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¿Vamos a entregar el aprovechamiento geotérmico de La Palma a la petrolera REPSOL?

22 de abril de 2022 20:14 h

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Lo que nos faltaba. Parece ser que por ahí van las intenciones. No se trata de rumores infundados porque en Gran Canaria esta multinacional, disfrazada de verde para desarrollar su negocio en la transición energética, ya tiene la autorización para la exploración geotérmica en Gran Canaria otorgada por la Dirección General de Industria de la Consejería de Turismo y Comercio del Gobierno de Canarias Boletín Oficial del Estado.  N.º 305 de 22 de diciembre de 2021. Y se encuentra tramitando la misma autorización para la isla de La Palma.

Antes del volcán, los últimos estudios geofísicos MT realizados por INVOLCAN localizaron a 2km de profundidad reservorios geotérmicos a ambos lados de la dorsal Cumbre Vieja.

Cuando todavía tenemos en carne viva la tragedia humana y económica de la erupción del Tajogaite, las coladas calientes y los gases que no permiten a una parte importante de los evacuados regresar a Puerto Nao y la Bombilla, ya una multinacional petrolera, Repsol, la de las prospecciones en el 2014 frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, está interesada en la explotación del recurso geotérmico de la dorsal Cumbre Vieja. Mal empezamos con el plan de recuperación económica y social de la isla después del volcán. 

La soberanía energética es el rumbo de la transición. – Son cuatro minihidráulicas, Electrón (1893-1947), Argual (1933-68), Tazacorte (1933-72) y Salto de Mulato (1955-2004) las que funcionaron, en diferentes momentos, entre 1893 y la década de los sesenta del pasado siglo, las que representaron la soberanía energética correspondiente al primer capítulo de la historia de la electricidad en La Palma. Después comenzaría el periodo de la dependencia del petróleo hasta la fecha y, ahora nos encontramos en la transición del petróleo a las renovables para cambiar el modelo eléctrico insular y afrontar la emergencia climática.

Como en el nuevo modelo energético la demanda se va a cubrir con los recursos renovables que están en la isla, tenemos la oportunidad de que su desarrollo potencie y diversifique la economía insular reduciendo la extracción de rentas hacia el exterior.  En la Palma ya tenemos un proceso de transición energética con un rumbo establecido en el Manifiesto del Electrón. Documento aprobado por todas las administraciones locales de la isla (ayuntamientos y Cabildo), cuyo contenido fue el resultado de un proceso participativo insular denominado “Ruta por la soberanía energética”, en el marco de un cambio del sistema energético insular para ir sustituyendo la generación contaminante y cara de la central térmica de Los Guinchos por recursos renovables que tenemos en la isla, entre otros, el geotérmico. Por lo tanto, si la base del rumbo que hemos decidido para el cambio de modelo en la isla es la soberanía energética, entonces debe haber control público del aprovechamiento y desarrollo de los recursos renovables que van a dar cobertura a la demanda, donde la participación privada tendrá su espacio, pero no el control de un sector estratégico como el energético y un servicio esencial como el eléctrico. Algo hemos aprendido de la pandemia.

Repsol, del negocio de las petroleras al de las renovables a través de una transición que no va más allá de una sustitución tecnológica

El modelo que tenemos en La Palma tiene una dependencia del petróleo del 90% y está controlado por una multinacional del gobierno italiano, Enel, que es la accionista mayoritaria de Endesa y que está produciendo una permanente descapitalización de la isla, ahora que la transición energética se basa en el desarrollo de los recursos renovables que tenemos en la isla, como la geotermia, para ir construyendo soberanía energética, reduciendo la dependencia del petróleo y, al mismo tiempo, vinculando dicha transición a la economía para su diversificación, creando riqueza y empleo local, ¿vamos a repetir el mismo guión, entregar los recursos propios a otra multinacional?. ¿No hemos aprendido nada?

En estos días y, especialmente, a partir de la tormenta Filomena en enero del año pasado, se ha producido un incremento disparatado de los precios de la electricidad en el mercado mayorista que, junto a las consecuencias de la crisis sanitaria de la pandemia, ha puesto patas arriba toda la economía, desde la doméstica hasta la de todo el sistema de producción de bienes y servicios y cuando parecía que era imposible una crisis mayor, se produce la invasión de Ucrania por Rusia y se cumple aquello de que una situación grave es susceptible de empeorar. La guerra de Ucrania ha visibilizado, también, nuestra vulnerabilidad agroalimentaria al descubrir la dependencia de los cereales cultivados en ese país para la alimentación de la cabaña ganadera, para el gofio y el pan, cuando tenemos en la isla más de la mitad del suelo agrícola abandonado.

Hacemos esta contextualización, en el marco de la transición energética insular, para reflexionar acerca del papel de la electricidad y los combustibles en un proceso de incremento permanente de la electrificación de la economía a todos sus niveles y, por lo tanto, entender que nuestro cambio de modelo energético debe seguir el rumbo de la autonomía, de la no dependencia del exterior para que la economía insular reduzca vulnerabilidad y sea más circular, social y solidaria.  

¿Quiénes son los damnificados?.- Cuando nos encontramos definiendo un plan de recuperación económica y social para hacer frente, por si ya era poco lo que teníamos, a la mayor crisis que ha tenido La Palma en su historia, al mismo tiempo, que estamos invitando a la participación de los afectados y a toda la isla en ese amplio y complejo proceso, le estamos abriendo la puerta, al margen de ese proceso participativo, a una multinacional petrolera para que haga negocio con el recurso geotérmico, que de ser viable técnica y económicamente, a quienes corresponden beneficiarse es a los afectados, a la isla en su conjunto, para ayudar a compensar tantas pérdidas por el último volcán.

