“La literatura es revolución y escribir me aporta libertad”

Irene Suárez Cortés es la ganadora del 31º Concurso Insular de Obras de Teatro para Niños y Jóvenes.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Sorprende su madurez vital y literaria. Su imperiosa necesidad de expresar el mundo que palpita en su interior con “papel, lápiz e imaginación”. Inés Suárez Cortés nació en Teruel en 1997, pero justo al mes de su alumbramiento, trasladó su residencia a La Palma. Esta joven, alumna del IES Luis Cobiella de Santa Cruz de La Palma, se identifica con la protagonista de su pieza teatral y, como ella, está dispuesta “luchar contra todo lo que le obligue a no disfrutar de la vida al máximo”. Su obra, que pondrá en escena la Escuela Municipal de Teatro Pilar Rey, está inspirada en su propia adolescencia y en 'La casa de Bernarda Alba'. Defiende la escritura como un territorio de libertad e individualismo. “Para mí, mil palabras sí que valen mucho más que una imagen, así que cuantas más palabras haya, mejor”, sostiene.

-¿Esperabas ganar la 31ª edición del Concurso Insular de Obras de Teatro para Niños y Jóvenes?

-Pues la verdad es que ha sido una sorpresa. Tengo más diplomas de participación que otra cosa. Al ser la primera vez que personas ajenas a mi entorno juzgan más profesionalmente alguna de mis obras -que tanto pueden ser dramáticas como de narrativa- pues me siento halagada, y al mismo tiempo, me invade la vergüenza y la timidez, puesto que siempre considero que lo podría haber hecho mejor, poner o quitar alguna cosa, esos detalles que hacen, aun siendo una obra muy cortita, la diferencia entre algo común y una obra original que realmente llega a transmitir lo que el autor busca.

-¿Desde cuándo escribes piezas teatrales?

-Desde nunca y desde siempre. Realmente 'Hay un muerto en el jardín' es más un monólogo trágico que una obra de teatro por definición. Yo siempre he escrito; cuando era más pequeña, poesía, y luego ya me pasé a la narrativa directamente, pero, al encantarme el cine, el teatro y la literatura, pues siempre se te queda algo del ejemplo de esos largos diálogos entre personajes, esas palabras bien dichas en el momento adecuado, y bueno, al final quieres tú también formar parte y decir lo que quieres decir cuando lo tienes que decir y para eso está el lápiz, el papel y la imaginación, ya que en la vida real es tan complicado conseguir que las cosas te salgan como esperas... Me encanta el control que se tiene y al mismo tiempo esa libertad de la que se disfruta cuando escribes, es una sensación adictiva.

-¿Cuál es el argumento de 'Hay un muerto en el jardín'?

-Una adolescente que le cuenta a su amigo fallecido lo que siente, lo que piensa, pero sobre todo le traduce en palabras lo que le asombra del mundo, lo que le aterra, lo que le frustra, quiere ser escuchada, como todos, y comprendida, pero he ahí la cuestión, no se entiende ni ella. Yo quería, a través de simbolismos y gestos, resumir, aunque de mala manera, lo que pasa en el interior de un adolescente, resumir esta etapa de la vida de una persona que es tan importante para luego tener claro quiénes somos o lo que queremos llegar a ser; descubrirnos a nosotros mismos es un esfuerzo enorme para la mente, porque cualquier cosa que hagas, por pequeña que sea, puede desembocar en ti y hacerte explotar como un volcán, o transmitirte la mayor de las indiferencias, depende de tu estado anímico ese día, es un descontrol total y una locura, y yo quería expresarlo en esta niña que no tiene nombre, que quiere vivir, y todavía no sabe cuál es la mejor manera, pero lo que tiene muy claro es que antes de morir como su amigo va a tener que aprender a vivir consigo misma y en el mundo, a aceptarse, a saber que somos piezas sueltas de un puzzle que aunque siempre tengamos ese deseo humano de pertenecer a algo y formar parte de algo, nunca lo haremos completamente, porque es imposible. En resumen, que esto se hace muy largo, ¿un argumento? Una adolescente, porque no es ni niña ni mujer, que enfadada y al mismo tiempo maravillada por la inmensidad del mundo, no entiende cómo todo parece demasiado grande e incomprensible para abarcarlo en una sola vida, cómo es posible que se sienta sola, y ese vacío que la consume; pero ella es valiente y sabe que va a luchar contra todo lo que le obligue a no disfrutar de la vida al máximo.

-¿Te sientes identificada con el personaje?

-Por supuesto, creo que todos los personajes que se crean desde la mente de un autor son lados de la personalidad de ese mismo autor. Sin llegar a ser alter egos, estamos compuestos por distintos personajes como dijo el escritor Irvine Welsh en una entrevista. También comentó, y es algo en lo que estoy muy de acuerdo y que me pasa siempre que escribo, que “cuando escribes sobre algo que has vivido, sobre tu vida, haces esfuerzos por ocultarte. Sin embargo, al escribir sobre algo que no tiene nada que ver contigo, de alguna manera te expones mucho más sin necesidad de escribirlo”.

