficos de Canarias, según indica en uno de sus trabajos de investigación etnográfica la cronista de la primera ciudad del Valle y actual consejera de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de La Palma, María Victoria Hernández. El citado departamento de la primera Corporación insular, con la colaboración del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, ha organizado para la noche del 29 de mayo, víspera del Día de Canarias, en el casco antiguo de la localidad, un paseo entre espectadores y un grupo de personas que lucirán la citada vestimenta tradicional.

En este recorrido, informa la institución palmera en un comunicado, “habrá momento para la música, la poesía y el teatro, todo ello envuelto en el ”embrujo seductor“ de la antiquísima vestimenta de manto y saya, también conocida por 'las tapadas', conservada en La Palma”.

La consejera del área, María Victoria Hernández, señala que “Los Llanos de Aridane, junto con otros municipios de la Isla, conserva en su indumentaria tradicional de manto y saya un legado patrimonial único en Canarias de indudable valor etnográfico y antropológico, conformando el más antiguo testimonio conservado en la actualidad de la auténtica 'tapada' canaria, como vestimenta cotidiana y usual de la mujer hasta mediados del siglo XIX”. Otros municipios de La Palma conservan igualmente “el llamado 'manto y saya', con diferentes variantes y, especialmente, en el colorido de ambas piezas”.

María Victoria Hernández destaca que “con las actividades programadas se pretende contribuir a mantener viva la memoria sobre costumbres y tradiciones arraigadas en la cultura palmera durante años, y que ahora han quedado en desuso”.

La tapada, explica Hernández en el citado artículo, “consiste en utilizar el manto para envolver cabeza, pecho y rostro de la mujer”. Se trata, pues, añade, “de una acción voluntaria para esconder y ocultar la identidad personal bajo el anonimato, en la mayoría de los casos, no falto de coquetería y embrujo ante el varón”. La diferencia entre “la tapada y el manto y saya consiste básicamente en que, en el primer caso, es necesario un gesto, una acción de ocultar el rostro (tanto saya como manto de color negro) sin sombrero; en el segundo caso, el rostro va descubierto, se emplean diferentes colores en el manto y la falda, el primero se coloca sobre los hombros o la cabeza y, en ambas versiones, no se prescinde del sombrero”. Claramente, precisa, “esta última es una variante tardía de la primera, si bien ambas debieron convivir conjuntamente en el siglo XIX”.

El traje de mujer de Los Llanos de Aridane, continúa, “se compone de tres piezas principales: la saya (falda), el manto y la camisa”. El manto, precisa, “al contrario que otras variantes, va separado y se ajusta de atrás hacia delante con una cinta. La falda o saya discurre en todo su contorno en anchos pliegues y sin barredera”.

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