Un ambiente irrespirable por las emanaciones de anhídrido carbónico

Los excursionistas que accedieron este sábado a una galería de agua en Tenerife previsiblemente hallaron un ambiente irrespirable por las emanaciones de anhídrido carbónico, de origen volcánico y que se acumula en las partes bajas, temperaturas de unos 30 grados centígrados y una oscuridad absoluta.

Así lo manifestó el portavoz de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), Eustaquio Villalba, quien dijo que los terrenos en la galería de Piedra de los Cochinos son muy compactos y en ellos no hay intercambio de aire con el exterior, por que hay muy pocas fisuras y no puede pasar el aire atmosférico.

El aire queda reducido al que se introduce por una boca de aproximadamente entre 1,80 de altura por 1,60 de ancho.

Por ello las personas que entran en una galería tienen que andar casi todo el trayecto encorvadas y además suele haber puntas de roca que pueden golpear la cabeza “y he sufrido unos cuantos golpes”.

El agua que captan las galerías se introduce por fisuras volcánicas que han roto el terreno y no suele haber gases venenosos, sino anhídrido carbónico, un gas más pesado que el aire, también de origen volcánico y que se deposita en la parte baja.

Por ello el ambiente no es venenoso, sino irrespirable porque el anhídrido carbónico es inodoro e insípido y no se percibe.

“No tiene mal olor ni huele a gas, y produce un empobrecimiento del poco oxígeno que hay disponible, teniendo en cuenta que no hay aireación, y se producen fenómenos de oxidación”, explicó.

Cuando se respira este compuesto químico de óxido una persona se siente mareada y fatigada y lo peor que se puede hacer es quedarse dentro de la galería.

En su opinión, este es el primer accidente de excursionistas en una galería que conozca Villalba porque los anteriores han sido de trabajadores, y el problema radica es que si se va ayudar a los que han caído “en el momento en que te agaches también respiras anhídrido carbónico”, a no ser que se lleven equipos autónomos de respiración.

Se debe procurar levantar a las personas del suelo y llevarlas “lo más rápido” posible a donde pueda haber una burbuja de aire para que puedan respirar.

Además, la oscuridad en una galería “es la más absoluta que hay, ni siquiera la noche más oscura se puede comparar”, y argumentó Villalba que es imposible que varias personas que hayan entrado a uno de estos lugares puedan estar agrupadas para darse calor, sino en fila india por la estrechez.

En las galerías suele haber humedades del cien por ciento y temperaturas de hasta 30 grados centígrados, lo que lo hace absolutamente insoportable, y que se agrava ante el hecho de que algunas “va cayendo agua y es espectacular ver chorros de agua por todos lados”.

Ello obliga a que cuando se quiere entrar en una galería se deban tomar “muchísimas precauciones” y el portavoz de ATAN recordó que hace menos de un mes visitó la del Buen Viaje, en el municipio de El Tanque, para lo que hubo que airearla durante un par de días.

Cuando pudo entrar en la galería lo hizo con un paraguas y cubierto de plástico “de arriba abajo”.

Asimismo, se debe entrar con luces de carburo porque las linternas se apagan con rapidez y no avisan, mientras que la llama de las de carburo cambian de color cuando disminuye el oxígeno, lo que es una señal de que hay que retroceder.

Respecto al hecho de que algunos excursionistas pudieran salir por su cuenta de la galería, Eustaquio Villalba opinó que esto es posible si la falta de oxígeno no ha llegado al cerebro y en función del tiempo que se haya permanecido dentro.

Añadió que las zonas en las que las galerías tienen mayor cantidad de gases son las de volcanismo reciente y no en las más antiguas de la isla, como Teno, donde las rocas son compactas y con pocas fisuras.

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