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Lo que reconoce el bufete

Pues sí, el pasado 30 de enero compareció ante Instrucción 10 de Valencia el representante legal de Díez & Romeo, Jaime Rodríguez Díez, que se expresó ante el instructor de la causa ejerciendo libremente su derecho a decir la verdad o a mentir. De lo que dijo el señor Rodríguez Díez cabe deducir que ese bufete de abogados, dedicado a preparar ofertas para concursos audiovisuales en toda España, es maestro en el corta y pega, en el fotocopiado industrial, en la falsificación de firmas de ingenieros e ingenieras, en explotar a becarios a los que encarga tareas altamente sensibles y en actuar legalmente en nombre de sus clientes sin que tercie una autorización formal y legalmente admisible. Así, el letrado confesó que las ofertas técnicas de cada concurso son todas iguales porque son los modelos básicos que proporciona el proveedor Abertis Telecom, a los que el despacho aportó algunos folios al parecer escaneados de ofertas de otros competidores. Las memorias a concurso las realizan administrativos, pese a que la voluminosa y agresiva política de marketing de Díez & Romeo habla constantemente de personal altamente cualificado, mayormente abogados. Quizás a la falta de pericia de esos administrativos se deba que en las ofertas aparecieran documentos con los nombres de ingenieros que trabajan para bufetes de la competencia dedicados a la misma cuestión audiovisual. Los administrativos, según el declarante, son los que firman, con diferentes garabatos, los documentos a presentar a las administraciones públicas. Interesante.

Pues sí, el pasado 30 de enero compareció ante Instrucción 10 de Valencia el representante legal de Díez & Romeo, Jaime Rodríguez Díez, que se expresó ante el instructor de la causa ejerciendo libremente su derecho a decir la verdad o a mentir. De lo que dijo el señor Rodríguez Díez cabe deducir que ese bufete de abogados, dedicado a preparar ofertas para concursos audiovisuales en toda España, es maestro en el corta y pega, en el fotocopiado industrial, en la falsificación de firmas de ingenieros e ingenieras, en explotar a becarios a los que encarga tareas altamente sensibles y en actuar legalmente en nombre de sus clientes sin que tercie una autorización formal y legalmente admisible. Así, el letrado confesó que las ofertas técnicas de cada concurso son todas iguales porque son los modelos básicos que proporciona el proveedor Abertis Telecom, a los que el despacho aportó algunos folios al parecer escaneados de ofertas de otros competidores. Las memorias a concurso las realizan administrativos, pese a que la voluminosa y agresiva política de marketing de Díez & Romeo habla constantemente de personal altamente cualificado, mayormente abogados. Quizás a la falta de pericia de esos administrativos se deba que en las ofertas aparecieran documentos con los nombres de ingenieros que trabajan para bufetes de la competencia dedicados a la misma cuestión audiovisual. Los administrativos, según el declarante, son los que firman, con diferentes garabatos, los documentos a presentar a las administraciones públicas. Interesante.