Cosas que Cañete deberá explicar en Bruselas

No es la primera vez que Miguel Arias Cañete es parlamentario europeo, pero sí la primera en que se tiene que someter a un duro examen sobre su pasado. Lo hará a partir del miércoles ante la eurocámara, algunos de cuyos miembros le tienen echado el ojo a una trayectoria que lo coloca como el prototipo de político demasiado contaminado por sus propios negocios particulares y por algún episodio lejano que no permitiría catalogarlo como un cargo público de fiar. Su afición favorita, a tenor de la documentación que manejan sus señorías europeas, es la de ocultar sus profundas vinculaciones con el mundo de la empresa, vinculaciones que mantuvo durante su mandato como europarlamentario entre 1987 y 1999 y que no abandonó ni siquiera cuando Aznar lo hizo ministro en la legislatura 2000-2004. Esa amplia documentación incluye sonados reportajes en la prensa española y hasta el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, que en una sesión de su comisión de la comisión de Régimen de las Administraciones Públicas de febrero de 2001 puso en evidencia su participación en empresas que o eran claramente incompatibles con su actividad como ministro de Agricultura o, como mínimo, chirriaban de lo lindo en lo ético, lo estético y hasta lo moral. No conforme con aquella tormentosa revelación de colisión de intereses, Arias Cañete volvió a las andadas en esta legislatura, cuando Rajoy lo volvió a hacer ministro del mismo ramo y el interesado volvió a ocultar en su declaración oficial ante el Congreso de los Diputados su participación en empresas que hoy lo colocan en el disparadero: Ducar y Petrologis Canarias. Con esos antecedentes, este ministro fue capaz de otorgar la Declaración de Impacto Ambiental favorable a Repsol con la que la compañía de cabecera de José Manuel Soria obtuvo sus ansiados permisos para prospecciones en las costas de Canarias. Pero veamos algunos episodios del pasado de Cañete que atesoran sus señorías eurodiputados europeos.

Empresas agrícolas y de juegos de azar

En aquella sesión de la Comisión de Régimen de Administraciones Públicas, celebrada en el Congreso de los Diputados el 22 de febrero de 2001, Cañete no dio la cara. Lo hizo en su nombre y en el del Gobierno de José María Aznar su ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, actual presidente de las Cortes. Reclamaban explicaciones los grupos socialista y de Izquierda Unida, cuyos representantes no salieron en absoluto satisfechos con las explicaciones. El socialista Ángel Martínez Sanjuán, diputado por La Rioja, relató con papeles en la mano cómo el entonces ministro había mentido al afirmar que había cesado en todas las sociedades de las que formaba parte antes de entrar en el Gobierno. Por ejemplo en Tecnijuego, Cebingo e Italcar, radicadas en Ceuta y dedicadas, como se puede colegir fácilmente, al edificante negocio del juego, una actividad en la que, miren por dónde, parece coincidir con el flamante nuevo ministro de Justicia, Rafael Catalá, vinculada a la empresa de juegos de azar Codere, de cuya fundación sigue formando parte, según Libertad Digital. Pero volcamos a Arias Cañete, porque además del negocio del juego, mantenía por entonces estrechos vínculos mercantiles con negocios agroganaderos y de importación de vehículos, afición esta última que, por cierto, le llevó a ser piloto amateur de la escudería, mira tú qué cosas, Repsol Classic. Siendo ministro de Agricultura con Aznar, el aspirante a comisario europeo mantenía vínculos societarios en las mercantiles Arias Domeq, Capa, Domeq Rivero, Presenta y Experimental Agrícola. En el momento de aquella comparecencia de Jesús Posada, el entonces ministro de Agricultura mantenía en vigor dos apoderamientos ante el Registro Mercantil, y los dos en empresas relacionadas con su actividad como miembro del Consejo de Ministros, Domeq Rivero y Capa. Aquel descubrimiento hubiera bastado para que tuviera que dimitir, pero acabó la legislatura tan campante. Luego vinieron los socialistas y Cañete regresó a sus actividades empresariales a pesar de que volvió a ser diputado con el PP. Hasta que, con el regreso del PP, Rajoy lo hizo de nuevo ministro, con lo que volvió la burra al trigo.

