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Artes escénicas en Aridane/1

28 de abril de 2021 14:55 h

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Cuando la ciudad de Los Llanos de Aridane está inmersa en la conmemoración de los 500 años de su asentamiento poblacional, parece aconsejable publicar unas notas del pasado histórico de las artes escénico que desarrollaron nuestros antepasados.

Un pueblo de campesinos y labradores, mayoritariamente sin estudios académicos, fueron capaces de llevar a calles, plazas y escenarios arte, cultura y tradición. 

Los orígenes: loas y comedias de santos 

Las primeras referencias conocidas de representaciones teatrales en Los Llanos de Aridane se remontan al siglo xviii, aunque de seguro debieron existir con anterioridad a esta centuria. Por aquel entonces, el censo poblacional del Valle estaba constituido por 1.860 hombres, 1.900 mujeres y 330 niños, que hacían un total de 4.090 personas, con un total insular de 19.271 habitantes, existiendo una única administración parroquial, la de Nuestra Señora de los Remedios.

En su visita pastoral, al por entonces lugar de Los Llanos, en 1778 el vicario Domingo de Franchy asevera haber encontrado en un nicho la imagen de los «Remedios que es la titular y patrona de dicha parroquia y lugar cuya escultura es hermosa y devota», reconocimiento expreso y esclarecedor del patronato de la Virgen de los Remedios sobre la parroquia y el lugar, conformado entonces por los actuales municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte. En la crónica de su visita, Franchy recoge las primeras manifestaciones escénicas que conocemos durante los recorridos procesionales aridanenses, correspondientes muy probablemente a Corpus y Patrona. Su testimonio dice: 

“Que habiendo encontrado en este lugar el abuso que se hace de entremeses en las procesiones, saliendo gracejos en las loas que provocan al pueblo a grandes rizadas y burlas delante de las Imágenes de los santos, no siendo esto conforme a la gravedad y circunspección que son debidos a actos tan sagrados de Nuestra Santa Religión ordenamos y mandamos que en lo sucesivo el Venerable Cura no permita semejante ridículo abuso procurando en caso de desobediencia llevar luego la santa imagen a la iglesia y darnos cuenta para castigar a los desobe­dientes no siendo nuestro animo prohibir alguna representación o Loa en que salgan algunos niños vestidos de Ángeles u otras personas decentemente vestidas y digan alguna relación o verso en elogio de algún santo o misterio con la precisa circunstancia de que antes se entreguen dicha relación o versos al Venerable Cura para que vea si están conforme a las reglas de nuestra fe y buenas costum­bres”.  

Esta aportación documental viene a confirmar el auge que todavía en el último tercio del Setecientos experimentaban en el Valle las comedias de santos —de hondo arraigo durante los Siglos de Oro—, tan dadas a burlas y risotadas que alteraban el orden y el rigor religioso que se esperaba en las solemnes salidas procesionales, viéndose amenazada a menudo su función evangelizadora. No obstante, la costumbre, aunque prohibida en 1778, continuaría, volviéndola a prohibir en 1782 el obispo Joaquín de Herrera, si bien esta vez en el interior de la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios. 

 El desarrollo: los inicios del teatro profano y la danza 

A principios del Ochocientos, el lugar de Los Llanos contaba con unos 8.254 habitantes, incluidos los actuales municipios de El Paso y Tazacorte, de un total insular de 28.878. Por disposición de las Cortes de Cádiz se crea en 1812 el municipio de Los Llanos, del que se segrega en 1837 El Paso.

A mediados de este siglo, en Los Llanos de Aridane se produce un revulsivo cultural y económico destacado, arraigándose entre los vecinos un nuevo modelo de divertimento espectacular durante las principales jornadas festivas. Así, en 1863 la población engalanaba las calles para la procesión de la Virgen de los Remedios a base de colgaduras, arcos triunfales, palmas, banderas y altares, ejecutándose una danza por varios jóvenes bajo la dirección de Narciso Pérez e interpretación musical por la banda La Filarmónica, fundada en 1858.

Las danzas coreadas llegarían a producir un auténtico furor en la segunda mitad del xix. Son numerosas las referencias que conocemos, pero hay una que guarda un alto valor escénico, coral y teatral. El periódico La Palma (8 de julio de 1876) informa que en la víspera de la Patrona, a las 12 de la mañana, se embanderó la torre de la parroquia y hubo repique de campanas, tiros y cohetes de costumbre: 

