Es una de las grandes capitales de España y, sin embargo, no está entre las más demandadas por el turista urbano. La reactivación en los últimos tiempos de su aeropuerto y las conexiones de alta velocidad a través del corredor Madrid-León (con paradas en Segovia y Palencia) ha situado a Valladolid a tiro de avión de varias de las islas españolas y a apenas una hora en tren desde la capital de España. La mayor ciudad de Castilla y León es una de las grandes villas históricas del país. Punto clave de la repoblación cristiana del Valle del Duero, la villa pasó de pequeño recinto empalizado a ciudad en el lapso de poco tiempo. A finales del siglo XI, el Reino de León iniciaba una rápida expansión hacia el sureste de la Península aprovechando la debilidad de Al-Andalus tras el colapso del Califato de Córdoba. Y justo en ese momento, Valladolid se convertía en el principal centro civil, religioso y militar de ese proceso de ocupación de la antigua tierra de nadie entre los reinos cristianos y Córdoba. El punto clave de esta historia se produjo en el año 1072 cuando se construyó la Colegiata de Santa María la Mayor (Arribas, 1). Este importante edificio religioso hizo que Valladolid ascendiera en el estatus de las poblaciones leonesas hasta el escalón de Villa.
De aquellos primeros tiempos y aquellos primeros pasos quedan las ruinas de la propia Colegiata y la preciosa Santa María la Antigua (Arzobispo Gandasegui, sn), que desde sus orígenes de sencilla ermita pasó a iglesia de porte en el temprano siglo XII vallisoletano presumiendo, entre otras cosas, de poseer el campanario románico más alto de la Península Ibérica. Con todas sus idas y venidas, construcciones y reconstrucciones, la antigua sigue siendo la testigo presencial más añeja de aquel siglo. Con la raya del islam bajando hacia el sur (con la toma de Toledo como hito más importante -1085-) y la independecia de Castilla el cruce de caminos que pasó a ser villa se convirtió en ciudad. La estancia más o menos permanente de los reyes del nuevo estado aupó a Valladolid como ciudad real. La integración de León en Castilla un siglo más tarde terminó de apuntalar a la nueva metrópolis castellana de la Edad Media.
Es una lástima que las huellas de aquellos dos primeros siglos de existencia de la ciudad estén hoy ocultos. Hay que bajar al subsuelo para, por ejemplo, poder ver los restos de los dos alcázares que defendían las murallas de la ciudad junto al río Pisuerga. El éxito de Valladolid como corte de Castilla se llevó por delante mucho de ese pasado más remoto pero, a cambio, dejó uno de los conjuntos históricos ‘modernos’ (a partir del siglo XV) más importantes y vivos del país. Ya sólo por eso merece la pena la escapada. Y a la cabeza de ese importante legado patrimonial nos encontramos con una de esas plazas castellanas tan especiales.
La Plaza Mayor de Valladolid es un ejemplo paradigmático de esa transformación urbana al socaire de la prosperidad económica y la significancia política y social. El espacio empezó a ordenarse en el siglo XIII cuando los pequeños mercados de las plazas se trasladaron aquí creando el germen de una gran plaza pública. La construcción de la Casa Municipal siguiendo la normativa municipalista impuesta por los Reyes Católicos terminó de dar forma y lustre a la plaza. Hoy el Ayuntamiento (Mayor, 1) y el Teatro Zorrilla (Mayor, 9) dan lustre a un gran espacio porticado tomado al asalto por tiendas, bares, cafeterías y restaurantes. La estatua del Conde de Ansúrez.- Échale un vistazo a la estatua que preside la plaza. Representa a Pedro Ansúrez, el responsable de la repoblación de la ciudad en el siglo XI.
Ciudad gremial, conventual y judicial.- De la Plaza Mayor salen hasta 10 calles y callejones que marcan el centro de la ciudad antigua. Los nombres de estas calles ponen de manifiesto su origen medieval vinculado a los diferentes gremios que ejercían su labor en la corte castellana: Lonja, Lencería, Especiería… De entre todas estas calles destaca, por su importancia en la trama urbana actual, Cebadería, antiguo pósito y mercado de granos que hoy ejerce de arteria comercial. Esta calle porticada es de las mejor conservadas del casco y sirve de nexo entre la Plaza Mayor y la gran zona monumental que se extiende a su norte. Junto al río (muy cerca del Parque del Poniente) nos encontramos con la primera de las grandes joyas de la ciudad: el Patio Herreriano (Jorge Guillén, 6). Este claustro maravilloso forma parte del antiguo Monasterio de San Benito el Real. Este antiguo cenobio reconvertido en museo de arte contemporáneo es famoso por su claustro herreriano obra del arquitecto Juan de Rivero Rada a finales del siglo XVI. Estamos ante una de las obras cumbres del Renacimiento en España. Y al otro extremo de Cebadería nos topamos con la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción (Arribas, 1), un edificio medio renacentista, medio barroco que cuenta con la firma de uno de los grandes arquitectos españoles: Juan Herrera.
