La experiencia pepera grancanaria ha sido muy negativa con pérdida de oportunidades y de fondos europeos y graves desatenciones en aspectos importantes para el desenvolvimiento de la ciudad y de la isla. Con tales antecedentes no sorprende que ATI premiara a Soria con la vicepresidencia del Gobierno y la Consejería de Hacienda; como hiciera, por cierto, Adán con Mauricio. Intuyo que Soria ya no puede volver a Gran Canaria, que la presidencia regional está fuera de su alcance y que sólo le queda Génova (sin Rajoy) como escapatoria. El tiempo dirá.En cuanto a los psocialistas, es obvio que no pueden justificar con el legado soriano sus propios fallos e incapacidades. Comprendo que en los primeros compases y durante las vacaciones circularan noticias de la pobre herencia recibida. Pero no sería de recibo prolongar la llorada porque se les votó para cambiar el rumbo no para ponerse pejigueras. Hubo lo que hubo y punto: ahora les toca explicar por donde piensan caminar. El comienzo del curso les obliga a retratarse, a desvelar objetivos y hacer de lo anterior simple referencia que no pueden utilizar para escaquear sus errores y carencias. Que los habrá.Lo mismo digo de Juan Fernando López Aguilar. Ya se ha divertido bastante de víctima cuasi inconsolable de CC-PP y a costa de la inconsistencia del Gobierno. Hora es ya de que el líder psocialista cambie el chip, arregle la casa por dentro, despeje dudas y comience a hacer la oposición que sus electores demandan y que no tiene precisamente difícil. Lo que fue, fue. La buena política es, por encima de todo, acción de futuro desde el presente y a eso hemos de atenernos. Gran Canaria no se quitó en las elecciones un peso de encima para descubrir, por último, que sólo cambió de carga. Para ese viaje no se necesitaban alforjas.