por la noche se ejecutó una preciosa danza en las calles de la población por veinticuatro niños de ambos sexos, lujosamente y con el mayor gusto vestidos. En el centro se elevaba un elegante pedestal sobre el que se colocaban dos jóvenes caprichosamente vestidos que al compás de una conmovedo­ra música cantaban a dúo unos tiernos versos alusivos a la festividad, a los que contestaban los veinticuatro niños cantando a coro, colocados en círculo alrededor de dicho pedestal, después de haber colocado en él los arcos con que formaban en la danza las figuras, de tal modo que reunidos parecían una nube que rodeaba los pies de los dos jóvenes del dúo. Terminado el canto, los niños se desplegaban danzando con los arcos, verificando varias figuras y grupos que ya asemejaban una corona, ya ramos de flores, ya otras caprichosas apariencias, todo combinado de la manera más hábil e ingeniosa, llamando entre otras la atención la figura que representaba una especie de corona y que fue acogida con singulares muestras de aprobación por parte del público, el cual aplaudió también a la conclusión de la danza. El autor y director de ésta fue el Sr. Fructuoso Camacho, quien debe estar satisfecho de su obra, y á quien felicito cordialmente desde las columnas de su periódico por su extraordinario éxito. El autor de la letra del dúo y coro fue del conocido poeta Sr. S. Antonio Rodríguez López, y con decir que esa letra era suya queda hecho su elogio. El de la composición musical fue el Sr. D. Alejandro Henríquez Brito, que a su vez más ha demostrado con ella su inteligencia y dotes artísticas no comunes. Igualmente felicito a ambos autores de modo más sincero. Por último debo felicitar a los dos jóvenes que ejecutaron el dúo y a los niños que desempeñaron el coro y danza, que a pesar del corto número de ensayos que tuvieron, nada dejaron que desear, tanto en el canto como en las figura”. 

Como vemos, las artes escénicas tenían un espacio destacado en la entonces Villa de Los Llanos (título otorgado por disposición de la reina Isabel ii en 1868). Años después, estas representaciones sacro-marianas continuarían. En 1885, durante la procesión de la Virgen, según crónicas de la prensa insular, 

“al llegar al sitio denominado La Placeta, descansó sobre una modesta y sencillo pedestal la imagen, preparado al efecto frete a un bosquecillo artificial que se destacaba en las faldas de una también alegórica montañuela en donde aparecieron cuatro simpáticas niñas, vestidas sencilla­mente en trajes pastoriles, y de súbito se oyeron las armónicas voces de un invisible coro que lanzaba dulces cánticos entre el follaje de aquellas artificial espesura, calló aquel y las pastorcitas cantando unísonas entonaron a la Virgen himnos de adoración. La música, letra, y la parte correspondiente a la acción de esta loa son respectivamente de D. Raymundo, D. Isaac Viera y de D. Augusto Cuevas Camacho. Entre la nueve y diez de la noche, bailaron varios niños de ambos sexos una preciosa danza ensayada y dirigida por nuestro particular amigo D. Fructuoso Camacho, conocido hace tiempo por su ingeniosa habilidad para toda clase de festejos”. 

Entre los participantes en estas representaciones sacro-marianas se encuentra el aridanense Augusto Cuevas Camacho. Nació en Los Llanos de Aridane el 18 de octubre 1848, hijo de Vicente Cuevas Hernández, fundador de la Filarmónica, hoy Banda Municipal, y de María Camacho Pino. Contrajo matrimonio en Los Llanos de Aridane, el 11 de junio de 1874, con María Nieves Pinto y Poggio, hija de José de Pinto y Guisla y de María de las Nieves Poggio y Alfaro. Miembro de la Sociedad “El Siglo”, teniente de alcalde, presidente del comité local del partido Democrático, comerciante, periodista [corresponsal de El Time en 1870], director del rotativo palmero La Asociación y propietario-director del periódico “El Dinamo en Aridane”. Murió en Barcelona en el año 1926. El periódico tinerfeño El Progreso publicó el 6 de mayo de 1926 una sentida necrológica en la que resalta que fue redactor del Aceró, La Defensa, El Faro y “defendiendo siempre los ideales de la Democracia y los intereses del terruño patrio”.

Hermano de Liborio y Manuel y tío de los músicos Ezequiel [director de la Banda aridanense] y Manuel Cuevas Mederos. Su hijo Pedro Cuevas Pinto contrajo matrimonio con Josefa Cabrera Martín y tuvieron a Rafaela Cuevas Cabrera, profesora de piano, del matrimonio con el abogado turolense Luis Cobiella Zaera procrearon al conocido musicólogo Luis Cobiella Cuevas (1925-2013).

La familia Cuevas, que tanto han aportado a la cultura de La Palma, son oriundos de la hoy ciudad de Los Llanos de Aridane. Es nuestra opinión las dotes artísticas, especialmente las musicales, tienen sus raíces y desarrollo en aquella primitiva sociedad aridanenses La Filarmónica del lejano año 1858, más tarde Banda Municipal de Música. Fue una familia que participó decisivamente en las artes escénicas de Aridane. 

María Victoria Hernández,  cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)

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