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Reflexiones paulinas

Francisco Pomares

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Tener un presidente filósofo es siempre mejor que tener un presidente misántrópo. La pena es que el tránsito de la misantropía a la filosofía suele producirse sólo cuando uno está de retirada. Algo tiene que ver el efecto pato cojo con la irremediable tendencia a la meditación trascendental en la que se instalan los políticos cuando se acercan a la puerta marcada con la palabra salida. Cuando te abandonan el carisma, los tiralevitas y el presupuesto, se tiene más tiempo para reflexionar…

Reflexiones paulinas: el aún presidente ha anunciado que se retira de la presidencia de Coalición Canaria, que no ejerce –según él- desde que fue derrotado como presunto candidato en el Consejo Político de Coalición. Es curiosa la interpretación instrumental que Rivero tiene de los cargos orgánicos. Lo razonable habría sido dejar el cargo de Presidente de Coalición cuando perdió en el último congreso nacionalista, frente a las huestes de Clavijo. Pero Rivero no renunció entonces porque el minúsculo poder que reportaba su teórica presidencia sobre el partido de Clavijo, suponía un pequeño bonus, un extra en la pelea por la candidatura a repetir. Dicho en cristiano: a Rivero en realidad lo del partido siempre le importó una higa. Usó el partido para convertirse en diputado nacional primero, en presidente del Grupo en Madrid después, y en presidente del Gobierno más tarde. Y siguió aferrado a ese cargo –que siempre había estado en manos de una persona distinta al presidente del Gobierno- mientras mantuvo la Presidencia y la opción de continuar en ella, con el breve intermedio de Claudina Morales, que sus colegas le colocaron un tiempito para recordarle -como al César en triunfo- que sólo es un hombre. Perdida la opción de ser candidato por tercera vez, Rivero puede librarse de la cansina tarea de aguantar a sus compis discerniendo sobre si el nacionalismo tiene corazón o tiene alma y similares linduras. Debe ser un alivio. Porque todas las reflexiones paulinas parten de que si algo le sirve lo usa, y si no le sirve, a la basura.

Su renuncia a la presidencia de Coalición abre la incógnita de cómo se resolverá este entuerto: supongo que esperarán antes de convocar el Congreso a que pasen las elecciones. Si los resultados son malos (lo serán), es probable que Rivero sea portavoz de los críticos. Un tipo listo, todo un maestro. Aunque lo de volver a la tiza después de 35 años, eso yo no me lo creo. Porque el filósofo Paulino no es un estoico. Más bien, un pragmático. De la escuela cínica.

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