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Humoristas parlamentarios

Cristóbal D. Peñate

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El presidente Clavijo estaba ayer en el debate sobre el estado de la nacionalidad más atento a su móvil que al discurso de Noemí Santana. O se lo conoce de memoria o estaba muy cansado a las siete de la tarde o esperaba una buena nueva a través de su celular.

Mientras hablaba la portavoz de Podemos, los miembros del Gobierno miraban para otro lado, como si el discurso y los reproches no fueran con ellos. Unos miraban su teléfono, otros sus papeles, algunos cruzaban sus miradas con la bancada de enfrente y solo alguna consejera atendía de vez en cuando a la persona que estaba en ese momento en la tribuna.

Santana comparó a Clavijo con Groucho Marx, pero al presidente no debió hacerle mucha gracia. De hecho no se rió. Durante la intervención tenía la cara seria y el ceño fruncido. No parecía contento, sobre todo cuando la del partido morado le recordó su implicación en el caso Grúas de La Laguna.

También le dijo que con el Gobierno de CC hoy estábamos peor que a principios de legislatura. Le manifestó que gobernaba con los empresarios y contra los trabajadores, que había puesto el freno de mano para no avanzar, que era un mentiroso y que su mandato es una publicidad engañosa. “A usted no le compraría un coche de segunda mano”, le espetó, aunque Clavijo tiene más pinta de jefe de planta en la sección de caballeros de El Corte Inglés que de vendedor de Renault Clío.

En su ímpetu feminista más allá de la igualdad, llegó a referirse a Clavijo con adjetivo femenino. “Supongo que usted estará satisfecha con su labor”, le comentó al presidente. Finalmente se mostró algo cursi cuando habló de educación, de chinijos y chinijas, de peques (y pecas, esto es un añadido mío), de papás y mamás y del cole. Le faltó añadir que cuando saliera de la sesión iría a la pelu y al súper.

Pero lo más divertido y curioso del debate lo protagonizó el portavoz del PP, Asier Antona, quiere recordó el 'Ensayo sobre la ceguera' de José Saramago para criticar al Gobierno canario. “Son los ciegos que no quieren ver”, enfatizó. Tiene gracia que el presidente del partido más derechista representado en el parlamento se inspire en el escritor portugués que vivió y murió en Lanzarote, un Premio Nobel comunista y ateo. La antítesis de un hombre de orden y católico de misa dominical.

Finalmente Antona utilizó las viñetas de Padylla, el humorista de La Provincia y La Opinión, para acribillar a Clavijo. Antona, que felicitó al viñetista hasta la extenuación, desconoce que un buen humorista de prensa debe ser siempre ácido y duro con el poder en sus dibujos.

El poder político en las islas lo tiene ahora CC, pero no sé si a Antona le hará mucha gracia las viñetas si algún día gobierna él en el archipiélago. A lo mejor lo dijo porque sabe que nunca será presidente de Canarias y se tendrá que conformar con serlo solo de su partido.

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