De pequeña la llamaban “devoralibros” y desde entonces cree en el poder de la palabra. Para que la curiosidad no matase al gato estudió Periodismo y Comunicación Audiovisual (delante y detrás de las cámaras). Pasó por un plató de televisión, un estudio de radio y por los entresijos de una productora. Ahora aprende cada día en este periódico digital, que le permite conocer historias cercanas (con mensaje universal) y contarlas con la vocación de ofrecer un retrato fiel de la realidad.