Hemos de reconocer, y reconocemos, que en ocasiones nos ponemos muy exigentes, incluso malcriados. Lo podemos estar aparentando con la nueva UD Las Palmas y su nuevo proyecto, que pasa por el fomento de la cantera de Mallorca, México y Andorra, como todo el mundo sabe. Y por la idiosincrasia del entrenador canario, de camino. Tanto nos entusiasma el asunto que, efectivamente, nos hemos olvidado de que a todo el que empieza hay que otorgarle ese periodo de gracia de cien días, como creemos que nos recriminaba cariñosamente este viernes nuestro colega Fernando Multitud en El Retrovisor de La Provincia. Total, que nos pusimos a hacer los cálculos y nos salen dos conclusiones sabrosas. La primera: Gonzalo Angulo, padre e inspirador de la nueva UD y padrino del nuevo Consejo de Administración de la sociedad anónima deportiva, lleva la friolera de 4.015 días con responsabilidades directas en el Cabildo. Luego, ya ha tenido mucho tiempo para aprender, por ejemplo, que a los consejos de administración no sólo hay que darles atribuciones, sino también perras y firma ante el Registrador Mercantil. Y, sobre todo, independencia para elegir entrenador, por ejemplo. No se puede estar dando por sentado el nombre de Yosu Uribe desde hace veinte días en las plantas altas de las redacciones porque eso, queridísimos, desautoriza al mismo consejo de administración que has nombrado, avalado, bendecido y catapultado. Va la segunda conclusión.