Seguimos sin saber si José Manuel Soria consiguió pescar algún salmón en su excitante viaje a Noruega el pasado agosto a invitación del empresario Björn Lyng. Este jueves lo contó todo en el pleno del Cabildo de Gran Canaria, el que preside de la manera que él cree mejor, pero no aclaró si el que pescó fue Lyng o si, emulando al Caudillo, a él le colocaron los salmones en el anzuelo. Pero ya no es noticia que Soria aceptara ese viaje en jet privado a Salzburgo y Noruega, la noticia está en que da lo mismo, que él se cree en perfecto derecho de aceptar invitaciones de un notable empresario con asuntos de mucha enjundia tramitándose ahora mismo en el Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas. Sólo le faltó decir que sí, que viajé, ¿y qué?