Independientemente de la crítica política, que es sana y necesaria, siempre hemos sentido admiración personal por Australia Navarro, la que fuera consejera de Presidencia del Gobierno de Canarias, hoy destinada a dar un impulso al norte de Gran Canaria desde el Cabildo. Hemos discrepado muchas veces de su forma de actuar y de obedecer las órdenes de Soria, pero siempre hemos sostenido que es una persona con un coraje personal envidiable. Ha sido capaz de superar numerosos reveses personales en su vida, incluso una dura enfermedad a la que se enfrentó con una valentía no muy frecuente. Su empuje para sacar adelante a sus hijos en un ambiente adverso lo conoce poca gente, pero es digno de reconocimiento. Ahora vuelve a encontrarse cara a cara con una enfermedad cruel que le ha obligado a apartarse parcialmente de lo que más le gusta, que es el trabajo. Como creemos en ella, pese a la discrepancia, queremos desearle que se recupere cuanto antes. Ánimo, Australia.