Pero ya puestos a disparatar, don Luis Soria, que como todo el mundo sabe es un portento, ha decidido también que no le salgan las cuentas con las comisiones técnicas que han de evaluar el concurso ventoso. Desde tiempo inmemorial, no desde Adán y Eva pero sí desde que existen ministerios y luego consejerías, cuando un organismo saca un concurso es costumbre crear una comisión técnica y otra política que hayan de encargarse de valorar las ofertas. Las técnicas siempre están compuestas por funcionarios, pero por funcionarios del ramo sobre lo que se va a decidir. A nadie se le había ocurrido, hasta la llegada de Luis Soria, que los funcionarios fueran de cualquier institución y no del órgano contratante. Pues bien, el hermanísimo ha tenido la feliz idea de que los técnicos no tienen por qué ser de Industria sino simplemente funcionarios, por ejemplo del Ayuntamiento de Tinajo, o del Servicio de Extranjería o de Protección Civil. Pero, eso sí, afines, suponemos, que si no, no se entiende.