La Asamblea General de la ONU reconoce a Ouattara como presidente legítimo
NUEVA YORK, 23 (Reuters/EP)
La Asamblea General de Naciones Unidas ha reconocido a Alassane Ouattara como presidente legítimo de Costa de Marfil, al entender que derrotó al todavía presidente en funciones, Laurent Gbagbo, en los comicios del mes pasado.
Los 192 estados miembro del organismo reconocieron por unanimidad a Ouattara y a los diplomáticos que presentó para hacer de enviados oficiales ante la Asamblea General. Yusuf Bamba se convierte así en el nuevo embajador marfileño.
Esta decisión en el seno de la ONU sirve para fortalecer el respaldo a Ouattara y profundizar el aislamiento a Gbagbo, estiman diplomáticos de Naciones Unidas.
El embajador del todavía presidente, Alcide Djedje, ya ha abandonado Nueva York, ciudad sede general del órgano internacional, y actualmente ocupa el cargo de ministro de Asuntos Exteriores en el gabinete nombrado por Gbagbo.
“GRAVES VIOLACIONES DE DDHH”
Entretanto, la fuerza de pacificación de la ONU en Costa de Marfil (UNOCI), ha expresado su preocupación por las “graves violaciones de Derechos Humanos y los actos de intimidación” que se suceden en algunas partes del oeste y en la ciudad principal, Abiyán.
Según esta versión, hombres armados irrumpen en las viviendas de noche y cometen secuestros y otros crímenes, mientras que algunos domicilios aparecen marcados con signos distintos. Diplomáticos temen que ello sea una preparación para atacar a la población de ciertas etnias.
Además, la UNOCI denuncia que las fuerzas leales a Gbagbo bloquean las rutas de sus patrullas y camiones de suministro. Entre dichas rutas estaría el acceso a un gran cementerio próximo a Abiyán. Según datos de la ONU, al menos 173 personas han muerto por los incidentes vividos desde las elecciones del 28 de noviembre.
El embajador de Uganda ante la ONU, Ruhakana Rugunda, se refirió a Costa de Marfil en el discurso de despedida a los dos años de presidencia ugandesa de la Asamblea General. Rugunda pidió a Gbagbo que permita a Ouattara tomar el poder, aunque opina que se merece una salida “apropiada”, bien continuando en el país con garantías a su seguridad o trasladándose a un estado vecino.
