Con su salida de tono, Salvador Santana demuestra muchas cosas, entre otras el nivel de deterioro institucional de ese Ayuntamiento. No entraremos a calificar las actitudes personales de este individuo porque, al no ser un cargo público, nada podemos añadir a lo dicho. Pero alguien en ese Ayuntamiento, alguien elegido por los ciudadanos para que les represente, debería aclarar algunos asuntos. Por ejemplo, ¿qué hace el esposo de una concejal dando órdenes por ahí? ¿Cómo es posible que desde el Ayuntamiento se falte al respeto a un hijo ilustre de la ciudad, que además de calle en La Barranquera, está en posesión de la Medalla que le acredita como distinguido ciudadano de Telde? ¿Tienen los seguidores de José Vélez que privarse de ver a su ídolo por una calentura de este señor? Por cierto, por si no lo relacionan, el tal Salvador Santana es el que el otro día por poco se lía a tortas con un policía local en plena plaza de San Juan.