Una buena entrevista (por ambas partes)

La entrevista fue potente, como corresponde al periodista, al programa y a la emisora a la que el presidente acude asiduamente. No fue un entrevistador cómodo Juan García Luján, que nunca tiene miramientos a la hora de abordar los asuntos que puedan agradar o incomodar a sus entrevistados. Llegó a refutar datos y argumentos al presidente, como el tenor literal de las manifestaciones de José Miguel Ruano, consejero de Justicia, poniendo las manos en el fuego por José Manuel Soria en la pesca del salmón. O en el espinoso asunto de la Ley de Medidas Urgentes y la amplia contestación técnica y ciudadana que está teniendo. Pero no fue una entrevista en la que se apreciara especial tensión en el presidente Rivero, que se defendió con mucha corrección y con la habilidad que le caracteriza. Se le veía cómodo aunque, quizás por cansancio, tartamudeara un poco al inicio de algunas contestaciones. En cualquier caso, le deseamos un pronto restablecimiento.

La entrevista fue potente, como corresponde al periodista, al programa y a la emisora a la que el presidente acude asiduamente. No fue un entrevistador cómodo Juan García Luján, que nunca tiene miramientos a la hora de abordar los asuntos que puedan agradar o incomodar a sus entrevistados. Llegó a refutar datos y argumentos al presidente, como el tenor literal de las manifestaciones de José Miguel Ruano, consejero de Justicia, poniendo las manos en el fuego por José Manuel Soria en la pesca del salmón. O en el espinoso asunto de la Ley de Medidas Urgentes y la amplia contestación técnica y ciudadana que está teniendo. Pero no fue una entrevista en la que se apreciara especial tensión en el presidente Rivero, que se defendió con mucha corrección y con la habilidad que le caracteriza. Se le veía cómodo aunque, quizás por cansancio, tartamudeara un poco al inicio de algunas contestaciones. En cualquier caso, le deseamos un pronto restablecimiento.