Un interventor que se marcha

Hace algún tiempo que se inició el éxodo de los técnicos y funcionarios de carrera del Ayuntamiento portuense, agobiados por trabajar en circunstancias tan adversas, con un clima muy enrarecido y con limitadas perspectivas de futuro. El último en preparar su salida es Juan Meca, el interventor de fondos, posiblemente cansado de tantas penurias y de tantos problemas con la nómina y con las certificaciones de obras y servicios que apremian los proveedores. La desmoralización galopa por distintos departamentos sin que Marcos Brito, el alcalde, ni ese portento de concejal de recursos humanos que responde por Luis Miguel Rodríguez (PP) sean capaces de atajarla. A Luismi, de todas maneras, le consuela que ahora le apoye la innombrable televisión local, la misma que hace pocas semanas le llamaba fétido y ahora pondera su buen hacer. ¿Por qué será?

Hace algún tiempo que se inició el éxodo de los técnicos y funcionarios de carrera del Ayuntamiento portuense, agobiados por trabajar en circunstancias tan adversas, con un clima muy enrarecido y con limitadas perspectivas de futuro. El último en preparar su salida es Juan Meca, el interventor de fondos, posiblemente cansado de tantas penurias y de tantos problemas con la nómina y con las certificaciones de obras y servicios que apremian los proveedores. La desmoralización galopa por distintos departamentos sin que Marcos Brito, el alcalde, ni ese portento de concejal de recursos humanos que responde por Luis Miguel Rodríguez (PP) sean capaces de atajarla. A Luismi, de todas maneras, le consuela que ahora le apoye la innombrable televisión local, la misma que hace pocas semanas le llamaba fétido y ahora pondera su buen hacer. ¿Por qué será?