Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

La mala hora gomera

Buzones de La Gomera tras el paso del buzoneador de La Telaraña.

Carlos Sosa

La Gomera no es Macondo, pero siempre ha tenido muchos de los ingredientes de ese lugar mágico que Gabriel García Márquez contagió a sus millones de seguidores en todo el mundo. Una de sus novelas, La mala hora, que no se desarrolla en Macondo, pero bastante que se parece, relataba cómo un pueblo se volvía loco porque cada día aparecían pasquines relatando los secretos de sus vecinos, secretos sobradamente conocidos por todos, pero secretos al fin y al cabo. Después algún crimen y de largas investigaciones, la conclusión a la que se llegó fue que los autores de aquellos pasquines “eran todos y ninguno”. En La Gomera ha ocurrido estos días algo muy parecido. Una mano anónima ha ido distribuyendo en los buzones de toda la isla unos sobres que llevan en su interior una revista en la que se relatan los pormenores del caso Telaraña, el sumario judicial que ha terminado con la militancia de Casimiro Curbelo en el Partido Socialista al ser declarado no idóneo para presentarse a las elecciones del 24 de mayo. El caso Telaraña es uno de esos secretos que todos los gomeros conocen porque a lo que ha publicado la prensa se ha sumado siempre la transmisión oral de algunos de sus pormenores, amplificados por los adversarios políticos del presidente del Cabildo, o atenuados por los que siempre han sido sus acólitos. Se llama telaraña precisamente por lo complicado que es explicarlo en pocas líneas, pero a modo de resumen consiste en la denuncia que contra Curbelo interpuso su enemigo íntimo Antonio Pérez, el médico, que en el pasado fuera amigo suyo pero que ha terminado convirtiéndose en su peor pesadilla. Pérez acusa al dirigente político de haberse enriquecido ilícitamente con operaciones urbanísticas orquestadas desde el Cabildo Insular, hechos que el acusado niega siempre que se le pregunta. La causa lleva 8 años empantanada en el juzgado de instrucción de San Sebastián de La Gomera, y aunque no se ha abierto contra Casimiro Curbelo juicio oral, condición que automáticamente conlleva la eliminación del candidato incurso, el PSOE apartó a Curbelo por molesto, insalubre y peligroso. Pero, ¿para quién?

 

Una denuncia contra Julio Cruz

Como en el pueblo de La mala hora, nadie sabe a ciencia cierta quién es el autor de este libelo, ni lo que le ha costado la impresión y la distribución. Todos los ojos miran en La Gomera a ratos para Casimiro Curbelo y a ratos para Julio Cruz, el secretario de Organización del PSOE canario. Gomero también, tiene todas las papeletas para que su ex correligionario le atribuya todos sus males. El primero, por supuesto, que la Ejecutiva Federal lo dejara fuera de las listas a pesar de no darse en su caso el requisito de tener juicio oral abierto. Curbelo y los suyos están seguros de que en algunas de sus numerosas visitas a Ferraz, el secretario de Organización de Canarias hizo todo lo posible para que el presidente del Cabildo fuera apartado y así quedarse él como el macho de las cañadas. El defenestrado no se amilanó, desempolvó su viejo proyecto de partido unipersonal e intransferible, Agrupación Socialista Gomera, pidió la baja en el PSOE e inició una nueva etapa en su larga vida política. El segundo mal parece ser este de los pasquines anónimos distribuidos por toda la isla después de que todo empezara a moverse a través de mensajes de Whatsapps que tuvieron su origen en un dominio de un vecino de Vallehermoso. Curbelo ya ha interpuesto denuncia policial sin que se haya confirmado que incluyera en ella a Julio Cruz, al que señala directamente de “estar detrás” de la campaña y de pagarla con dinero de los afiliados y simpatizantes del PSOE gracias al acceso que tiene a la caja del partido por ser el coordinador regional de campaña. Esto no ha hecho nada más que empezar.