Una visita al Museo Nacional de Escultura (Cadenas de San Gregorio, 1).- Por dos razones. Por el estatus cultural y los contenidos de este museo y por poder ver por dentro el Palacio de Villena y el Colegio de San Gregorio, una de las grandes maravillas arquitectónicas del Renacimiento en toda España. El continente es una dupla de edificios magníficos: destacan la fachada del Colegio de San Gregorio y los patios interiores de ambos edificios. Y en cuanto al contenido hay que destacar las colecciones renacentistas y barrocas.
Callejeando por Valladolid.- Una de las cosas que más sorprende para bien de la vieja Valladolid es su homogeneidad urbanística. Si bien se han perdido las huellas de sus primeros dos siglos de historia, las glorias de los siglos XV, XVI y XVII se han mantenido en su sitio. Es algo de lo que muy pocas ciudades pueden presumir. El resultado es una colección de edificios y espacios muy bonitos y con muchísima personalidad. El ejemplo que más nos sorprendió fue la Plaza del Viejo Coso (Muy cerca del Parque del Poniente), una vieja plaza de toros del XIX reconvertida en uno de los patios de vecinos más bonitos que vimos jamás. Otro punto ‘caliente’ de la capital vallisoletana es el entorno de la Plaza de San Pablo (a dos pasos del Museo Nacional de Escultura). Aquí se concentran cuatro de los edificios más notables de la ‘ciudad noble’: La Iglesia de San Pablo (San Pablo, 4), con una de las portadas isabelinas más bonitas y recargadas del país; el Palacio Real de Valladolid (San Pablo, 1); el Palacio de los Pimentel (Las Angustias, 44) y la Casa Museo José Zorrilla (Fray Luis de Granada, 1), donde no sólo hay una exposición con objetos personales y relacionados con la obra del autor del Don Juan Tenorio, sino que cuenta con uno de los jardines más bonitos de toda la ciudad.
El otro gran núcleo de lugares de interés de la ciudad antigua está a pocos metros de la Catedral. Para acercarse aquí una buena opción es ir pasar primero por la Plaza de la Fuente Dorada (otro espacio porticado espectacular) para después acceder a los dos grandes hitos patrimoniales de la zona: el Edificio de la Universidad de Valladolid (Plaza de la Universidad, 1), con su imponente fachada barroca, y el Palacio de Santa Cruz (Colegio de Santa Cruz, 1). Aquí hay que detenerse un rato largo porque estamos ante el primer edificio renacentista de España y también el primero que se construyó en este estilo fuera de Italia. Casi nada. Este antiguo Colegio Mayor se inauguró en 1491 y hoy es la sede del rectorado universitario, por lo que puedes pasar a ver sus espectaculares patios.
Otros lugares de interés en Valladolid
Una galería comercial del XIX.- El Pasaje Gutiérrez (acceso desde Calle Fray Luis de León y Calle Castelar) es uno de las pocas galerías comerciales del siglo XIX que se construyeron en España. Habituales en otros países como Italia, Francia o Reino Unido, estos centros comerciales del ‘diecinueve’ son una rareza en nuestro país. Hoy se ha convertido en un lugar animado más allá de su interés arquitectónico.
El ‘puerto’ de Valladolid.- Pocos saben que Valladolid tiene puerto. O más bien tenía. La ciudad castellano leonesa era uno de los puntos terminales del Canal de Castilla y uno de sus puertos principales estaba en la ciudad. Puedes ver un tramo de esta importante infraestructura en el Parque del Canal de Castilla y a las afueras de la ciudad hay varias esclusas. Además, para acercarte hasta aquí tendrás que cruzar el Pisuerga por el Puente Mayor, una de las pasarelas históricas de la ciudad. Desde aquí también puedes ver la Playa de las Moreras, un balneario fluvial precioso.
Colón en Valladolid.- Cristóbal Colón murió en Valladolid en 1506 y la ciudad rememora la estancia del descubridor en la ciudad a través de un museo que recrea el palacio virreinal construido por la familia Colón en Santo Domingo (República Dominicana). El museo está muy bien y es muy interactivo (no sólo explora los años de don Cristóbal en Valladolid sino todo lo que rodeó a su vida con los cuatro viajes como eje fundamental del discurso). Si tienes tiempo no es una mala opción. Otros museos colombinos más importantes y anclados en los años 70 deberían tomar nota.
Fotos bajo Licencia CC: Santiago López Pastor; Ángel de los Ríos; Ángel Cantero; Emilio I. Panizo; valakirka; Juanje Orío; Emilio