Uno de cada tres demandantes de empleo en 2015 será inmigrante

El mercado laboral español depende cada vez más de la mano de obra inmigrante, una tendencia que continuará en el futuro. En 2006, la mitad de los empleos creados fueron ocupados por inmigrantes, según un informe del Observatorio de Demografía y Mercado Laboral de PeopleMatters y en 2015, un tercio de los demandantes de empleo serán extranjeros, un colectivo que alcanzará para entonces los ocho millones de personas.

El documento pone de relieve la importancia que está adquiriendo el sector servicios para los trabajadores de terceros países y la necesidad cada vez mayor de inmigrantes más cualificados, especialmente en tecnologías de la información.

El perfil del inmigrante en la actualidad es hombre (54% del total), de entre 25 y 34 años y de origen marroquí (14%) o ecuatoriano (11%) y con gran espíritu emprendedor. Los extranjeros doblan en porcentaje sobre el total de su colectivo a los nativos que trabajan por cuenta propia y a los españoles que trabajan en puestos no cualificados.

Las estimaciones contenidas en el estudio señalan que la población inmigrante seguirá creciendo y que el tipo de trabajos que realizan evolucionará significativamente hacia trabajos más especializados y de más responsabilididad, así como más relacionados con el público. Este hecho favorecerá la venida de mano de obra latinoámericana, ya que cuentan con ventajas como el idioma y el bajo coste salarial que demandan. Aunque hoy, el sector de la construcción tiene gran importancia, el sector servicios ha experimentado un gran aumento desde 2000 y es el principal creador de empleos.

El estudio indica que el 20% de la población activa inmigrante actual dispone de educación superior. Este grupo aumentará y “provocará que las empresas y la administración tengan que buscar talentos en el mercado internacional, sobre todo en el campo de la Tecnologías de la Información”, según señaló Alfonso Jiménez, director de PeopleMatters, que añadió que España no tiene experiencia en la captación internacional y que los principales déficits del mercado laboral se encontrarán en los puestos de tecnologías de la información, como programación, diseño o sistemas de redes.

Hoy por hoy, los extranjeros que se están incorporando al mercado de trabajo son, en su mayoría, graduados en educación secundaria, un 57 por ciento del total inmigrante, y ocupan el vacío dejado en este tipo de cualificaciones por la población española que en el pasado prefería las ocupaciones universitarias, lo que provocó un excedente de universitarios en determinadas ramas, según manifestó Jiménez.

El portavoz de PeopleMatters señaló que gracias a la población extranjera y a su amplia tasa de actividad (casi un 20% mayor que la nativa) las empresas han contenido sus costes salariales, por lo que las compañías ganan en competitividad. Mónica San Nicolás, autora del estudio, apuntó que el mismo fenómeno se puede repetir en los empleos de más cualificación lo que llevaría a la contención de los salarios. En este sentido, Jiménez destacó que ejemplo del del País Vasco donde existe inflación salarial debido a que no consiguen atraer el flujo de población inmigrante, un colectivo que tiene como principales destinos Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana.

Jiménez apostó por una mayor regulación de los flujos migratorios y una mejor selección demográfica y geográfica de los inmigrantes para satisfacer las demandas de la empresa española.

Según los autores esta inmigración ordenada equilibraría oferta y demanda de empleo y promoverá la inversión extranjera debido a una mejor calidad de los recursos humanos que ofrece el país.

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