Ban Ki-moon señala el multilateralismo ''que ha vuelto'' como única vía de paz
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó este martes que el multilateralismo “ha vuelto” a este foro internacional, el “único” para resolver desafíos como la crisis de Darfur o Birmania, la paz en Oriente Medio o el cambio climático.
Pero, poco después de que Ban pronunciase un discurso esperanzador sobre el papel de la ONU para aliviar tensiones y acercar a los países, Estados Unidos y Cuba protagonizaron un enfrentamiento verbal.
“El multilateralismo ha vuelto. Un mundo cada vez más interdependiente reconoce que la ONU es el mejor medio, en realidad el único, para afrontar los desafíos del futuro”, afirmó Ban en la apertura de los debates de la sexagésimo-segunda Asamblea General de la ONU.
“Buscaré hasta debajo de las piedras (la manera) de poner fin a la crisis de Darfur”, afirmó Ban, quien aseguró que otras crisis actuales, como la de Irak, “son ahora problema del mundo”.
Al analizar los problemas globales, el responsable de la ONU destacó la grave situación de la región sudanesa de Darfur y pidió al Gobierno de Jartum “que cumpla su compromiso de unirse a unas negociaciones de paz globales y con el alto el fuego”.
“La crisis de Darfur aumenta por muchas razones. Cualquier solución duradera tiene que incluir todo, la seguridad, la política, los recursos, el agua, los aspectos humanitarios y los de desarrollo”, afirmó Ban, que pidió tratar “las complejas raíces del conflicto”.
Se refirió además a otras crisis como la de Oriente Medio, Líbano, Afganistán, Irán o Birmania.
Tras su intervención llegó la del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que como es tradicional se produce después de la del secretario general de la ONU cada año.
Lula apostó por los biocombustibles como una solución para el cambio climático y una oportunidad económica para los países en desarrollo, que evite el aumento de las desigualdades en el mundo.
Enfrentamiento cubano-estadounidense
El tercero en intervenir fue el presidente de EEUU, George Bush, que denunció la falta de libertad de algunos países, pero no se centró en Irán o Corea del Norte, como es habitual, sino en Cuba y Birmania, país contra el que anunció nuevas sanciones.
Bush insistió en su discurso en la importancia que tiene para su país y para la ONU la defensa de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y señaló que, pese a haber sido aprobada hace seis décadas, sigue siendo violada en muchos países.
El presidente estadounidense se detuvo en el caso especial de Cuba donde, según dijo, “el largo mandato de un cruel dictador está llegando a su fin”.
“El pueblo cubano está preparado para su libertad. Y cuando la nación entre en un periodo de transición, la ONU debe insistir en la necesidad de que se restablezca la libertad de expresión, de asociación, y por último, de celebrar unas elecciones libres”, afirmó.
Esas críticas a la isla provocaron que la delegación de Cuba, encabezada por su ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque, abandonase la sala en “señal de profundo rechazo” ante las palabras de Bush.
“Bush es un criminal y no tiene autoridad moral ni credibilidad para juzgar a ningún otro país”, afirmó Pérez Roque en una declaración en la que también calificó de “arrogante y mediocre” el discurso del presidente estadounidense.
Tras esas comparecencias ante el plenario de la ONU y ya con más calma, llegó la del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien abogó por la unidad de la comunidad internacional para solucionar el problema palestino y de toda la región de Oriente Medio, al tiempo que pidió un refuerzo del sistema de Naciones Unidas.
“Justicia significa un país y un estado para la nación palestina. Justicia significa el derecho a vivir en paz para el pueblo de Israel. Justicia significa que los libaneses recuperen la libertad, independencia, soberanía y armonía”, defendió el mandatario francés.
“No habrá paz en el mundo”, añadió, a menos que la comunidad internacional se una en la voluntad de “acabar con las guerras en Oriente Medio”, no habrá paz si “tolera el horror de Darfur o si cierra los ojos frente a la tragedia libanesa o frente al drama humanitario de Somalia”.
Zapatero reivindica el diálogo directo en la ONU
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reivindicó el liderazgo de Naciones Unidas ante los conflictos internacionales, desde el del Sáhara Occidental hasta Irán, convencido de que sólo en ese foro multilateral es posible alcanzar soluciones eficaces y duraderas.
Zapatero ofreció una rueda de prensa en la sede de Naciones Unidas para cerrar su visita a Nueva York, donde participó en la Reunión de Alto Nivel sobre el Cambio Climático y asistió al inicio de la 62 Asamblea General de la ONU.
El interés que despertó su saludo este lunes con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, fue tal, que Zapatero confió en que no se convierta en una “patología”.
Quiso insistir además en las “buenas relaciones” de España con Estados Unidos, marcadas por “una discrepancia de fondo” (la retirada de las tropas españolas de Irak) que no impide que los dos países y que ellos personalmente se respeten, según apuntó.
Respecto al conflicto del Sáhara Occidental, Zapatero destacó la importancia del diálogo directo entre las partes que se desarrolla “donde tiene que ser”, en Naciones Unidas, y apostó por “darle tiempo”.
Tras subrayar la política “constructiva” de España para contribuir a un resultado “satisfactorio”, apostó por una acuerdo político entre Marruecos y el pueblo saharaui, representado por el Frente Polisario.
A su juicio, si ese acuerdo “se hace en el seno de Naciones Unidas, al amparo de Naciones Unidas, con el liderazgo de Naciones Unidas, tendrá un horizonte de ser duradero”.
Zapatero también fue interpelado por la prensa serbia sobre la posición de España ante la petición de independencia de Kosovo, avalada por Estados Unidos.
Tras señalar que España fijará su estrategia en el seno de la Unión Europea, apostó por una solución que cuente con el mayor consenso posible y que sea “respetuosa con el derecho internacional, con respeto a lo que puede decir cualquier otro país”, en referencia a Estados Unidos.
Al encontrarse en Nueva York, tampoco quiso comentar la política estadounidense hacia Irán, pero sí recordó que las Naciones Unidas nacieron “para evitar los conflictos” y como “garantía de paz” tras la destrucción de la II Guerra Mundial.
En este contexto, destacó que cada vez que la ONU abordan un conflicto cumple con su deber y abogó por agotar “todas las posibilidades de diálogo antes de cualquier decisión que pueda suponer confrontación”.
La defensa del multilateralismo y del papel de Naciones Unidas fue una constante en las intervenciones de Zapatero en la sede de Naciones Unida.
Según manifestó, corresponde también a la ONU liderar la lucha contra el cambio climático, que “compromete seriamente el bienestar, el progreso, la salud y las espectativas” mundiales.
En este contexto, mostró su satisfacción por la Reunión de Alto Nivel celebrada este lunes, que, a su juicio, ha supuesto “una toma de conciencia aún mayor” por parte de todos los gobiernos.
“España va a cumplir la responsabilidad que tiene en la reducción de emisiones de efecto contaminante”, aseguró Zapatero.
Según apuntó, el mundo afronta ahora dos años “decisivos” en el que los países desarrollados tienen “una obligación que la ONU debe liderar”: la transferencia de tecnología a los países en desarrollo para que los procesos de producción contaminantes sean más respetuosos con el medio ambiente.
Sobre las críticas que ha recibido la gestión de fondos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), en el que España es uno de los principales contribuyentes, Zapatero señaló que siempre estará dispuesto a reforzar los sistemas de control, pero aseguro también que esas críticas no van a impedir a España hacer “un esfuerzo creciente” en apoyo a Naciones Unidas.