La remodelación del Mercadillo del Agricultor de Puntagorda avanza sin detener su actividad

Las obras de remodelación de las instalaciones del Mercadillo del Agricultor de Puntagorda, que ejecuta el Ayuntamiento con financiación del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan), a través del Cabildo de La Palma, “avanzan a buen ritmo y ya se ha ejecutado alrededor del 30% de los trabajos, que no han impedido continuar con su actividad gracias a la instalación de una carpa exterior en la que se han instalado los puestos de venta con todas las medidas de prevención ante la Covid-19”, se indica en una nota de prensa de la primera Corporación.

Así lo ha podido constatar el vicepresidente del Cabildo y responsable del sector primario insular, José Adrián Hernández Montoya, que visitó las obras acompañado del alcalde de Puntagorda, Vicente Rodríguez, el consejero de Infraestructuras, Borja Perdomo, y la concejala de Desarrollo Local, Silvia Martín. 

José Adrián Hernández Montoya destaca que estas obras del Mercadillo del Agricultor de Puntagorda cuentan con una inversión de más de 400.000 euros del Fdcan y vienen a remodelar una infraestructura que “lleva más de 18 años en funcionamiento y requiere de su adaptación a los tiempos actuales”. 

“Es un Mercadillo señero en  La Palma, toda una referencia en el noroeste de la Isla, al que acuden muchísimas personas a comprar los productos de la zona”, subraya el vicepresidente insular, quien añade que era necesario adaptar las instalaciones a las normativas de seguridad. 

“El Mercadillo de Puntagorda ha marcado un antes y un después, no solo en el municipio, sino en el conjunto de la comarca”, resalta el alcalde de la localidad, Vicente Rodríguez, que señala que “ha sido un apoyo vital para nuestro principal sector económico, la agricultura y la ganadería, además de propiciar la transformación de los productos”. 

El alcalde señala que el Mercadillo, que “va camino de cumplir los 19 años, fue un proyecto en su día muy bien pensado, pionero y los resultados hablan por sí solos”. Y ahora se ha hecho necesario “adecuar el edificio a las nuevas normativas, hacerlo más cómodo para los vendedores y clientes, y ampliarlo en la medida de las posibilidades, sin que genere impacto y esté acorde con lo que queremos poner en valor: nuestros recursos naturales y nuestro sector primario”.