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Por la boca muere el Lobo

Hernández Lobo era, hasta el otro día, un referente honrado del nacionalismo canario, más concretamente del nacionalismo teldense. Ahora se enfrenta a un expediente de expulsión, que con los nuevos estatutos de CC, queda en las exclusivas manos del secretario general, o sea, en manos de Bañolas, que no anda precisamente orgulloso del comportamiento de su compañero de Cabildo. El tránsfuga, mientras tanto, ya ha abandonado su monacal silencio para quejarse, por ejemplo, de no haber sido oído para exponer sus motivos, olvidando que para ello primero tiene que recibir un burofax que le otorgará el plazo de rigor para que ejerza su derecho constitucional. Cosa distinta es que quiera convertirse en víctima de CC, cuestión difícil si atendemos a la hemeroteca y a las proclamas que él mismo ha soltado en Twitter. Por ejemplo está ya borrada por Hernández Lobo ante su nueva realidad protopepera: “La ciudadanía exige grandes pactos políticos ante la crisis, pero algunos prefieren el rodillo del 'poder”. Esos “algunos” son sus nuevos socios del PP, y ese “poder” viene siendo el que él acaba de abrazar de manera tan poco recatada. La aguda reflexión tiene fecha 15 de mayo pasado, cuando seguramente se encontraban estancadas las negociaciones para que se incorporara a la mayoría gobernante en el Cabildo, desde donde se ven las cosas de otro modo. Ahora los malos son los suyos, perdón, los otros, los de antes. Por cierto, que dice Lobo que no se va a afiliar al CCN ni al PP. Se admiten apuestas.

Hernández Lobo era, hasta el otro día, un referente honrado del nacionalismo canario, más concretamente del nacionalismo teldense. Ahora se enfrenta a un expediente de expulsión, que con los nuevos estatutos de CC, queda en las exclusivas manos del secretario general, o sea, en manos de Bañolas, que no anda precisamente orgulloso del comportamiento de su compañero de Cabildo. El tránsfuga, mientras tanto, ya ha abandonado su monacal silencio para quejarse, por ejemplo, de no haber sido oído para exponer sus motivos, olvidando que para ello primero tiene que recibir un burofax que le otorgará el plazo de rigor para que ejerza su derecho constitucional. Cosa distinta es que quiera convertirse en víctima de CC, cuestión difícil si atendemos a la hemeroteca y a las proclamas que él mismo ha soltado en Twitter. Por ejemplo está ya borrada por Hernández Lobo ante su nueva realidad protopepera: “La ciudadanía exige grandes pactos políticos ante la crisis, pero algunos prefieren el rodillo del 'poder”. Esos “algunos” son sus nuevos socios del PP, y ese “poder” viene siendo el que él acaba de abrazar de manera tan poco recatada. La aguda reflexión tiene fecha 15 de mayo pasado, cuando seguramente se encontraban estancadas las negociaciones para que se incorporara a la mayoría gobernante en el Cabildo, desde donde se ven las cosas de otro modo. Ahora los malos son los suyos, perdón, los otros, los de antes. Por cierto, que dice Lobo que no se va a afiliar al CCN ni al PP. Se admiten apuestas.