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Lucy Gómez: el arte como refugio

Santiago Jorge junto a Lucy Gómez.

Santiago Jorge

Tazacorte —

Hace ya mucho tiempo que leí una frase que decía lo siguiente: “El arte nunca se conforma con la realidad”. Con el paso de los años, el significado de esta frase tenía cada vez más sentido según la iba relacionando con mis vivencias personales; esta misma experiencia la veo en algunas personas que conviven con una realidad a veces muy áspera y que se ven en la necesidad de habitar temporalmente en otro mundo elegido, para no sucumbir. Ser artista tiene muchos beneficios para nuestro enriquecimiento interior, pero no es menos cierto, que, en algunas ocasiones esto tiene algunos efectos secundarios; trabajar con las emociones siempre entraña un cierto riesgo, puede brotar una parte de sufrimiento y ansiedad que nos pone en alerta y nos ajusta los pies a la tierra.

Lucy Gómez es una artista multidisciplinar que encaja en este argumento anterior, no se conforma con la realidad, ya que esta en muchas ocasiones ha sido muy compleja y dolorosa para ella; desde la infancia ya había encontrado en los dibujos creativos y navideños un medio para viajar a la fantasía; los olores a los materiales y su inocente y buscada soledad, le generaba una sosegada experiencia que aún hoy mantiene y disfruta.

No es casualidad que su entorno familiar estaba en perfecta comunicación con la música e inquietudes culturales, todo esto sólo podía tener un efecto positivo en su formación personal y artística. Su padre, su hermano y su madre son referentes afectivos que abonan su esencia e inquietudes, la genética muchas veces nos controla y casi siempre es para bien. Todo este camino rico en sensaciones se ve truncado a los 16 años; un compromiso personal y familiar detiene la maquinaria creativa y asume otras prioridades. El destino tiene preparado un itinerario lleno de acontecimientos que no siempre son buenos; con el tiempo retoma sus inquietudes artísticas tanto en la pintura como en la música y la poesía; encuentra en el arte un refugio en el cual se siente liberada y protegida. Todo es un reto, fusiona las tres disciplinas para encontrarse a sí misma y recuperar un equilibrio que los acontecimientos le habían arrebatado. La vida y el arte son dos columnas que sustentan su ser y no pueden ser separadas en ningún momento, encuentra en ellas una medicina para su alma agitada. Lucy proyecta en sus obras todo lo vivido y por vivir, busca la verticalidad de los árboles, la música de las palabras, la poesía de la música y todo lo que se quiera saber de ella está en sus lienzos, en sus canciones y en sus escritos, no falta ni sobra nada.

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