Un año de cárcel y una penalización de 65.000 euros por estafar a siete personas en Tenerife

Efe

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Un acusado de estafa continuada de la que han sido víctimas siete personas ha aceptado a la condena de un año de cárcel y devolverles a los estafados 65.000 euros.

La sentencia fue adoptada por conformidad entre la defensa, las acusaciones particulares y la Fiscalía, que accedió a rebajar la petición de pena por dilaciones indebidas muy cualificadas.

En principio el Ministerio Público atribuía al procesado haber llevado a cabo siete estafas, a cinco mujeres y dos hombres, recurriendo a engaños por lo que pedía 3 años de cárcel y la devolución del dinero.

Según el escrito de la Fiscalía, el condenado, de origen italiano, se ofrecía a solicitar préstamos o realizar ventas con particulares pidiendo que le dieran una cantidad de dinero con la promesa de que lo devolvería y para ello fingía una solvencia económica que no era real.

De esta manera en febrero de 2014 se ganó la confianza de una persona a quien solicitó a cuenta un total de 7.200 euros y, cuando la víctima pidió que los devolviera, le dio dos cheques sin fondos de 4.000 y 14.000 euros.

En otra ocasión, sugirió al responsable de un establecimiento de electrónica del Puerto de La Cruz una inversión para comprar aparatos de telefonía para lo que le entregó casi 3.000 euros. Nuevamente intentó pagarlos con un cheque sin fondos a nombre de la hermana de la víctima y nunca le entregó móvil alguno ni dinero.

También acepta que en 2014 engañó a otra persona a la que convenció para invertir 11.550 euros en diversos negocios de compra de móviles que nunca se concretaron, además de conseguir otros 9.000 que tampoco pagó.

En una ocasión más, una de las víctimas puso en sus manos un reloj de alta gama de 5.000 euros para que lo vendiera pero jamás se lo devolvió y tampoco recibió dinero.

En junio de 2015 convenció a una persona para firmar un contrato por el que le prestaba 150.000 euros pero después le pidió 23.500 por adelantado alegando que eran para hacer viable la operación, cantidad que la víctima jamás recuperó.

Una vez más contó al dueño de una farmacia que solía frecuentar que atravesaba una mala situación económica por lo que le pidió 3.000 euros con la excusa de que tenía que desbloquear sus cuentas.

Un tiempo más tarde obtuvo de la misma persona otros 1.900 euros y 1.000 más de la hermana de este, que jamás fueron restituidos a ninguno de los dos.

Ya en 2016 convenció a una denunciante a la que había vendido un móvil por 480 euros para que se lo devolviera con el pretexto de que a cambio le entregaría por el mismo precio uno de mejor calidad. Para ganarse su confianza le dio una tarjeta de crédito, sin que finalmente la víctima nunca recibiera ni el teléfono ni el dinero.