Alquileres y neolatín
Una característica del idioma este de cada día es que no se está quieto, siempre cambiante y es que si la vida es movimiento tiene su lógica que el habla también cambie, digo yo, que tampoco soy un experto, pero me encantan los nuevos latines e incluso términos del neolatín político que en principio me merecían al menos una sonrisita irónica ahora ya me sorprendo utilizándolos, qué sé yo, visibilizar, poner en valor, trazabilidad y la ahora de moda, tensionar, esta me encanta. Por lo visto ser área tensionada, es decir, una declaración de tensionalidad, puede merecer control público, sobre todo en el tema de la vivienda. Uno amigos andan muy tensionados con los ochocientos pavos que sueltan por una viviendita en Santa Cruz, la tan celebrada ‘Somos Capital’. A mucha gente le encantaría que fuéramos un poquito ‘menos capital’ y los alquileres fueran más asequibles y es curioso escuchar incluso a políticos consuetudinariamente anticapitalistas decir: es el mercado. Y se quedan igualitos, fresquitos de pecho como se decía en los viejos tiempos, cuando no hablábamos aún en neolatín y nos expresábamos en valirio bagañete antiguo. Yo también me he contagiado del neolatín imperante y confieso que ando bastante tensionado con la que está cayendo y eso que no soy agricultor, pero ojalá que llueva café en el campo. En fin.
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