Los bomberos de Madrid se rebelan contra las horas extra y el “agravio” del Ayuntamiento: “Es un riesgo para todos”
“Almeida da la cara, apoya a los bomberos”. Es una de las frases más repetidos en las pancartas de protesta que en las últimas semanas han proliferado en diversos parques del servicio municipal de Madrid. Además de esta petición directa al alcalde, en plena negociación de un nuevo convenio, otras consignas apelan a los riesgos para la ciudadanía que según la mayor parte de la plantilla comportan sus actuales condiciones laborales: “Bajo mínimos, ciudadanos en peligro”.
David Gómez, bombero y delegado de Comisiones Obreras (sindicato mayoritario del cuerpo municipal) en la capital, concreta a Somos Madrid las reivindicaciones que persiguen con esa renovación del convenio: “Las horas extraordinarias ahora se están utilizando para cubrir lo ordinario, lo normal”. Cifra en “más de medio millón” las que ejercieron en 2023, pese a la llegada de 85 nuevos efectivos para cubrir jubilaciones.
Daniel Delgado, secretario de la sección sindical de bomberos del Ayuntamiento de Madrid en CSIF, subraya que la situación es todavía más delicada en verano: “El número de actuaciones suele aumentar mientras el número de efectivos se reduce casi un tercio cada mes entre julio y septiembre, debido a que vamos disfrutando de nuestras vacaciones”.
Gómez explica que estas horas extra “han pasado de una fórmula voluntaria a algo obligatorio” debido a “un déficit de 400 empleados en una plantilla de 1.400”, lo que supone una falta de personal que alcanza el 28% de la cobertura que consideran óptima. “La administración no ha querido convocar las plazas extraordinarias o urgentes cuando podía hacerlo para paliar un menoscabo en el servicio, como ha hecho con los agentes municipales”, critica. El Ayuntamiento ha venido aplicando únicamente la tasa de reposición por jubilación, aunque entre la nueva convocatoria de 126 plazas un porcentaje de ellas sí tienen carácter extraordinario.
“Exigimos un plan de empleo ligado a la negociación del acuerdo sectorial”, recalca. Este proyecto lleva dos años bloqueado pese al compromiso del Gobierno de José Luis Martínez-Almeida, reiterado en abril de 2023 antes de la celebración de las elecciones municipales. Todo ello mientras el de bomberos continúa siendo el servicio mejor valorado por la ciudadanía en la encuesta municipal. “Y así es año tras año, también entre quienes han recibido nuestros servicios”, apostilla Delgado.
David Gómez fija el “punto de inflexión” de la indignación en el gremio después de reunión mantenida con el consistorio el pasado 5 de abril, donde “respondieron que no a cada una de las alegaciones y propuestas presentadas”. Todas ellas, dice, estaban dirigidas a igualar las condiciones del cuerpo de bomberos con la Policía Municipal de Madrid y Samur. “Ante la negativa a corregir este agravio, decidimos levantarnos de la mesa y el día 15 celebramos una asamblea general con representación y unanimidad de todas las centrales sindicales [CC.OO, CSIF, CSIT, UGT y Citam] a la hora de aprobar unas medidas de presión”, expone.
Desde el área de Seguridad afirman que en la negociación del nuevo convenio “se están escuchando las peticiones y reclamaciones por parte de distintos sindicatos, como no puede ser de otra manera”. Indican que en el anterior mandato ya se sacaron los puestos posibles en virtud de la tasa de reposición impuesta por el Gobierno central, sin aludir a las plazas extraordinarias a las que no ha recurrido el Ejecutivo municipal, y que “esto no pasó en los años 2015-2019”. Concluyen que “se han mejorado y ampliado instalaciones y se ha dotado al cuerpo de más y mejores medios”.
Inmaculada Sanz, responsable de Seguridad además de vicealcaldesa, deslizó el pasado miércoles 24 de abril en la comisión municipal del ramo que espera “un buen acuerdo para los bomberos y el conjunto de los madrileños en poco tiempo”. Lo hizo en respuesta a las preguntas del concejal de Más Madrid Ignacio Murgui, que echó en cara a la edil su disposición a escuchar “solo cuando la movilización le obliga”.
Agotamiento, peligro y compleja conciliación
“Estamos hablando de jornadas laborales de 72 horas a la semana en el servicio de bomberos que más intervenciones efectúa al año de toda España”, alerta Gómez. 2023 supuso todo un récord en el número de actuaciones, con más de 29.000. “Ya no es que haya que estar en una guardia ese demencial número de horas a la semana, es que encima te las pasas trabajando a destajo”.
Para Delgado, esto se traduce en “agotamiento, una mayor propensión a sufrir lesiones o accidentes laborales [especialmente si se les somete a un tipo de maniobra que no entra en sus competencias y luego se camufla como simulacro] y por tanto un riesgo para nosotros y para toda la ciudadanía a la que debemos asistir”. Tampoco se olvida de las dificultades para la conciliación familiar: “El tiempo libre es prácticamente inexistente y cuando sales de trabajar no estás para nada”.
Estamos hablando de jornadas laborales de 72 horas a la semana en el servicio de bomberos que más intervenciones efectúa al año de toda España
“Nuestras condiciones de trabajo están secuestradas”, asegura. Gómez lamenta que “se están denegando derechos fundamentales como licencias y permisos a los que tienen derecho el resto de funcionarios, no podemos solicitar una licencia de empleo y sueldo a diferencia de Policía y Samur”. Ruega al Ayuntamiento que aumente la oferta pública de empleo para “paliar la situación en el medio plazo” porque “ha llegado el momento de coger al toro por los cuernos”.
Es, dice, lo que la propia plantilla está haciendo con sus acciones de protesta. No solo la cartelería. El pasado 21 de abril, más de 800 bomberos del Ayuntamiento visibilizaron su indignación al optar por caminar durante la tradicional Carrera de Bomberos. “Utilizamos la misma técnica de lentitud que la administración: por eso andamos y no corremos”, indica CSIF en un comunicado de prensa. En un oficio donde la velocidad es esencial, por un día frenar se volvió más necesario que nunca.
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