No es justo que la isla se queda con los daños de la erupción volcánica y que hablemos de resiliencia en el plan de recuperación, al mismo tiempo, que le vamos preparando los papeles para que el aprovechamiento de la geotermia lo haga una multinacional que el año pasado tuvo unos beneficios de 2.450 millones de € y, por lo tanto, su objetivo no entra en el ámbito de las donaciones a los afectados, más bien todo en el otro sentido, buscando un flujo de rentas en sentido contrario. No debemos olvidar quienes son los afectados a los que hay que ayudar en el plan de recuperación. Repsol se recupera solo, 6,8 millones de € de beneficio cada uno de los días del año pasado.

De los taladros de las prospecciones a los de la geotermia. -Ellos tendrán el conocimiento y los taladros de las prospecciones petroleras para, llegado el momento, hacer las perforaciones geotérmicas pertinentes y recibirán el pago correspondiente por los trabajos realizados, pero esto no es un yacimiento de petróleo de un país lejano, es un recurso renovable que tenemos en la isla y si llegase a producir riqueza es lógico y de justicia que se quede en la isla compensando a las pérdidas de los damnificados y de la economía insular. Ya conocemos bien lo que ocurre cuando el sistema de generación eléctrica y el mercado están controlados por las multinacionales del sector. Lo estamos sufriendo estos meses con unos precios en el recibo de la luz que escapan al control del propio gobierno y que parecen más una estafa que los costes del servicio eléctrico que recibimos.

Voluntad política para que el cambio sea posible. - En La Palma queremos una transición energética que cambie el modelo actual, con una independencia del petróleo y del monopolio. Necesitamos una voluntad política democrática que respete los intereses colectivos porque esa es la responsabilidad de los grupos de gobierno de las administraciones locales insulares. Cuando ya tenemos un rumbo para cambiar el modelo energético en la isla, las decisiones que tienen que ver con la forma de gestión de los recursos energéticos no pueden quedar al margen del proceso participativo que está en marcha para dar forma al plan de recuperación después del volcán.

Ahora, si queremos que la respuesta a la crisis volcánica sea una oportunidad para el futuro de la isla, para una economía circular que vaya adquiriendo una mayor sostenibilidad social y medioambiental de acuerdo con la agenda 2030 de los ODS, los responsables de las administraciones locales deben estar a la altura del momento y asumir la defensa del interés colectivo a través de la gestión de los recursos energéticos del territorio para que la riqueza que generen se quede en La Palma. 

En Gran Canaria, con respecto a la participación de REPSOL en la futura gestión del recurso geotérmico, de ser viable desde el punto de vista técnico y económico, el coordinador técnico de Soberanía Energética del Cabildo ha manifestado que la voluntad de la institución insular es de una gestión pública o pública con participación privada. Creemos oportuno que las administraciones locales de La Palma tomen nota de esta declaración de intenciones cuando en esta isla no hay damnificados ni pérdidas económicas que recuperar, porque en las últimas erupciones de Gran Canaria la isla estaba deshabitada y, por lo tanto, no hubo daños económicos ni destrucción de infraestructuras.

Tenemos varios ejemplos de situaciones reales, en las islas y fuera de ellas, de espacios insulares con un control público de los recursos energéticos, fuera de Canarias, en las Azores donde la empresa pública “EDA Renováveis S.A. del grupo EDA gestiona sus recursos renovables, entre ellos el geotérmico, con una potencia instalada de 28MW en las islas de San Miguel y Terceira. En Canarias, el Cabildo de EL Hierro como un buen ejemplo de defensa de los intereses insulares que, en su momento, gracias a la tenacidad y constancia de Tomás Padrón, presidente de la institución insular, se puso en su sitio con respecto a la titularidad de la central hidroeólica de bombeo Gorona del Viento con la mayoría de las acciones de la entidad (65,82%) ”Gorona del Viento El Hierro S.A.“ frente a Endesa.

 Y, también, en La Palma tenemos ejemplos, en la primera etapa de la electricidad en la isla, de cómo el cabildo desde 1947 hasta 1971 asumió la gestión del “Electrón S.A.” de la primera central hidroeléctrica de Canarias, creando la empresa “Riegos y Fuerzas de La Palma S.A.” que construye el Salto de Mulato (1955-2004) y, además, inicia la electrificación de La Gomera, El Hierro y Fuerteventura.

Por lo tanto, demandamos de las administraciones locales, por responsabilidad democrática, que asuman el control de los recursos energéticos que tenemos en la isla, porque es la única manera de ayudar a los damnificados y a la economía insular para compensar parte de los daños causados por el Tajogaite. A esa voluntad tiene que acompañarle un cambio de actitud para dejar de hacer lo mismo a partir de un consenso insular, construido desde la diversidad, planificar la gestión del territorio y sus recursos pensando en el interés colectivo.

Por último, el plan de recuperación económica y social de la isla después del Tajogaite, debe abordar la terminación y actualización de los estudios geofísicos y geoquímicos realizados por INVOLCAN, previos a las perforaciones que han de aportar la información necesaria para determinar la viabilidad técnica, económica y medioambiental del recurso geotérmico de Cumbre Vieja para la obtención de electricidad, así como de otros posibles aprovechamientos.

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