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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Se veía venir

Teresita Morales es mujer de armas tomar, con un colmillo político que debiera relatarse en los manuales. Es trabajadora y batalladora, pero sobre todo, de las que no se calla las cosas por mucho que se lo ordenen. O mejor dicho, menos se las calla si se lo ordenan. Por su tesón y su trabajo se fue ganando la confianza de muchos dirigentes, especialmente de Jerónimo Saavedra, con el que sin embargo ha mantenido algunas notorias diferencias. Pero de un tiempo a esta parte, quizá desde que Saavedra inició su retirada, Morales empezó a significarse de manera más crítica, y a su alrededor se fue creando un grupo que rápidamente fue identificado por sus compañeros y sin embargo adversarios, como “Los Teresitos”. El primer pulso de relevancia que perdió alguien de ese grupo fue el que libró Carolina Darias con Juan Carlos Alemán, que se merendó a la entonces secretaria de Organización sin aflojarse detrás unas míseras sales de frutas. “Pérdida de confianza”, vinieron a decir, más o menos lo mismo que ahora con Tere Morales. Luego vino el feo que le hizo la militancia no designándola delegada para el congreso insular de Gran Canaria, el que iba a elegir a José Miguel Pérez.

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