 

García-Panasco se acerca al meollo

Se acerca la fecha en la que habrá de celebrarse el esperado consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas en el que se decida qué acción penal, civil o militar tomar contra el que fuera su último presidente, Javier Sánchez-Simón, inspector fiscal y candidato de UP&D a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, por los pufos descubiertos en las obras del dique Sur y de La Esfinge. Aunque todo hacía pensar que Luis Ibarra, su sucesor, propondría a los vocales interponer querella para sacudirse las responsabilidades que pudieran recaer en el consejo, dado el conocimiento que ya tiene de los hechos presuntamente delictivos, una corriente de opinión ha impedido que de momento ese asunto figure en el orden del día. Asesores de Ibarra consideran que esa acción penal podría originar otras consecuencias procesales que bloquearían de algún modo el expediente disciplinario que pesa contra el ex director del organismo, José Daniel López, y el ex jefe de obras, José Miguel Larraz. Lo que sí parece confirmarse es que el primero que acudirá con el dossier al Juzgado de Guardia para interponer una querella de esas que tiembla el misterio es el presidente de la Federación de Empresas Portuarias (Fedeport), José Juan Rodríguez Castillo, al grito de “la luz que va delante es la que alumbra”, seguido de otro estribillo no menos popular: “Y el que venga detrás, que arree, si quiere”. Mientras tanto, prosiguen las pesquisas pre-judiciales que tiene abiertas el fiscal jefe de Las Palmas, Guillermo García-Panasco, que ya ha interrogado a un buen número de testigos y de investigados tras los dos escritos que recibió sobre La Esfinge, uno de Sánchez-Simón, tratando de poner la venda antes que la herida, y otro de su sucesor, Luis Ibarra, que abrió la herida y le echó sal. Por lo que ha trascendido, el fiscal empieza a cogerle la medida al pufo, aunque todavía no ha llegado a la parte magra, la que relatará la famosa querella en ciernes: el trasvase de recursos comunitarios del dique Sur, conocido como dique de Perejil, al muelle de La Esfinge, lo que podría derivar en una sanción para Puertos de Las Palmas de más de 50 millones de euros que le reclamaría la Unión Europea. Ya llegará, aunque si se interpone querella es más que probable que todo termine acumulándose en un juzgado del partido judicial de Las Palmas de Gran Canaria.

Vayan todos pal carajo

El empresario Antonio González, ya felizmente jubilado tras una larga trayectoria como impresor, ha mandado literalmente “al carajo” a los que durante las últimas semanas se han dedicado a lanzar insidias contra él por su intención de fusionar el Club Hespérides, del que es presidente, con el Real Club Victoria, del que es socio histórico. En el mismo acto ha decidido también acabar con esa iniciativa tras encontrarse no solo con esas insidias, sino también con una mezcla agria de desconocimiento/ignorancia, desidia y cobardía ante lo que consideraba que podía ser muy ventajoso para ambas entidades. Las insidias las lanzaron unos cuantos socios del Victoria en torno al estado financiero del Hespérides, mayormente sin interesarse lo más mínimo por la cuestión. La cobardía y la desidia es muy probable que la pusieran los miembros de la directiva victorista, poco dada a salirse de la rutina de cada día, que no están los tiempos para grandes audacias. El Hespérides, sostiene su presidente, está saneado, su deuda es de 270.000 euros y se está pagando mediante un crédito con Bankia gracias a las rentas que percibe de los locales comerciales que tiene alquilados en su soberbio edificio en La Puntilla. Es un club que apenas tiene vida social y de sus 160 socios, 90 comparten doble asociación con el Victoria. Además, González está a punto de cumplir mandato y no parece que se atisbe en el horizonte un gallo tapado que quiera hacerse cargo de la veterana sociedad, fundada en 1929. Abortada la operación fusión, el Hespérides seguirá siendo un club independiente que sorteará su crisis social de la manera que estime más oportuno, y que se saneará económicamente con el alquiler de todas las dependencias de su edificio, valorado por Tinsa en 1,7 millones de euros. No lo va a comprar Antonio González, como algún alma inquieta insinuó, primero porque a él eso no le parece estético, y segundo porque esta misma semana se compró un solar muy cerca por una cantidad superior para hacer allí sus inversiones particulares. Cogió la entidad con una deuda de más del doble y con graves amenazas de embargo, y la entregará en perfecto estado de revista. El Victoria se perderá una oportunidad de crecer sobre seguro y los insidiosos brindarán por su pírrico triunfo.

 

Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Etiquetas
stats