''La convivencia nos hace crecer como región''. Esta premisa ha guiado durante 25 años al Observatorio de la Inmigración de Tenerife (Obiten), uno de los primeros en nacer en España y uno de los pocos que ha sobrevivido hasta hoy. Hasta el próximo 29 de enero, la Universidad de La Laguna (ULL) expondrá una muestra que recorre más de dos décadas de trabajo dedicado a investigar y a comprender ''la expresión de las migraciones internacionales en Canarias''.
Esta exposición incluye una amplia retrospectiva de la labor del Obiten con fotografías, informes, publicaciones en medios de comunicación y vídeos. Además, hace un reconocimiento a diferentes personas que han contribuido a la convivencia social en Tenerife en los últimos años. Localizada en la Biblioteca General y de Humanidades del Campus de Guajara, estará abierta al público hasta el 30 de diciembre de 2025 y del 7 al 29 de enero en el horario habitual de la Biblioteca.
La convivencia hay que gestionarla y hay que cuidarla, porque es uno de los pilares fundamentales de nuestra existencia
En la misma sala de la muestra, se desarrollará un programa complementario de conferencias, diálogos, seminarios y presentaciones, así como visitas guiadas por la exposición.
Obiten, que ha sido reconocido este año por parte del Consejo de Europa como ejemplo de buena práctica, comenzó su labor en medio de la intensificación de las llegadas de nuevos residentes a Canarias. En el caso de Tenerife, donde el Observatorio centra su labor, la población pasó de 66.767 personas en 2001 a 246.712 en 2025.
La necesidad cada vez más evidente de diseñar estrategias orientadas a la interacción social para hacer frente al reto de la convivencia ha justificado durante los años la labor del Obiten, que sostiene que el conocimiento es ''uno de los activos mas valiosos para enfrentar la gestión de la diversidad humana y cultural''.
Vicente Zapata, geógrafo y director académico del Observatorio, subraya que entre las dimensiones clave del Observatorio están la investigación, la transferencia del conocimiento científico y la sensibilización. A partir de 2009, el Obiten ha hecho también intervención social a través del proyecto Juntos en la misma dirección.
''No solamente hemos producido conocimiento, sino que hemos logrado generar iniciativas sobre la gestión de la diversidad cultural, la promoción de la convivencia y el fortalecimiento de las relaciones sociales'', cuenta Zapata en declaraciones a este periódico.
El reto de la convivencia ha estado presente a lo largo de toda la trayectoria del Observatorio, y sigue siendo una tarea pendiente para las administraciones públicas. ''En un territorio como el canario, la convivencia hay que gestionarla y hay que cuidarla, porque es uno de los pilares fundamentales de nuestra existencia y de las posibilidades que tenemos de progresar como región'', sositene Zapata.
En esta línea, el investigador celebra que tanto la Universidad de La Laguna como el Cabildo de Tenerife sigan apostando por el análisis de las migraciones y por iniciativas que favorezcan la convivencia. ''Hablamos de las personas que coexisten. A veces les cuesta establecer una relación, pues vamos a intentar facilitar y favorecer que se produzca porque entendemos que de esa interacción se generan espacios de convivencia social positiv'a', concluye.
Detener el racismo
El año 2006, cuando tuvo lugar la bautizada como ''crisis de los cayucos'', supuso también un hito en el trabajo del Observatorio para detener el racismo y los discursos xenófobos. Preguntado sobre la transformación de los discursos de odio en estas dos décadas, Zapata recuerda que en aquel momento tenía una ''dimensión coyuntural''. ''Estaba asociado al desconocimiento porque en aquel momento el fenómeno migratorio fue un elemento sorpresivo'', explica.
''Eso generó bastante incertidumbre entre las personas que ya se encontraban en la isla y entre algunos medios de comunicación, que tenían una visión negativa de las migraciones'', incide. Después de tantos años, añade, ''ya se comprende cuál es la raíz de muchos fenómenos migratorios, de sus expresiones y de sus dificultades''. ''Ya no se puede achacar la difusión y la propagación de los discursos de odio al desconocimiento, ya hay intereses para predisponer al conjunto social en contra de la inmigración'', asevera.