Durante los últimos días varios medios de comunicación especulaban sobre las intenciones del Gobierno de relevar a Javier González Ferrari, director general de Radio Televisión Española desde mayo de 2000, después de que éste presentase su dimisión al ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, alegando agotamiento físico y discrepancias con Pedro Ferreras, el por entonces presidente de la SEPI, y con el ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas. La noticia parece haberse hecho realidad y Ferrari ya tiene sustituto. Según publica hoy elconfidencial.com, se trata de Adolfo Suárez Illana, hijo del ex presidente del Gobierno, y que ha sido recomendado expresamente por José María Aznar, cuyo objetivo es recuperar para el PP a los hijos de ilustres apellidos de la política española. El enfrentamiento entre el Secretario General del partido, Javier Arenas, y el portavoz del Ejecutivo, Pío Cabanillas, por el relevo en RTVE ha sido muy duro, según apunta el mismo portal de Internet. En el entorno de Moncloa existía un malestar creciente por cómo se estaba manejando RTVE desde el partido en Génova. Las presiones de Cabanillas, que en todo momento se ha visto respaldado por el presidente del Gobierno, se acentuaron este verano, cuando la influencia de Javier Arenas se ha visto mermada a raíz de su actuación en el “caso Gescartera” y la utilización que del mismo ha hecho como arma arrojadiza en la carrera por la sucesión de Aznar. La operación de colocar a Adolfo Suárez Jr. como director general de RTVE, además de suponer una pérdida del control del ente público por parte de Génova en favor de Moncloa, tiene una significación de futuro. Televisión Española es un buen trampolín político para jóvenes promesas como el hijo del ex presidente del Gobierno, o como lo fuera en su momento para el propio Pío Cabanillas. Hay que recordar que Javier González Ferrari se planteó su salida de RTVE a raíz de sus diferencias con el anterior presidente de la SEPI, Pedro Ferreras, que dimitió de su cargo el pasado mes de julio, después de haber marcado las directrices del Plan de Viabilidad del Ente Público a espaldas suyas. Desde entonces, Ferrari se ha mostrado contrario al documento presentado por Ferreras, en el que se proponía la división de RTVE en dos entidades: una de carácter comercial –TVE-1 sin centros territoriales y RNE-1 con publicidad-, y otra de servicio público –sin programas de entretenemiento-.