Esas lágrimas de inconsolable independentista

Pecamos en muchas ocasiones de desconsiderados cuando infravaloramos los sentimientos patrióticos de don Pepito y sus mariachis editorialistas. Del mismo modo que somos injustos al no valorar en su justa medida las fuentes londinenses y africanas de que se nutre para concluir que 2010 o, en el peor de los casos, 2011, será el año de la descolonización de Canarias. Porque cuando don José relata sus sentimientos nos deja absolutamente desarmados en nuestra crítica: “Cuando vemos cada día en esta Casa libros, revistas o imágenes de nuestros antepasados los guanches, se nos ponen los pelos de punta y las lágrimas nos brotan porque esos seres buenos, dueños de sus tierras, fueron invadidos, esclavizados, saqueados y vendidos en los mercados españoles de Sevilla, Valencia y hasta en el extranjero. Desde que comenzamos nuestra andadura en pos de la libertad de Canarias sólo nos guía conseguir la libertad de estas Islas. Por eso, cuando algunos se oponen a nosotros, cuando oímos el silencio de los narcotizados (perdónesenos el oxímoron o contradictio in terminis) y presenciamos la actitud vergonzosa de los políticos mamones, nos sube la presión de la indignidad y nos reconocemos como los profesionales y personas de la mayor dignidad para pasear nuestras ideas con altivez por los senderos de nuestros pueblos y, al mismo tiempo, despreciar a toda esa morralla política que se humilla ante el invasor y ladrón de nuestros bienes, que no es otro que el metropolitano español”. Ahí queda eso.