Se me desmarquen

Aunque la UD Las Palmas haya evitado ya medir sus fuerzas con Las Zocas o la UD Agaete en la temporada entrante, de lo que nos alegramos y mucho (por más que algunos digan), no nos cansamos de contarles la intrahistoria del club amarillo, porque debemos y además se está poniendo bonita. Llegaron las perras, pero no la definitiva solución que devuelva la calma necesaria para afrontar una competición que se inicia en poquitas semanas. Los aún propietarios del club de Pío XII han optado por recordar al nuevo Consejo de Administración que todavía tienen las acciones en sus manos, por lo que sería bueno que caminaran un tanto alejados de la tutela de quien los parió, o sea, Gonzalo Angulo. Y lo hacen porque no están gustando determinadas cuestiones que pusieron sobre la mesa antes de avalar el crédito de más de nueve millones y medio de euros (1.600 millones de pesetas) de la pasada semana. Cuestión primordial para ellos es que la UD Las Palmas saque tajada del Estadio Insular y sólo cuando se les garantice dejarán volar sus acciones hacia la tan cacareada Fundación. Pero además este tira y afloja que no es nuevo, está encontrando reflejo además en el plano deportivo. Ya hay quienes dentro del nuevo Consejo no ven con buenos ojos los manejos de Manolo Torres, el hombre de Angulo. Maniobras que fomentan además las diferencias dentro del propio cuerpo técnico cuando Monteagudo viaja hacia Suecia para, según Tonono, estar a prueba mientras la realidad era que el jugador ya tenía todo atado y bien atado con Torres. Y si cabía alguna duda de que Angulo se moja por Torres, cuentan que cuando alguien le insinúa que el director de fútbol se está pasando un pizco, las paredes del Instituto Insular de Deportes tiemblan.