La portada de mañana
Acceder
El PSOE convierte su Comité Federal en un acto de aclamación a Pedro Sánchez
Las generaciones sin 'colchón' inmobiliario ni ahorros
Opinión - El extraño regreso de unas manos muy sucias. Por Pere Rusiñol

Brenda Rodríguez: una cabrera de raza

0

Las cabras las lleva en la sangre. “Soy cabrera desde que nací y es una profesión dura, si no te gusta no puedes dedicarte a esto, la gente no aguanta, pero a mí siempre me ha gustado”. Brenda Rodríguez, de 32 años y embarazada de nueve meses (tiene previsto su parto para el próximo 27 de septiembre), está al frente de un rebaño de unas 400 cabras en su granja familiar Los Tumbitos, en Barlovento, su municipio natal. Es la tercera generación dedicada a la cría de ganado caprino: su padre y su abuelo también fueron cabreros.

Brenda, una mujer enérgica y vital, es la presidenta de la Asociación de Criadores de Cabras de Raza Palmera, y asegura que su queso “está elaborado de forma tradicional, con leche cruda, con cuajo natural, se hace a mano y guarda el sabor de siempre, un queso natural de cabras de raza palmera que pastorean”, ha explicado a La Palma Ahora.

Es madre de una niña, y a finales de este mes está previsto que nazca su segunda hija. “Planifiqué el parto para poder tener un mes o un mes y pico con menos trabajo (no tener que estar ordeñando o haciendo el queso), porque después empiezan a parir las cabras y puedo tener más de 70 partos al día”, cuenta. Brenda calcula que “el 20 de noviembre habrá muchos porque el 20 de junio (el periodo de gestación dura cinco meses) fue cuando más locas estuvieron las cabras con los machos, había más cabras en celo y sobre el 20 va a ser una locura”.

“En el nacimiento de mi primera hija tuve que trabajar nada más parir”, recuerda, por eso ahora quiere estar al 100% de su capacidad para cuando comiencen a parir sus 400 cabras. “Cuando están secas (no dan leche) me las llevo a Garafía, y en ese tiempo aprovecho para poder recuperarme, limpiar la granja y dejarla a punto para empezar la siguiente zafra”, detalla.

“Gracias a que Brenda ha planificado la fecha de su parto, que en definitiva no es más que una organización de vida, hemos podido programar una agenda de proyectos publicitarios de cara a la próxima temporada para cuando las cabras ya estén en plena producción de leche. Al combinar tan bien la maternidad con la granja, puede disfrutar de sus últimos meses de embarazo ya que, el trabajo se reduce y todas las mamis de Los Tumbitos parecen que van más despacio”, apunta Mercedes Vassou, responsable de Comunicación y Publicidad de la Granja Los Tumbitos. 

“Para cuando las cabras empiecen a parir, Brenda ya habrá dado a luz y podrá ayudar a sus cabras en ese proceso. Tengamos en cuenta que en años anteriores se han producido hasta 70 partos en un solo día. Tenemos pensado hacer grabaciones del proceso del parto de las cabras y su posterior difusión con carácter didáctico. También hemos programado un concurso en las redes sociales para elegir nombres de algunas de las chivitas y los ganadores podrán optar a lotes de productos de la granja”, adelanta Vassou. 

“De cara a la próxima temporada se pretende seguir mejorando el resultado de los quesos y ampliar la variedad de productos en los que se incluirá la mantequilla, que ya podrá ser comercializada. Otro reto programado será conseguir la Certificación de KM 0, que ya está en proceso y que acreditaría que es un producto de proximidad totalmente natural, poniendo en valor todo el proceso de producción y se incluiría en una red de trabajo y distribución dirigido a potenciar el consumo de cercanía. A esto se suma la ISO 14064, certificación que acredita que esta empresa identifica y evalúa los riesgos sobre el entorno, para mejorar su comportamiento ambiental a medio y largo plazo con la utilización de energía renovable”, resalta la responsable de Comunicación y Marketing de Los Tumbitos. “Y por supuesto, seguir apoyando publicitariamente al Consejo Regulador y a la Asociación de Criadores de Cabra Palmera, a los que pertenece la granja”, concluye. 

En cuanto a la venta de queso durante el periodo de confinamiento, Brenda reconoce que “fue horrible, se paró al 99%, pero después todo el queso curado que teníamos almacenado -que no se vende tanto como el tierno- se comercializó en restaurantes y otros establecimientos”, destaca. “Después del confinamiento, el queso se ha empezado a vender más, y la verdad es que no tenemos ni para comer en casa, como quien dice”, resalta Brenda.

Etiquetas
stats