La transición social de una nueva Europa

Lo mismo sucede en la actualidad con los sindicatos en España. Es decir, con la nueva reforma laboral los sindicatos pierden mucho poder como agentes sociales o representantes de los derechos de las clases trabajadoras, especialmente en la negociación colectiva. Pero esto no es nada nuevo, pues anteriormente, con el PSOE de Zapatero, ya lo tenían en su agenda. Por otro lado, no descubro nada nuevo si digo que los sindicatos están siendo perseguidos por denunciar y exigir lo que cobran los políticos, como viven y como han derrochado tantos millones de euros en los últimos 30 años de la vida de la democracia española. Por supuesto que estoy en contra de las subvenciones que se les dan a los sindicatos, pues para eso tienen las cuotas de sus afiliados. Por si fuera poco, y como si se tratase de una revancha personal, el gobierno de Mariano Rajoy insiste en desmantelar todos los sindicatos, sobre todo aquellos que tienen o tenían, liberaciones institucionales y bolsas de horas. Cierto es, que en los últimos años el Gobierno de PSOE hizo una buen propaganda en contra de los sindicatos para desviar la atención del verdadero y grave problema que tenía España. La opinión pública se hizo eco de ello y vio a los sindicatos como los males de este país. Mientras que Zapatero de jactaba en transmitir a la sociedad europea que España económicamente estaba en Champions League.

De igual manera y con distintos métodos propagandísticos, tanto el PSOE como el PP, han influido para que la sociedad española vea al funcionario y al empleado público como trabajadores privilegiados y vagos. Nada más lejos de la realidad. El funcionario como el empleado público o el trabajador de la empresa privada han sido y son verdaderos profesionales, aunque siempre salga una uva podrida. Pero si miramos las estadísticas y la realidad, veremos que en España han habido más políticos corruptos que funcionarios y empleados públicos. Resulta ser que ahora los culpables de la crisis económica y el alarmante desempleo son los funcionarios, los empleados públicos y los pensionistas. Los culpables son los sistemas implantados equivocadamente por los las clases políticas de Europa. Los errores, las corrupciones, el nivel de vida de muchos gobernantes sin escrúpulos ni dignidad personal y profesional, han motivado que Europa se vea afectada en una crisis económica grave. Del mismo modo, un estudio revela que tenemos 445.568 políticos empleados en la administración pública, lo que supone el doble de Italia y 300.000 políticos más que Alemania. Si hacemos cálculos matemáticos y se les recortarán 1.000 euros al mes a cada político español, habría un ahorro de más de 6. 200 millones de euros anual. Por último, al margen de que sobran ministerios, autonomías, consulados, ayuntamientos, cabildos, coches oficiales, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, tarjetas visas en las respectivos cargos políticos en Europa; lo que hay que buscar es dinero para crear empresas y con ello lograr puestos de trabajo. Y no desangrar a los funcionarios, empleados públicos, parados y pensionistas, para alimentar a los bancos. Lo que hoy es una conciencia social en las calles de Europa, mañana puede ser una conciencia revolucionaria.

Rafael Lutzardo