“Vallado perimetral” para la viborina triste por la construcción de un nuevo campo de golf en el sur de Tenerife

Otro proyecto turístico en el sur de Tenerife que amenaza a la viborina triste. Las obras para la ejecución del Plan Parcial de Hoya Grande, en el municipio de Adeje, que incluyen un campo de golf, 1.680 camas hoteleras y 140 villas turísticas, podrían afectar a ejemplares de esta especie, de especial protección, para la que se ha propuesto su “vallado perimetral” y “control directo” por parte de un especialista en flora canaria, según documentación de dicho plan publicada el pasado 18 de junio en el Boletín Oficial de Canarias (BOC).

La actuación concreta es la construcción de un viario de conexión entre Hoya Grande y la carretera TF-47. Apunta el Consistorio que se han hallado en esa zona “varios ejemplares” de viborina triste para los que, si bien “no se prevé afección directa”, sí que podría haberla de manera indirecta “durante la ejecución” de las obras, “por lo que el Proyecto de Urbanización a elaborar deberá tener en cuenta su potencial afección y tomar las oportunas medidas protectoras”.

Es la segunda vez en poco tiempo que una iniciativa turística en Adeje se topa con una planta hasta hace nada desconocida por la mayoría de la ciudadanía canaria, pero que ha ganado popularidad desde que el Gobierno regional paralizó durante año y medios los trabajos dirigidos a levantar el polémico proyecto turístico de Cuna del Alma para protegerla.

El expediente encaminado a hacerlo, sin embargo, dio un giro de 180 grados desde que CC y PP llegaron al poder. Ahora la viborina está siendo trasladada para acelerar la construcción de 420 villas de lujo en el Puertito y la asociación ecologista Salvar la Tejita ha interpuesto una demanda contra el Ayuntamiento por ello. Defienden que el Consistorio, liderado desde hace más de cuarenta años por el socialista José Miguel Rodríguez Fraga, no tiene competencias para tomar esa decisión.

En Hoya Grande, de momento, como la afección no es directa, sino indirecta, la entidad local cree que basta con un “vallado perimetral” de los ejemplares y un “control directo por especialista en flora canaria” para evitar su afección. Esta vez, al menos, el inventario de especies recoge la presencia de la viborina. En Cuna del Alma, la memoria ambiental del plan no lo hizo y fueron los científicos y activistas quienes detectaron su presencia. Aunque eso no es motivo para detener un proyecto de tal envergadura, según Fraga.

“Resulta que, porque a usted no le gusta, yo, alcalde, no doy la licencia. Hay una viborina, un escarabajo viudo y tres moscas muertas, y le echo abajo el proyecto. No”, dijo el alcalde en un pleno municipal el año pasado. La viborina es una especie incluida en el Catálogo Canario de Especies Protegidas debido a su valor científico, ecológico, cultural o por su singularidad o rareza. Según la normativa, está prohibido arrancar, cortar, recoger, mutilar o destruir intencionadamente en la naturaleza esta planta.

Trasplante de cardones y patrimonio arqueológico en “islas”

La iniciativa turística en Hoya Grande se sitúa sobre una parcela de poco más de un millón de metros cuadrados, por lo que no se verá solamente afectada la viborina triste. También el tabaibal dulce y el cardón, para quienes se plantea su trasplante, la palmera canaria y la magarza común. El Ayuntamiento cree que las medidas propuestas de conservación “son beneficiosas para la fauna”, en especial para el alcaraván. El texto sostiene que el propio campo de golf puede llegar a ser una buena noticia para ellos.

“Se han detectado ejemplares de esta especia durante el crepúsculo y la noche para alimentarse, lo cual ha sido contrastado en otros campos de golf”, explica la memoria.

Pero de la documentación se desprende que el patrimonio arqueológico es la principal ‘víctima’ de este proyecto. Algunos de los yacimientos localizados en Hoya Grande poseen “el máximo grado de protección”. Y resulta que al menos dos de ellos, un fondo de cabañas y su cercana dispersión de material arqueológico, están ubicados en el interior del futuro campo de golf.

El Consistorio reconoce el carácter “endeble” de ambos elementos y llega a decir que “no resultan compatibles” con el proyecto. Pero a continuación asegura que “con el fin de preservar la integridad física” de los dos yacimientos se realizará una excavación para documentarlos “por completo” y conocer “el perímetro necesario hasta su compatibilidad con otras soluciones de protección”, por ejemplo islas o parterres. Al menos tres yacimientos más “deberán ser protegidos” de esa manera.

Por otro lado, el consumo de agua para el campo de golf se estima en torno a 2.100 metros cúbicos de agua, el equivalente al consumo diario de 16.400 personas en un municipio, Adeje, en emergencia hídrica, según constató un técnico municipal el verano pasado. El texto indica que el origen del riego procederá de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Arona-Adeje, ubicada en la Playa de Las Américas.

“Aun así, Fraga da vía libre a un macrocomplejo turístico que consumirá el mismo agua al día que un tercio de la población del municipio. Fraga pide a las vecinas y vecinos un consumo responsable mientras abre el grifo sin límites al lobby turístico”, lamentó el concejal de Podemos en Adeje, Gabriel González.