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Había una vez un circo...

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Ojalá fuese la eterna nube que tenemos últimamente encima la que nos pone de mal humor. Pero no. Cuesta ver los colores de las flores en este ambiente enrarecido. ¿No hay nada positivo últimamente? Todo es un mar de negatividad....“siempre negativo, nunca positivo” a lo Van Gal palmero. Muy cansino. La Palma solía ser sinónimo de bienestar, de buena vida. ¡Ay! 

¿Aquí no hay nadie que quiera cambiar la cantinela? 

Que viene el Rey: malo. Que no viene: no nos hacen caso. Debería haber unidad política, y si la hay pues malo, malo también, porque aquí están todos compinchados. Que llueve: malo. Que no llueve: la sequía hará peligrar la agricultura. Que un partido político tiene primarias, bueno. Pero en las primarias se pelean: malo. Que se puede votar y elegir democráticamente a su líder: bueno. Que no votan todos al mismo: malo. Pues entonces, para que voten todos al mismo, que no haya primarias. Uy, ¡malo, malo! Bueeeno, ponemos unas urnas para disimular democracia. ¿Pero eso es malo, no? Bueno, pues cambia de tema. ¡Que llegan ayudas! ¡Si ayudas, ayudas! Eso es bueno, malo, bueno, malo, bueno, malo, bueno, malo porque no están en mi bolsillo....malo porque las prioridades son otras y no las que yo digo. Malo porque no se gestionan bien. Bueno, porque sirven para carreteras. Malo porque la carretera no pasa justo por delante de mi casa. Y si pasara por delante: malo, porque entonces el ruido no es bueno. Porque me expropian, porque quitan 10 ha de plataneras. Pues que hagan una carretera colgante. Pues mira, eso sería bueno, ¿pero muy caro, no? 

Pero vamos a ver: ¿en qué momento nos hemos convertido en un circo? Unos acusan, otros responden con otra acusación. Y mientras tanto, nada cambia. Ni la economía, ni las soluciones, ni el desarrollo, ni las comunicaciones. Todo sigue estancado, si acaso con ambiente un poco más enrarecido. 

Un circo. Esto es un circo. Y francamente una falta de respeto. Siempre se va a encontrar un fallo a todo, pero ¿soluciones sensatas? ¿Dónde están las soluciones? ¿y las verdaderas reclamaciones ciudadanas? ¿y la responsabilidad de los medios? ¿Y el asumir errores y derrotas? Muy cansino este ambiente negativo (nunca positivo!) sin posibilidad de ambición o lucha. No me malinterpretes. Las crisis son muchas, pero sin pecar de positivismo barato y populista: el enfoque debe ser otro. 

Supongo que lo negativo vende y mucho. Te hace leer el periódico: 465 casos de covid hoy (¡oh, dios mío!) o Anselmo Pestana está en peligro (¡oh, dios mío!), que si sube la gasolina (¡oh, dios mío!). Con tanta nube sobrevolando, es imposible salir en busca de la luz. 

Hay muchas cosas por mejorar en esta isla. Es cierto. Y lo primero son las necesidades básicas: vivienda, trabajo, para quienes no lo tienen. Y a pesar de las noticias escandalosas, aquí no se pasa hambre. Pero oye, a lo mejor hay que poner un poquito de nuestra parte. Que no, que no sirve de nada hablar en el bar, al vecino, o decir que no votas porque total, son todos iguales. Que lo que sirve, es aportar, trabajar y poner un granito de arena. Un granito cada uno y hacemos una playa. Asociacionismo, participación, ayudar al vecino, reclamaciones que están permitidas en un estado de derecho. Y si alguien quiere aportar, dejarle. Permitir que tenga información, y que tenga la oportunidad de replicar justificadamente porque eso aporta. Lo que no aporta es negar la oportunidad. 

La Palma tiene el Observatorio con el telescopio mayor del mundo, casi casi el mejor cielo, la isla más alta, la isla más bonita, la primera comunidad energética de Canarias, diversidad biológica, una riqueza natural envidiable y en caso de crisis mundial, de los pocos sitios donde podríamos sobrevivir. Si un extraterrestre viniese a la Tierra, éste sería un buen sitio para aterrizar. Apuesto a que eso tampoco te gusta, ¿eh? 

Pero claro, interesa que estemos peleados, con envidias, y que confundamos la tranquilidad con desidia. Toleramos que se gobierne a golpe de ocurrencia y sin autoanálisis. Que no se planifique bien y que se mantengan los poderes ocultos. El caciquismo del agua, la agricultura insostenible económica y medioambientalmente, que la riqueza para que no se reparta. Se toleran y se aceptan las migajas de las subvenciones eternas, que crean dependencia, pero no subvenciones a la innovación y los cambios que permitan desarrollo. Es más fácil o nos parece más fácil así. Más tolerable. 

El volcán ha hecho tabla rasa con una zona importante de la isla y la restante ya nota las consecuencias. La crisis acaba de empezar, las ayudas cesarán, los parcheados a la economía serán insuficientes y el ambiente será todavía peor. El volcán ha destrozado mucho, pero nosotros seguimos sin crear, sin renovar programas, sin hojas de ruta o liderazgos verdaderos que escapen del populismo. Seguimos sin refundarnos, sin dialogar siquiera cómo superar los problemas que teníamos antes como el envejecimiento de la población, la emigración de los más jóvenes, el crónico estancamiento económico, las infraestructuras físicas que se eternizan, el cansino ritmo de los cambios o la inexistente sostenibilidad que el cambio climático reclama. 

Había una vez un circo, pero éste no alegraba el corazón. Pero a estas alturas no tengo claro que nos interese mucho. Ahora solo falta que nos suban el precio del agua...con la que está cayendo. Queda por ver quién se resigna.

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