No para el Centro Nacionalista Canario de Nacho González de hacer campaña para buscarse un hueco en el corazoncito de los canarios y en las encuestas electorales. Su última acción publicitaria ha consistido en echar a volar un zepelin no pilotado con las siglas del partido en diversos lugares de máxima concurrencia. Uno de ellos fue la villa mariana de Teror, donde se formó polémica previa ante la negativa del Ayuntamiento (PSOE) y Cabildo (PP) a que un advenedizo de última hora, que no ha pagado ni las carrozas ni el concierto de Armando Manzanero, fuera el que más rentabilidad publicitaria sacara a la fiesta. La gente de Nacho, que no se detiene en minucias, alegó derechos fundamentales con sus abogados por delante para dejar suspendido el viernes por encima de la basílica, a sesenta metros de altura (diez más que el mástil de Soria, y eso jeringa), el dichoso dirigible no tan dirigido.