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Sin novedad en el centro por Profesores y personal no docente del IES Cruce de Arinaga
Si este alumno o esta alumna llega a completar sus estudios de educación secundaria en el I.E.S. Cruce de Arinaga, esto es, si termina 2º de Bachillerato y supera con éxito la temida P.A.U., cualquiera de ellos puede engrosar la honorable lista de alumnos y alumnas que promoción a promoción no sólo han logrado el título de Bachillerato, sino que lo han hecho con excelente expediente que les permita matricularse en la Facultad de su elección: Medicina, Enfermería, Ingeniería, Empresariales, Educación Física..., como ha sucedido con esta última promoción de alumnos y alumnas recién salidos del I.E.S. Cruce de Arinaga.
Nuestro Presidente del Gobierno y, por supuesto, nuestra Consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, ambos los dos se sentirán enormemente satisfechos por estos logros académicos de los alumnos y alumnas del I.E.S. Cruce de Arinaga. Y no es para menos. Cualquiera de los alumnos y de las alumnas a los que hemos hecho mención, y que en el mejor de sus casos han pasado dentro del instituto seis cursos académicos, seis años; cualquiera de ellos y ellas han completado una experiencia que sería excepcional si no fuera porque en nuestra Canarias, en el sistema educativo público, y desde hace muchos más que seis años, es normal entrar en centros educativos públicos escasamente preparados para aquello para lo que se supone que fueron diseñados: la labor docente.
No es novedad en absoluto oír aquello de que los centros educativos pertenecientes a la red pública de la Comunidad Autónoma de Canarias dejan mucho que desear. En muchos de nuestros centros educativos las carencias en el capítulo de dotaciones son más que significativas. Se podría decir que si comparamos la situación actual con la que se vivía en los centros educativos hace veinte años, nuestros colegios e institutos están mucho mejor, infinitamente mejor. Baste con advertir lo que se ha invertido en nuevas tecnologías: cientos de miles, o millones, de euros en ordenadores y programas que facilitan la administración y la labor docente; nuevos y modernos centros en los barrios y pueblos que han visto crecer sus poblaciones, programas de mejora para la calidad educativa... Pero sólo voy a nombrar aquí el triste fin del I.E.S. José Saramago para ilustrar la sensibilidad de la Consejería de Educación, en particular, y del Gobierno de Canarias, en su conjunto para con el sistema educativo público. La misma sensibilidad muestran nuestra Consejera de Educación y nuestro Gobierno de Canarias para con el I.E.S. Cruce de Arinaga.
El I.E.S. Cruce de Arinaga es el espacio en el que conviven 600 alumnos, 59 profesores y 5 trabajadores del personal no docente. A ellos se añaden las tres personas que hacen funcionar la cafetería. Todos ellos desarrollan sus actividades en un recinto solar de 5.000 metros cuadrados, que cuentan con un edificio principal, dos aulas-talleres, un gimnasio, un edificio anejo con cuatro aulas comunes y una específica para Educación Plástica; además se dispone de un aula de música, otra para idiomas, dos laboratorios, uno para Física y otro para Biología, un salón de actos, una biblioteca, dos canchas polideportivas, sala de profesores, despachos para el Equipo Directivo y Orientación, un anexo para los departamentos didácticos, aparcamiento para unos 30 vehículos, zonas ajardinadas, y la ya dicha cafetería. Escrito así, quien esto lea puede muy bien proferir: “¿Pero de qué se quejan éstos?”. Y es que es bien cierto aquello de que el papel lo aguanta todo. Tal y como he referido la infraestructura del I.E.S. Cruce de Arinaga, quienquiera que esto lea puede echarle imaginación a la distribución de los espacios que conforman este centro educativo y creer que, en cuanto construcción, este instituto no tiene nada que envidiar a los mejores de la Europa del Informe Pisa. Mucha imaginación es la que le echa nuestra Consejera de Educación y nuestro Gobierno de Canarias cuando afirman que nuestros centros educativos están bien dotados.
Quienquiera que entre en el I.E.S. Cruce de Arinaga, miembro de su comunidad educativa o visitante; quienquiera que se acerque a la realidad del I.E.S. Cruce de Arinaga podrá constatar la enorme distancia que media entre palabras y hechos, entre imaginación y realidad. En el I.E.S. Cruce de Arinaga sobra voluntad y faltan espacios. Alumnado, profesorado, personal no docente, madres y padres en general derrochan voluntad de querer hacer del I.E.S. Cruce de Arinaga un centro educativo decente. Pero la cotidiana realidad hace que en no pocos alumnos, profesores, padres y personal no docente cunda el desánimo al advertir el hacinamiento que se vive en el centro.
