Vuelve a ocupar un lugar en esta sección una de las musas principales de la regeneración empresarial grancanaria. Nuestro admirado Suárez Gil (tesorero de la CCE y presidente de la Cámara de Comercio, recuerden) ha ideado una manera grandiosa de rentabilizar el material que le subvenciona el Gobierno canario (o sea, ustedes y nosotros). Algunas academias están que trinan porque, según ellos, les alquila ordenadores para impartir los tan traídos y llevados cursitos del Icfem a nombre de una Comunidad de Bienes. La cosa no pasaría de ahí, si no fuera porque añaden que los ordenadores son los mismos que salieron de aquéllas subvenciones destinadas a modernizar todo ese ramillete de asociaciones plateadas, en las que ya les comentamos figura en muchos casos un solo asociado. Pero ya les decimos que el que se sorprende a estas altura es sólo porque él quiere.