El pescador que Cañete hizo millonario

Pero siendo muy feas estas historias de incompatibilidades, en las hemerotecas se conserva un episodio del pasado de Miguel Arias Cañete que se le puede atragantar en cuanto un eurodiputado se lo pregunte el miércoles. Ocurrió a finales de los ochenta en Jerez de la Frontera, donde compartía edificio su despacho de abogados con el de Antonio Morenés y José Luis Coveñas, concejal del PP y conocido en la ciudad como Pepón. Según publicó el periodista Manuel Rico en la revista Interviú en julio de 2001, los tres letrados “desarrollaron diversas actividades en Sodgal, una empresa utilizada para blanquear 2.000 millones de pesetas del industrial catalán Bertrán de Caralt” mediante la utilización de DNI falsos. Siempre según esa publicación, que se remitió a una sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona del 5 de abril de 1994, la empresa Sodgal, que el aspirante a comisario liquidó en 1991, era “una simple fachada al servicio de otras sociedades dentro del sector agropecuario”, una sociedad, se añade, “a través de la cual se sirven los intereses de las demás pertenecientes a Bertrant de Caralt”, que resultó condenado a cuatro años de cárcel por un delito continuado contra la hacienda pública en sentencia firme del Supremo de 1996. Un año más tarde, en agosto de 1997, el Consejo de Ministros presidido por Aznar indultó al empresario catalán y al otro condenado, Timoteo Ramírez, empleado de Sodgal, al que habían caído cinco años de prisión. ¿Cuál fue la participación de Arias Cañete en este asunto, conocido entonces como el caso de los DNI falsos? El entonces eurodiputado del PP, según la referida sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, pagó 250.000 pesetas al pescador onubense Manuel Díaz Pérez mediante un talón cuyo rastro siguió la justicia para comprobar que se trataba de un pago para taparle la boca ya que su DNI había sido uno de los casi doscientos empleados para el blanqueo de capitales. El pescador había recibido una comunicación del Banc Catalá de Crédit en el que le informaban del rendimiento generado por una inversión de 30 millones de pesetas en Letras del Tesoro que él jamás había realizado.

Colocación fraudulenta de acciones de Repsol

Aquella investigación, que pasó por encima de Cañete como si nada hubiera hecho el eurodiputado, aforado por las leyes españolas, permitió también conocer cómo las gastaban los compadres de Arias Cañete en aquel bufete jerezano. Dice Interviú que la agencia de valores Usera y Morenés, este último el abogado que dirigía Sodgal, también recurre al caso de los DNI falsos para realizar una operación fraudulenta con la colocación de acciones de Repsol. Interviú cuenta que de las 484 peticiones de suscripción realizadas por dicha firma, 162 supuestos peticionarios negaron haber dado orden alguna de suscripción y otros 161 no pudieron ser localizados jamás. Entre las peticiones realizadas figuraba la del pescador onubense Manuel Díaz Pérez. La Comisión Nacional del Mercado de Valores expedientó a la agencia de valores y Morenés fue inhabilitado durante dos años como agente de cambio y bolsa.

El PP balear y dos espontáneos

Impagable la portada que este domingo hizo el Diario de Ibiza, de Editorial Prensa Ibérica. En ella se puede ver a un grupo de jóvenes de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Baleares que, al término de una de sus sesiones espiritistas (escuela de verano por los pelos), se manifestaba en la playa de es Figueral contra las prospecciones petrolíferas. A los cachorros del PP, partido que en ese archipiélago sí está en contra de los sondeos, se sumó el presidente del partido y del Govern balear, José Ramón Bauzá, que no dudó en colocarse para formar, junto a los demás participantes, un enorme “no” sobre la arena. Cuentan las crónicas que “dos personas ajenas al PP desplegaron una pancarta con el mensaje ‘Soria dimisión’”. Nadie, sin embargo, parece haber hecho lo más mínimo para evitar que la pancarta espontánea apareciera en la grandiosa foto. Los jóvenes de Nuevas Generaciones leyeron un manifiesto en el que, sin embargo, culparon al PSOE por haber autorizado las prospecciones “en nuestra aguas en 2010”, prospecciones que a su juicio “constituyen una grave amenaza para todo lo que hemos conseguido”, en referencia a “los dos grandes motores de nuestra prosperidad: la naturaleza y el turismo”. Un mensaje que se parece muchísimo al que desde Canarias el PP, los grandes empresarios y otros voceros consideran que es “político” y “tergiversado”.