Si se dice que trescientos alumnos y alumnas deben compartir dos baños, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice un alumno, o una alumna, debe recorrer a lo largo de la mañana más dos kilómetros de trayecto para recibir sus clases de esa jornada, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga. La distancia desde un aula ordinaria hasta el aula de Plástica supera los cien metros. Los subsiguientes desplazamientos del alumnado por el centro para acudir a sus clases les lleva a perder mucho tiempo in itinere y al profesorado perder sus nervios por las demoras.
Si se dice que la falta de presupuesto para arreglar los baños hace que éstos sólo sirvan para almacén, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga. La Consejería de Educación se comprometió a mejorar los vestuarios del gimnasio: el presupuesto sólo alcanzó para el vestuario masculino.
Si se dice que el profesorado todo sólo dispone de un baño para atender sus necesidades, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice que los pasillos del edificio principal, en el que coinciden más de trescientas personas, no tienen más de un metro de ancho, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice que el acceso al aula de Música debe hacerse subiendo una escalera adosada al edificio, apuntalada y adornada por la herrumbre, con una pendiente que no se ajusta a las mínimas medidas de seguridad, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice que para ubicar a 23 grupos de alumnos de todos los niveles se disponen de 18 aulas comunes, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice que para atender a la diversidad la ratio de los grupos se sitúa por encima de los veinticinco alumnos por grupo,la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice que la sala de profesores, lugar para el intercambio de experiencias docentes, tiene 40 metros cuadrados siendo 59 los docentes, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice que la entrega de libros de texto para 1º y 2º de la E.SO. por parte de la Consejería se hará a mediados de octubre en el mejor de los casos, la imaginación nos puede llevar a algún país en vías de desarrollo en África, América o Asia; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga.
Si se dice que el instituto dispone de un Aula Enclave para atender a los alumnos con mayores dificultades educativas y que dicho Aula va a estar en el municipio vecino de Ingenio, la imaginación nos puede llevar a algún país del absurdo; la realidad nos deja en el I.E.S. Cruce de Arinaga, incompetencia de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias.
Así las cosas, resulta que para poder atender las mínimas necesidades educativas del alumnado, siendo de primera necesidad contar con aulas donde ubicar a los alumnos y las alumnas, los laboratorios se convierten en aulas y no se pueden preparar prácticas; la biblioteca se convierte en aula y no se puede desarrollar un plan de fomento de la lectura; el aula de música se convierte en aula; el aula de Idiomas se convierte en aula; el aula de Plástica se convierte en aula; los talleres de Tecnología se convierten en aulas; el aula Medusa se convierte en aula; el Salón de Actos, por llamarlo de algún modo...
Con estas condiciones alguien puede preguntar cómo se consigue que haya vida docente en el I.E.S. Cruce de Arinaga, cómo es posible que haya desdobles, que se impartan tres clases de Educación Física a la misma hora y con un solo vestuario, que se atienda a los alumnos y las alumnas con necesidades educativas especiales, que se pueda dar la mínima oferta educativa... La respuesta no puede ser otra que poniendo mucha voluntad por parte de toda la comunidad educativa, y echándole a la labor docente, para hacerla decente, mucha imaginación.
*Begoña García Acosta; Rubén López Pérez; J. Elena Alonso Hernández; Carmen Sánchez Pérez; Juana Mª Sánchez Cruz; Pilar Ramos Pérez; Elisa Estupiñán Santana; Juan Peña Perdomo; Aurora Vega Nuez; Dácil Cabrera García; Eva Medina González; María Soledad Ruiz Caballero; Francisco Luis Rodeiro Aguilar; Bibiana Cabrera Sánchez; Marta Abad Romero; Isabel González Brenes; Eva Barreto Rodríguez; María Ofelia Torres López; María Dolores Bellido Wamba; Delia González Padrón; Juan Lorenzo Cabrera Hernández; Rosario Mª Santana Cabrera; Blas Romero Romero; Ana Suárez Hernández; Gloria Suárez Trujillo; Santiago Plata; Miguel Mata Betancor; Carmen Espino Cruz; Lina María Rodríguez; Josefa Melián Artiles; Ernesto Guerra;
Profesores y personal no docente del IES Cruce de Arinaga*
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