-¿En qué te inspiraste para escribir la obra?

Pues, si te digo la verdad, me inspiré, además de en mi propia experiencia como adolescente, en 'La casa de Bernarda Alba' de García Lorca, que acabábamos de leer en el instituto y me gustaron tanto los simbolismos, me parecieron tan inteligentes, que yo también quise probar a hacerlos. Por ejemplo, el hecho de que estén descalzos sobre hierba, eso lo relacioné con la niñez cercana y la libertad de espíritu; el vestido rojo de ella, el color de la pasión, pasión y ganas de vivir que se sienten cuando se es joven, las ganas de comerte el mundo; la represión a la que nos vemos sometidos porque no podemos hacer todo lo que quisiéramos, o las cosas no salen como uno quiere, o cuando pretendes ser algo, no sabes cómo, y la impotencia crece hasta que al final todo acaba estrepitosamente, se traduce en la coleta bien sujeta de ella, y también el hecho de que la tarde va pasando de ser muy luminosa a dar cobijo a la noche, el ánimo de ella se va entristeciendo hasta acabar al final cantando esa canción que habla de lo que podría haber sido si todo hubiese pasado de manera distinta. Hay que ver el videoclip.

-El jurado asegura que tu monólogo está tratado desde una perspectiva existencialista. ¿Te interesa particularmente esta corriente filosófica?

-Rotundamente sí, somos lo que somos en el momento en que somos y somos libres de ser lo que queramos, no hay estereotipos ni prejuicios lógicos para definir a nadie; esto si aceptamos como concepto de existencialismo el que le dio Sartre: “La existencia precede a la esencia”. Aunque claro, no me hagas mucho caso, aún me queda mucha filosofía por dar y por discutir sobre estos temas.

-¿Por qué género literario te inclinas: narrativo, poético o dramático?

-Narrativo, aunque a mí me gusta todo, porque para mí, mil palabras sí que valen mucho más que una imagen, así que cuantas más palabras haya, mejor.

-¿Qué aporta la escritura a tu vida?

-Libertad, individualismo, como diría un escritor amateur al que leo mucho. La verdad es que te aporta lo que puede aportarte una cosa que para ti se ha convertido en algo realmente tuyo, por eso muchos escritores y poetas se refieren a la acción de escribir como una 'tarde/noche/mañana/madrugada con tu amante favorito' ¿No?, o como, y vuelvo a referirme al escritor amateur de antes, 'hacer el amor con las palabras'; parafraseándolo, él lo explicó de esta manera: “En esta guerra entre la belleza y la inteligencia (refiriéndose a escribir) solo tú tienes derecho a ganar.” Al fin y al cabo, escribir son sensaciones, y eso es lo que nos atrae a hacerlo, a escribir todos los días si es posible; te dejas llevar, fluir, y eso es genial ¿No crees? Además, también aporta revolución, porque eso es lo que es la literatura: revolución.

-Supongo que estás ilusionada con la puesta en escena de tu pieza.

-¿Ver en directo y en persona lo que tantas veces antes solo ha ocurrido en tu mente? Es como hacer realidad una fantasía ¡Claro que estoy ilusionada! Aunque la actriz que haga de protagonista va a tener que aprenderse mucho texto.

-¿Qué carrera piensas cursar?

-La que me lleve al mejor oficio del mundo, como se refirió a él Gabriel García Márquez: Periodismo.

-¿Crees que la globalización afecta negativamente a la creatividad de los jóvenes?

El otro día, leyendo justamente esa entrevista a Irvine Welsh, decía, y además aparece como encabezado, por lo que deduzco que fue lo que más importancia le dio el periodista (Kiko Amat), que “los jóvenes siguen pasándoselo en grande, pero siento que les han robado la cultura”. A mí me gustaría desmentirlo, demostrarle a toda la gente de generaciones pasadas que se equivocan, que nosotros también creamos cultura. Irvine se refería a que por el hecho de que ahora los jóvenes vivimos en contacto, indirecto o directo, con otros de otras zonas, todos parecemos iguales; es decir, si se crea una subcultura esa subcultura ya no es de un sitio determinado con una historia determinada, sino que se expande y el resto de personas lo hacen también suyo; al estar más conectados parece como si nada fuera realmente nuestro, y a mí, de verdad, sí que me gustaría que nadie pensase así, me gustaría demostrar que seguimos siendo capaces de crear algo distinto, diferente, y de dejar marca, como, digamos que, de alguna manera, lo hicieron las pasadas generaciones. Porque no solo estamos en una crisis económica, sino social también, incapaces de hacer juntos, dejar el orgullo a un lado y empezar a luchar por las causas que todos creemos justas. Es así como se consigue, y me apoyo en la literatura de otros, frases como: “Lucha por el segundo siguiente. No desfallezcas todavía”, o como ese fragmento de un poema de Bukowski: “Si vas a intentarlo, ve hasta el final (...) Las noches arderán en llamas, llevarás las riendas de la vida hasta la risa perfecta. Es por lo único que vale la pena luchar.”

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